Un “vuelo saludable” o cómo meter 222 declaraciones de salud en un menú

A primera vista, cuando te lo cuentan a bote pronto, apostarías a que es imposible. Pero va y no, perderías. El Dr. Paul Berryman, jefe ejecutivo de la empresa “Leatherhead Food Research” desafió a su equipo de expertos científicos con el fin de desarrollar en una única comida, un menú que contuviera las  222 declaraciones de salud que la EFSA ha autorizado recientemente y de las que les hablé en la entrada “Industria alimentaria: ¿nos engaña o está desinformada?

El caso es que este reto no es en verdad más que un juego conceptual que ha servido para promocionar los servicios que ofrece esta compañía. Pero el reto ha sido concluido con éxito. Así, la Leatherhead Food Research ha ideado lo que sería un menú ultrasaludable que daría respuesta a esas 222 declaraciones de salud ya mencionadas y le ha dado la forma de una cajita para cubrir la hora de la comida en un viaje de avión. Recordemos que 222 son muy pocas en comparación con las cerca de 44.000 solicitudes, pero aun y todo siguen siendo un montón de declaraciones como para meterlas en un solo menú.

¿Lo han conseguido? Ellos dicen que sí y para demostrarlo aquí tienen la propuesta de los “platos” que contendría la cajita-menú. A continuación se detallan cuáles serían las aportaciones de cada uno de ellos y, de esta forma, llegar al monto total de 222 declaraciones de salud legalmente alegables (en base a los dictámenes de la EFSA) que se podrían hacer sobre esta propuesta dietética. Tengo la sensación que en vez de un etiquetado nutricional al uso, esta cajita habría que contener una especie de biblia (por su volumen) para poder explicar todas y cada una de ésas declaraciones.

El menú propuesto es el que sigue, y para saber cuál es el beneficio concreto que aportaría cada plato les sugiero que se dirijan a este enlace en el que les desplegará un documento pdf con letra pata-de-mosca (y que hará indispensable el uso de la herramienta “ampliar” o la lupa de su Adobe® Reader). El “Leatherhead Airline Meal Formula 222 for every EFSA permitted Health Claim!” está compuesto de:

  • Tarrina de Salmón fresco y ahumado (con ácidos grasos alfa linolénico y docosahexenoico para el cerebro y la función del corazón)
  • Mezclum de lechugas en ensalada con aderezo de aceite de oliva virgen extra (especialmente beneficioso para la colesterolemia)
  • Rollito de pan multicereales rico en fibra (que da respuesta a 17 de las declaraciones de propiedades saludables fundamentalmente por su contenido en fibra y ácido fólico)
  • Cazuela de pollo con lentejas y verduras  (en relación con su aporte de múltiples vitaminas, hierro y otros minerales)
  • “Manjar blanco y vivo” de yogur (que cubriría declaraciones relacionadas con la salud intestinal, de nuevo el colesterol y el control de glucemia)
  • Bebida para deportistas a base de arándano, frambuesa y saúco (que aportaría más vitaminas y electrolitos)
  • Agua pura de manantial (por aquello de la deshidratación)

Pero hay más, sólo con la “comida” no se llegaba. Por tanto, la menúcaja contiene también un sustituto de comidas en forma de batido a base de frutas silvestres para todos aquellos que, según se dice en la cajita, “estén preocupados por el contorno de su cintura” y, además, un batido extra suave de chocolate, con melatonina para ayudar a vencer el jet-lag.

En lo que cada vez más se podría parecer a la caja menú que McGiver pediría a los reyes magos, se incluyen también unas tabletas de carbón activado para reducir las posibles flatulencias (un elemento muy útil en un avión, y que el resto de pasajeros y personal de vuelo no dudarán en agradecer) y chicle sin azúcar para masticar después de la comida con el fin de refrescar el aliento y neutralizar los ácidos de la placa. El consumo de chicle ayudaría incluso, según afirma el Dr. Berryman, a aliviar la presión en los oídos (evitando el tener que practicar la maniobra de valsalva), pero eso sí, esta no es una de las 222 declaraciones de propiedades saludables oficiales.

Esta noticia que hoy les traigo me resulta especialmente interesante ya que en el mes de septiembre viajaré a Australia y conociendo mi acostumbrada inclinación a poner en tela de juicio toda aquella comida que me dan y sobre la que no tengo capacidad de elección (supongo que algo me darán de comer en el avión) espero contarles las diferencias entre este chupisaludable menú y mi realidad.

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Foto: leatherheadfood.com