¿Exceso de publicidad emocional? (también de alimentos)

El otro día en Twitter un seguidor correspondido (@EstoNoEsComida) se expresaba contundente: “Demasiada publicidad emocional estoy viendo últimamente, sobre todo en alimentación” y yo suscribí, que me parecía que llevaba toda la razón, la publicidad emocional se usa demasiado. Será cuestión de la crisis, no sé.

Twit esto no es comida

Adelanto que no soy experto en estas cuestiones del márquetin y la publicidad, pero al mismo tiempo reconozco que me apasiona y, a falta de Mr. & Mrs. Brief por estos lares, hoy le voy a dar caña a este tema.

¿Qué se entiende o qué entiendo yo, que entiendo poco, por publicidad emocional?

Se trata de esa publicidad que está diseñada con el fin de provocar en el receptor una serie de emociones o sentimientos de relativa gran intensidad y que confiere un valor añadido al producto o a la marca. Los puristas dicen que toda publicidad es “emocional” en cierto grado, y creo que aciertan, muchos anuncios dejan en el receptor una u otra emoción (deseo, curiosidad…) incluida también la de indiferencia. Pero en el caso concreto de la publicidad que recibe este apelativo, se trata de que los consumidores vinculen esa emoción a la marca normalmente a partir de mensajes humanizadores, afectivos, próximos que transmitan una cierta empatía e incluso cercanía y/o solidaridad (¿real?) con el consumidor. Dicho a las claras, la publicidad emocional transmite o pretende transmitir “buenrollismo”. Muchas veces en ella no se llega ni tan siquiera a mencionar producto alguno, solo se habla de la marca.

¿Quieres ejemplos? Aquí tienes uno bien reciente del mundo de la Banca y aquí otro . El mundo del motor tiene también innumerables muestras del valor de las emociones en la publicidad, aquí tienes un ejemplo y aquí otro. Curioso, anuncios de bancos en los que no hay bancos y de coches en los que no hay coches (o casi)

Pero en este blog lo que nos importan son los anuncios de alimentación y en el post de hoy publicidad emocional de marcas de alimentos. Veamos ejemplos:

Ejemplo 1 de Campofrío

Ejemplo 2 de Coca-Cola (hay decenas de esta marca usando la publicidad emocional)

Ejemplo 3 de Werther’s Original (los caramelos)

Ejemplo 4 de Nescafé

Ejemplo 5 de Casa Tarradellas

He puesto solo 5 ejemplos pero la lista es interminable y no sé qué me da que actualmente el sector publicitario en general y el de la alimentación en concreto está “abusando” del recurso este de la sensiblería.

En líneas generales la publicidad emocional como tal se contrapone a aquella otra más de corte informativo, la que acerca al consumidor las soluciones, características y/o ventajas de optar por el producto objeto de la publicidad y no por otro.

Son diversas las estrategias para la utilización de la publicidad emocional: la utilización del sexo, del humor y de la diversión, de argumentos que ensalzan las cualidades de los consumidores de ese producto… pero como digo, últimamente me parecen más frecuentes las que se enrocan en la nostalgia, la ternura, las escenas de la vida cotidiana, las (supuestas) virtudes de la condición humana, etc.

Y no me parece bonito. Como decía aquel, todos tenemos nuestro corazoncito, y que nos traten de calcar un producto tocándonos la fibra sin tener en cuenta o logrando que el consumidor pase por alto las cualidades inherentes al producto anunciado, no me parece adecuado. Y más cuando una de las cosas que se ponen en juego es algo tan importante como la salud, por que al final de lo que se trata de anunciar en este caso al que me refiero son alimentos. En mi opinión, la publicidad emocional debiera estar prohibida para alimentos (o marcas que los elaboren) que se sitúen de forma típica en la cúspide de la alimentación saludable. Es decir, prohibida para todos aquellos cuyas más elementales recomendaciones aludan a un consumo ocasional y en cantidades reducidas.

¿Y tú, has visto alguna publicidad emocional que promocione alguna marca de alimentos? ¿Qué te parece que se use este tipo de publicidad, está todo permitido en este terreno?

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Esta entrada participa en la III Edición del Carnaval de la Nutrición, organizado por el blog Scientia

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