Organiza tus menús con la infografía de Consumer

Eroski-Consumer acaba de hacer pública a través de su web una útil infografía relativa al cómo articular un menú completo desde el punto de vista de la salud, para lo cuál se toman como punto de referencia las recomendaciones de la ya mencionada en otras ocasiones pirámide de la alimentación saludable de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC, 2004).

Uno de los principales atractivos de la información aportada en la infografía mencionada es que los consejos, además de ir destinados para la confección de un menú completo, también contienen propuestas para hacerlo equilibrado (adecuado a cada patrón de vida en base a la edad, sexo, actividad física, etc.) al mismo tiempo que se realizan recomendaciones para que a la hora de llevarlos a la práctica nos resulten lo más económicamente llevaderos posible; un matiz qué, dada la que está cayendo en la actualidad, es muy de agradecer. Como digo, me parece una útil herramienta, pero también es cierto que aporta una serie de datos difíciles de contextualizar, muchas veces por lo preciso de los mismos y qué, por tanto, no sé hasta que punto es necesario mencionarlos. Por ejemplo:

  • El excesivo detalle con el que menciona el número de calorías que son aconsejadas ingerir en las distintas ingestas. A modo orientativo puede resultar útil, pero al igual que no todos los automóviles consumen entre 6,5  y 7,5 litros de gasolina a los 100 km, no todas las personas tienen el mismo consumo de calorías. Es cierto que la infografía menciona la variabilidad del gasto en virtud de diversas circunstancias… pero no sé hasta qué punto es necesario entrar, más adelante, con tanta precisión en los datos. El caso es, por ejemplo, que aunque un servidor tenga las herramientas precisas para calcular su gasto calórico y saber cuáles son las calorías que ingiere diariamente con los alimentos, no es una tarea que la realice diariamente con tanta precisión. No es útil, además que me dejaría con muy poco tiempo en el día para otras cosas.
  • No hacer referencia a que en el caso del desayuno, por ejemplo, su valor calórico puede y a mi juicio resulta aconsejable, dividirlo en desayuno + media mañana (o almuerzo).
  • Ser demasiado “autoritario” a la hora de hacer recomendaciones. Por ejemplo, en el desayuno dice de forma textual: “Ha de incluir…” como si fuera obligatorio o como si, de no hacerlo así, se diera al traste con la posibilidad de articular una pauta dietética adecuada. Además de las “soluciones” que aporta la infografía, hay muchas otras posibilidades de alcanzar un alimentación equilibrada, aunque, eso sí, la propuesta que hace es la más acorde con nuestros hábitos y costumbres generales.
  • No me entusiasma que el referirse a los alimentos “farináceos” (aquellos ricos en hidratos de carbono complejos, señalados en color naranja) no destaque la importancia que tiene la inclusión de alimentos procedentes de los cereales integrales.
  • Se toma la libertad de modificar ligeramente el número de raciones de consumo diarias o semanales de los distintos grupos de alimentos en relación con las pautas ofrecidas por la Pirámide SENC, 2004; al igual que modifica el peso de las raciones de consumo estándar de algunos alimentos. No es una gran diferencia en la mayor parte de los casos, también es cierto, pero no aclara en virtud de qué documento o información hace tales modificaciones. En algunos casos, tales modificaciones pueden dar lugar a grandes errores, como por ejemplo que la ración estándar de mantequilla, embutidos o bollería esté cuantificada en 100 a 150g, lo que constituye una completa distorsión de la realidad.

Me gustan en especial los mensajes en los que se refiere a la importancia de:

  • Tener en cuenta los gustos y preferencias de los comensales.
  • Usar la estacionalidad para incluir alimentos de temporada.
  • La posibilidad (hoy obligación) de confeccionar menús saludables al tiempo que asequibles (muy en relación con la temporalidad).
  • Invitar a la planificación de la compra, en contraposición a la improvisación.
  • Hacer referencia a las “trampas” de las ofertas en las que se suele utilizar el reclamo de un menor precio para invitar al consumidor a realizar una comprar desmesurada de comida (desmesurada para la que finalmente se puede aprovechar). Resulta significativa esta información en una empresa que se dedica a la distribución y venta de alimentos y que, por tanto, suele recurrir a estas estrategias.
  • Señalar la importancia que tiene en todo este “programa” el contar con unos suficientes recursos culinarios.

En definitiva, salvo peccata minuta, la infografía que justifica la entrada de hoy, me ha parecido interesante y, dejando las posibles adaptaciones personales, un buen punto de partida para quien se plantea mejorar su estilo de alimentación.