Customización y tuning de alimentos

El otro día hablaba con un amigo que se dedica de lleno al fascinante mundo de la publicidad y me dejó de piedra el comentario que me hizo:

“Si lo mismo que hacemos con la publicidad de alimentos aquí en España, lo hiciéramos en Estados Unidos, hace tiempo que estaríamos en la cárcel

¿Cómo, a qué te refieres? Le conteste.

Es sencillo de comprender -me respondió- aquí se puede fotografiar o filmar una bola de puré de patata coloreada de verde y venderla como helado de pistacho, por ejemplo. Sin embargo, esto en los USA estaría prohibido ya que el elemento objeto de la publicidad ha de corresponder con la “realidad” del alimento. Las leyes norteamericanas exigen que en las fotos de los distintos productos lo que aparezca sea el propio producto y no una imitación customizada.

Perdona, la ley será así en Estados Unidos, pero otra cosa es que se cumpla, quien no recuerda a Michael Douglas en “En día de furia” reclamando una hamburguesa como la de la foto.

Tienes razón. Bueno, no obstante, te pondré un ejemplo nacional. No te puedo decir la marca, el secreto se irá conmigo a la tumba: En el anuncio de una conocida mayonesa se suponía que al volcar el frasco esta tenía fluir sutil pero consistentemente del bote por encima de unas apetitosas colas de langostino. Pues bien, no utilizamos la mayonesa del anunciante, ni la suya ni ninguna otra; no encontramos ni una sola mayonesa que “fluyera sutil y consistentemente del tarro” todas estaban apelmazadas y… o no caían al volcar el bote, o lo hacían de golpe. Entonces surgió la idea creativa… utilizamos pintura acrílica dentro del frasco del anunciante. ¡Qué maravilla, cómo caía, qué onditas! Eso si que era mayonesa.

Quién más y quién menos tiene una idea formada de qué es el tuning referido a los vehículos, pero la palabra que se debería utilizar cuando en la mayor parte de las ocasiones hacemos referencia a un coche “tuneado” es, en realidad, “customizado”. Me explico, “tunear” hace referencia a mejorar las características de algo para aumentar, por ejemplo su rendimiento o prestaciones. Sin embargo, customizar es modificar estéticamente algo para mejorarlo y que parezca o evoque algo que no es. Es decir, cuando vemos por la calle un Honda Civic rebosante de fibra de carbono, cromados, diabólicas llamas en el capó y llantas de 18 pulgadas… se trata de un Civic “customizado”. En sentido contrario cuando por la autopista nos pasa un Civic a 250 km/h es –además de una salvaje imprudencia- un Civic  “tuneado” (esté además “customizado” o no)

En este sentido el tuning alimentario sería el añadir, quitar, modificar o sustituir componentes de los alimentos con el fin de dotarles de un –supesto o pretendido- mejor perfil nutricional. No se me ocurre mejor ejemplo de tuning alimetario que el de los conocidos como alimentos funcionales, que seguro se harán un hueco con frecuencia en este blog.

Por eso en esta entrada me refiero a la “customización” alimentaria en el terreno de la publicidad. ¿Por qué no tenemos el derecho a saber si lo que estamos viendo en el anuncio es mayonesa de verdad o una “sabrosa” pintura acrílica? A fin de cuentas, y volviendo al tema de los coches, cuando vemos sus anuncios, el que sea, en letras minúsculas y a una velocidad de vértigo tenemos la oportunidad (si somos suficientemente hábiles leyendo) de saber que el modelo del anuncio es uno en concreto y no el que nos van a vender al llegar al concesionario por el precio que nos sugieren en el anuncio. Es una mentirijilla, pero una mentirijilla a voces, ellos ya te avisan. Te enseñan un coche y un precio que no suelen coincidir, pero lo dicen (mal, pero lo dicen).

Pues con los anuncios de la comida igual. Si un fabricante decide usar puré de patatas coloreado para anunciar sus helados, pintura para vender la mayonesa o barniz para dar la apariencia de asado a un muslo de pollo cocido, creo que tenemos el derecho de saberlo; y que tengan lo que hay que tener para poner en un faldón corriendo a toda leche aunque sea en letra liliputiense que lo que se está utilizando es lo que es y no lo que nos venden, algo así como:

“Imágenes realizadas con pintura acrílica. El fabricante declina toda responsabilidad si al final su mayonesa no fluye de la manera aquí mostrada”

Sea todo esto dicho con todos los respetos hacia mis colegas Mr. & Mrs. Brief y, espero, con su aquiescencia.

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Foto 1: BlaM4c

Foto 2: {Guerrilla Futures | Jason Tester}