Por tu peso: sé inteligente, usa los pies

Éxito_kylemacEn un reciente estudio publicado en la revista científica Circulation se han planteado las razones por las cuales las actuales estrategias contra la obesidad no resultan eficaces o al menos tan eficaces como nos gustaría que fueran.

Según este artículo parece bastante claro que tanto el aumento del gasto energético como el control de la energía ingerida a través de los alimentos son los elementos claves para ayudar a poner coto al problema de la obesidad, pero nunca observando cualquiera de estos elementos de forma aislada como viene siendo habitual, más frecuentemente centrándose solo en la restricción de alimentos. Esta estrategia, el dejar de comer tanto, puede ser relativamente asequible en el corto o medio plazo, pero es difícil de mantener en el largo, por lo que con el tiempo, en un entorno sedentario y de superabundancia de alimentos, es relativamente probable el volver a engordar.

Así, los autores afirman que la restricción alimentaria por si sola no termina por ser una herramienta práctica para reducir la obesidad. Por tanto, según declaraciones del autor principal del estudio:

No vamos a reducir la obesidad si nos centramos solo en la reducción de la ingesta de alimentos. Si no se aumenta la actividad física lo único que se consigue a la hora de tratar de reducir la obesidad es promover unos niveles insostenibles de restricción de alimentos. Esta estrategia no ha demostrado ser eficaz hasta la fecha y por lo tanto no es probable que funcione en el futuro.

Es decir, si se es tan, tan, tan sedentario como nuestro entorno invita a serlo, al final la restricción alimentaria habría de ser tan grande que sería impensable poder mantenerla en el tiempo, en especial en un entorno de tanta abundancia y con tanto “culto” a la comida.

Para los autores la elevación del nivel de actividad física en el día a día es un objetivo prioritario a la hora de hacer frente a este problema. Antes si cabe que el cuánto comer. Así, consideran que sería interesante que el habitual mensaje de “comer menos y moverse más”  (el famoso “menos plato y más zapato” atribuido al Profesor Grande Covián) cambiara de orden estas prioridades para transformarse en un “moverse más y comer de forma más inteligente”.

Su convencimiento en el importante papel que desempeña la actividad física en estas cuestiones parte de numerosos estudios que muestran que, con independencia de la ingesta, mayores niveles de actividad física en una población están asociados con menor aumento del peso mientras que los niveles relativamente bajos de actividad física se relacionan con aumentos importantes del mismo.

En cualquier caso también se coincide en apuntar que es muchísimo más sencillo prevenir el sobrepeso y la obesidad con estas estrategias que el tratar estas circunstancias cuando ya están implantadas.

Así pues, tanto si tienes sobrepeso u obesidad como si no, ya te lo he dicho, sé inteligente y usa los pies: desplázate más veces en bici o andando, procura que tu ocio sea activo, practica alguna actividad deportiva recreativa… y disfruta con cabeza en la mesa.

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Foto: kylemac