La primera experiencia de Carolina (4 años) en un Burguer

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De verdad que no sé en qué está pensando la gente cuando decide que las celebraciones de cumpleaños de sus hijos pequeños se hagan en una de estas grandes cadenas de hamburgueserías. El problema no es tanto en relación a lo que hagan con sus vidas, que cada uno celebre estas cosas donde quiera. El problema viene en el momento que sus decisiones afectan a terceras personas. En este caso a los amiguitos y amiguitas que se invitan para que acompañen al cumpleañero en cuestión al Burger de marras. Seamos claros este tipo de establecimientos no tienen una imagen estupenda que se diga.

El caso es que el otro día Carol, nuestra hija pequeña vino emocionada del cole diciendo que el cumpleaños de Manolito se iba a celebrar en uno de estos establecimientos. Maldita la gracia que me hizo, pero qué vas a hacer, creo que no se puede ir de fundamentalista por la vida y no dejarle ir… máxime con la enorme ilusión que traspiraba al comunicar la noticia. Estaba tan fascinada con la idea que todos los días previos nos recordaba su cita futura con el Burger. Como digo, el hecho en sí era todo un acontecimiento para ella.

Carol ZanahoriaAntes de continuar déjame que te diga como es Carolina de carácter: cuadriculada. Cuando se le mete una idea entre ceja y ceja ya puedes olvidarte. Afortunadamente en el día a día solo se empecina en hacer cosas positivas: ponerse una determinada prenda de ropa ella sola, dibujar lo que sea o incluso escribir (sin saber hacerlo) a base de copiar palabras cuyo significado se le ha dicho… entonces va ella y copia esos símbolos que son las letras y te escribe pequeñas notas. En cuanto al comer, la definición de Carolina es, sin lugar a dudas “gourmet” y “exploradora” (te sugiero que veas esta entrada para saber a qué me refiero) le gustan los alimentos selectos, de no cualquier calidad o preparación y además le gusta probar cosas nuevas. Para que te hagas una idea, las famosas pizzas precocinadas que normalmente tanto gustan a los niños, si por ella fuera se las comería el gato (menos mal que su padre le entiende perfectamente).

Así pues llegó el día y Carolina fue. Y después se le fue a buscar. He de decir que acudimos a recogerla con cierta expectación por ver cual era su dictamen, sabiendo en concreto cual era la ilusión que tenía por ir al Burger. Ya en camino de casa se estableció el siguiente diálogo:

¿Qué tal Carolina, qué tal has merendado?

Su respuesta crítica fue inapelable:

He pedido Nuggets y no me han gustado; las patatas, no estaban buenas estaban blandurris… y el helado, lo único que estaba bueno… pero no me lo he comido todo.

¿Te gustaría volver otro día?

Sí, para probar la hamburguesa con queso, porque no hay ni bocadillo de chori ni puntillitas…

No cielo, no; de esas cosas no hay en los Buerger XD

¿Qué es lo que más te ha gustado?

El regalo que me han dado (el que se da en la hamburguesería a todos los niños)

Así que ya ves, el gozo gastronómico en un pozo. Lo que más me apena es que si algún día ella insiste con el que quiere volver a uno de estos sitios, lo más probable es que lo haga por recibir el maldito regalo de los menús infantiles.

Nota: Carolina, si alguna vez lees esto de mayor, que sepas que te admiro y que me divierte un montón el escucharte razonar sobre estas cosas.

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Foto 1: happymealy