Los productos milagro son abundantes y los ciudadanos no denunciamos

Milagros_ Stuart MilesUna reciente noticia de ámbito local, aunque tranquilamente trasladable al panorama nacional e internacional ha llamado mi atención: en los últimos cuatro años el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra ha detectado la presencia de 94 “productos milagro” en los comercios de esta Comunidad Autónoma. Con sinceridad, son muchos y al mismo tiempo me parece una escasa “detección” para los que se podrían detectar. De todos ellos, el uso de 16 se encontró que estaba asociado a “reacciones adversas” y 21 carecían de evidencia científica que justificara su uso. La mayor parte de ellos, según la nota, estaban relacionados con la pérdida de peso, y cuatro de cada cinco se comercializaban bajo la denominación de “complemento alimenticio”. Puedes acceder a la noticia al completo en este enlace

En este texto se asume una definición de producto milagro bastante acertada a mi juicio, como…

…aquellos [productos] que se comercializan como poseedores de propiedades para el tratamiento o prevención de enfermedades, para modificar el estado físico o psicológicos, o para restaurar, corregir o modificar funciones fisiológicas, sin estar respaldadas por suficientes pruebas técnicas o científicas acreditadas, expresamente reconocidas por la administración sanitaria

En cualquier caso, no solo se trataba de productos milagro como tal sujetos a esta definición sino que también cayeron en este saco aquellos productos que declaraban propiedades saludables no autorizadas por la UE, o bien productos que no respetaban la legislación en materia de publicidad o incluso aquellos que se auto atribuían propiedades preventivas o terapéuticas para tratar enfermedades o que pretendían sustituir la utilidad de los medicamentos legalmente reconocidos. Varios de ellos reunían más de una de estas irregularidades.

Sea como fuere otros de los datos a resaltar es que en 40 se incluía en su composición sustancias directamente prohibidas, o que si estaban permitidas rebasaban la dosis permitida. Tristemente esta situación no es nada novedosa cuando se observan este tipo de productos bajo la lupa. Sin ir más lejos en 2009 la FDA norteamericana advertía a los consumidores que se habían detectado bastantes productos para adelgazar, de venta libre, es decir, que no eran fármacos, la mayor parte de ellos comercializados como “complementos dietéticos”, que contenían ingredientes farmacológicos no declarados en su composición. Estos ingredientes se pueden encontrar en la mayor parte de los casos dentro de algunos fármacos y su inclusión en productos con alegaciones como “natural”, “a base de plantas”, supone en primer lugar un peligro para los consumidores y en segundo, un fraude. Un peligro porque, muchas de las sustancias encontradas en estos productos de EE.UU. no tienen ni tan siquiera la autorización para comercializarse como fármacos en el tratamiento de la obesidad por sus importantes riesgos, o si la habían tenido, les fue retirada en su día.

Independientemente de la dificultad de que un consumidor pueda detectar este tipo de peligros, resulta bastante llamativo también el escaso número de denuncias por parte de los usuarios. Volviendo al caso de la Sección de Inspección Farmacéutica de Navarra, desde el año 2009 tan solo se han recogido tres denuncias procedentes de los ciudadanos sobre estos productos.

No quiero terminar sin destacar las recomendaciones que hace el Departamento de Salud navarro cuando afirma que una dieta equilibrada junto a un estilo de vida saludable es el mejor método para obtener todos los nutrientes necesarios, haciendo innecesario tomar complementos para obtenerlos. Algo que tantas veces he comentado en este espacio.

Así pues, déjate de tonterías y con tu salud no te la juegues. Los cantos de sirena siempre han existido (y supongo que existirán) para quienes quieran escucharlos. Pero por muy “bonitos”, seductores y atractivos que sean, no dejarán de ser eso, un canto de sirena que, como en el caso de la mitología, además, pueden ser peligrosos.

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Foto: Stuart Miles vía freedigitalphotos