¿Puede una madre alimentarse ella y su hijo con 11 euros a la semana?

El pasado jueves mi vecina Madre reciente (@madrereciente) me pasaba a través de Twitter un enlace vía Gonzoo en el que se daba cuenta de la particular historia de una admirable madre coraje (con descenso a los infiernos y resurgir incluidos). En ella se plasma la odisea de una mamá británica y soltera de 25 años, Jack Monroe, y su hijo de más o menos 2, que las han pasado canutas en lo que se refiere a la cuestión económica. Sin trabajo, sin dinero y recurriendo a la venta de no importa qué de sus pertenencias para hacer frente a facturas y a la necesaria alimentación propia y de su hijo. Entre otras cosas.

Su historia, poco digna en principio de recibir especial atención por lo común de la misma, se ha convertido en todo un acontecimiento al haber empleado su angustia para dar a conocer las soluciones alimenticias de bajo coste que ha aplicado, desde la compra de alimentos a partir de ofertones, hasta la forma de cocinarlos a partir de genuinas recetas, cómo ahorrar en gas y electricidad, etcétera. Y además lo contó en un blog que en relativamente poco tiempo se ha convertido en todo un éxito de visitas. Un reconocimiento a su dedicación que se ha plasmado en premios a su actividad como bloguera, además de tener la oportunidad de publicar un libro con sus recetas de bajo coste (que verá la luz en febrero de 2014) y de obtener un trabajo como reportera en un periódico.

De toda esta modélica historia lo que a mí más me llama la atención, y supongo que a vosotros también, es la afirmación de poder dar de comer a su hijo y alimentarse ella misma con un presupuesto semanal de 11 euros ¿cómo es esto posible? ¿se podría hacer lo mismo en España?

Spain is different (y no para lo bueno precisamente en esto)

Jack MonroeSin quitarle un ápice al mérito que tiene Jack, opino que las circunstancias que le han posibilitado ajustar tanto el presupuesto no son las mismas que en España. Yo no he vivido en el Reino Unido y por lo tanto no tengo elementos para ponderar las diferentes circunstancias entre España y el Reino Unido. Sin embargo, sí que cuento con el testimonio de personas muy cercanas a mí que me han dado su opinión y sus razones para pensar que aquí esto no sería posible o al menos no a tan bajo coste. Mi compañero en la Universidad David Flores que ha vivido y trabado bastantes años en el Reino Unido me comenta que las políticas de precios y ofertas de alimentos en este país son completamente diferentes a las españolas. Sin ir más lejos, allí es práctica habitual lo que se conoce como reduce to clear una especie de “rebajas por liquidación” o más bien “chollos hasta que se acaben” en la que se ponen a la venta auténticos ofertones de alimentos a un precio simbólico, rayando en lo ridículo, de aquellos productos que están próximos a caducar o con la fecha de consumo preferente muy cercana. De esta forma es fácil encontrar paquetes de pan de molde al precio de 10 céntimos, fruta embolsada a 15, productos perecederos (carnes, pescados, lácteos, etcétera) a precios casi insignificantes.

Se hace así para no tener que tirar comida y para que ello además no suponga un gasto extra de logística. De este modo, me comenta mi compañero, no es infrecuente ver determinadas cadenas de supermercados atestados de gente a las 10 de la noche (ten en cuenta el país del que estamos hablando) haciendo acopio de todos estos productos que luego congelan.

Porque esa es otra, no es solo el país sino también la cultura. En el Reino Unido existe una “cultura del congelador” mucho más extendida que aquí, en donde somos mucho más reacios a congelar alimentos creyendo muy habitualmente que estos “pierden propiedades”

Además está el tema del coste de los alquileres, la electricidad y el gas… nada que ver con los españoles considerablemente más caros (al menos eso me cuenta David)

Por último está el tema del poder adquisitivo, con diferencias considerables entre ambos países. David, que volvió a España en 2008, me cuenta que actualmente se gasta un porcentaje muy superior de sus actuales ingresos en la cesta de la compra que el que se gastaba en el Reino Unido hace 5 o incluso 10 años.

En resumen, e insisto que haciendo todo el aprecio posible a la labor de Jack Monroe que cuenta con toda mi admiración, partiendo de la base de que tenemos una cultura bastante derrochona. Me refiero a todo en general y al tema de la alimentación en particular. Estoy convencido que Jack, tanto en su blog como en su libro y artículos puede aportarnos algunas ideas útiles para tratar de rentabilizar mejor nuestros recursos, pero soy un tanto escéptico cuando el límite se pone en 11 euros por semana en alimentación para una madre y su hijo. Y más aun cuando ese presupuesto incluya el alimentarse de una forma más o menos saludable.

Y vosotros ¿qué opináis, dónde y cómo ahorráis, dónde está el límite inferior semanal de gasto para alimentarse una familia? De momento os dejo con un vídeo suyo (lo cierto es que esas hamburguesas vegetales no tienen ninguna mala pinta)

—————————————-