Transgénicos e intransigentes (Capítulo 1)

Pasando por encima de algunos conceptos básicos sobre biología que harían falta para comprender de forma adecuada esta entrada (y las que vendrán) responderé a algunas cuestiones básicas sobre este universo, el de los transgénicos, que no deja de herir susceptibilidades.

¿Qué es un organismo transgénico?

Todos los organismos vivos, pertenezcan al Dominio y al Reino taxonómico que pertenezcan (bacterias, protozoos, hongos, vegetales o animales) son portadores de un determinado material genético que les es propio y que les distingue del material genético de cualquier otra especie. Repito: esto es inherente a todos los seres vivos. Un organismo transgénico, pertenezca al Reino que pertenezca es un organismo al qué, además de su material genético propio, se le ha incorporado en su genoma el gen de otro ser vivo, de otra especie, con un fin específico.

¿Qué es un alimento transgénico?

Todos los alimentos (salvo el agua, que también entra en la definición de alimento) proceden directamente de algún ser vivo tras haber sufrido una mayor o menor transformación antes de ingerirlos. Con este origen, y tal y como se ha visto en la respuesta anterior, es fácil comprender que todos los alimentos son susceptibles de aportarnos su material genético, es decir, el material genético del organismo de procedencia. Pues bien, un alimento transgénico es un alimento qué incluye un gen diferente al de su especie.

¿Comer alimentos transgénicos podría mutar nuestro genoma?

No. Y la explicación es muy sencilla. Ya que la misma duda también podría plantearse con los alimentos no transgénicos. A fin de cuentas, al comer alimentos no transgénicos también introducimos en nuestra dieta los genes de esos organismos que nosotros decidimos poner en nuestro plato; y que yo sepa nadie ha recombinado sus genes con los de un pepino, una naranja, un pollo o una merluza y se ha convertido en una especie de mutante mitad humano, mitad naranja (aunque ahora que lo pienso quizá conozca a algún mutante humano-besugo. Es broma).

¿Y por qué no podría?

Que esta fantacientífica recombinación-hibridación entre nuestro genoma y los genes presentes en los alimentos no sea posible responde a la siguiente explicación -y siento que la cosa se ponga un poco complicada, pero es necesario-. Pongamos un ejemplo: Es bien posible que en nuestra dieta ingiramos genomas completos de aquello que hemos decidido establecer como alimento. Para ponerlo bien claro supongamos que alguien se come una ostra como Dios manda que se coman las ostras, vivitas y conchendo, es decir, con todo el genoma de todas sus células intacto, ¿podrá esta persona recombinarse con la ostra y mutar en un híbrido ostracohumanoide? Pues no, es imposible.

Imaginemos que los genes que contiene la ostra son “palabras” con un significado biológico. Sus “palabras” son útiles para ella y nuestras “palabras” (recuerden, los genes) son útiles para nosotros. Con esas palabras se construyen frases que son de utilidad para el organismo concreto que las posee. Pero no quiero ir hacia arriba, pretendo ir hacia abajo, ya que esas “palabras” (genes) están compuestas a su vez por letras (bases de nucleótidos en nuestro ejemplo). Una palabra tendrá significado en la medida que tenga un número concreto de letras ordenadas de una forma y no de otra. Pues bien a todo lo largo del proceso de digestión todas estas palabras son “descompuestas” y reducidas a las letras (carentes de significado biológico por sí mismas). Y aun más, estas letras son “troceadas” a su vez en sus componentes elementales que en este caso serían azúcares, bases nitrogenadas y el ion fosfato. Solamente de esta forma puede ser absorbido el material genético presente en nuestra ostra. Una vez absorbidos, los trozos de letras son transportados por el torrente circulatorio a distintos destinos metabólicos donde las células los podrán utilizar como materia prima en su biológico frenesí. Por tanto, si quedara algún resto de genoma sin descomponer en el tracto digestivo este no será absorbido y se irá al retrete formando parte de las deposiciones. La razón es fácil de compreder, sería imposible el absorber “palabras” enteras, ya que las “palabras” (genes) e incluso las “letras”, con el tamaño que tienen, es imposible que superen nuestra “malla intestinal” porque ésta es demasiado “tupida” como para dejar pasar moléculas y fragmentos moleculares de semejante tamaño.

Y esto sucede así para los genes de los alimentos no transgénicos y para los de los transgénicos.

Ya, pero supongamos que alguien tiene una herida en el aparato digestivo y a través de ella penetran genes enteros en el torrente sanguíneo ¿no podrían recombinarse con el material genético de nuestras células?

No. Imaginemos esta vez, y por ponerlo más claro aún, que a alguien se le inocula por vía intravenosa una cantidad moderada de una solución estéril (por aquello de las infecciones) e isotónica que contenga fragmentos del genoma con los genes de cualquier otro ser vivo. Tampoco mutará (en las pelis como X-Men y Spiderman sí, en la vida real no). Suponiendo que nuestro sistema de defensa (incluyendo linfocitos, fagocitos, etc.) no hiciera lo que tiene que hacer, que es dar buena cuenta de estos fragmentos intrusos, todas y cada una de nuestras células tienen una membrana plasmática que va impedir el paso a su interior del mencionado y ajeno material genético. A su vez todas nuestras células (salvo los eritrocitos) tienen un núcleo con su membrana, barrera que también supone un obstáculo y, además, nuestro genoma está normalmente lo suficientemente empaquetado (=el libro que contiene las frases está cerrado) como para que al llegar una palabra suelta, ésta pudiera entrar. Y en el mágico supuesto de que esto sucediera la palabra debería introducirse en un fragmento de nuestro texto y dotarlo de significado, además de inteligible, con sentido. Es imposible.

No lo entiendo ¿puedes poner un ejemplo?

Sí. La posibilidad de que a base de inocular directamente en sangre genes de otra especie nosotros mutásemos, es la misma que si desde la luna lanzásemos piezas sueltas de un coche con la intención de que al llegar a la tierra (suponiendo que atravesaran la barrera atmosférica) estas cayeran de tal forma que se terminara por obtener un coche perfectamente ensamblado.

 Y a pesar de repetirme: Esto sucede así para los genes de los alimentos no transgénicos y para los de los transgénicos.

En próximos capítulos seguiré respondiento cuestiones acerca de la “peligrosidad” de los transgénicos, su pretendida capacidad para estimular resistencias a antibióticos, favorecer cánceres, desatres ecológicos, etc. y todo ello, eso sí, sin entrar en “políticas”. Eso se lo dejo a otros.

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Foto 1: Allen Gathman

Foto 2: Kachilla

Foto 3: Rubber Slippers In Italy