Planifica tus menús navideños, aún estás a tiempo

Grant Cochrane (vía freedigitalphotos.net)
Grant Cochrane (vía freedigitalphotos.net)

El tema de las cenas y comidas navideñas suele generar no pocos quebraderos de cabeza. Antes de pararte a pensar qué vas a poner y de qué forma, la sola perspectiva de estas comidas suele ser percibida con cierta aprensión. La razón no es otra que el dar por sentado de antemano que el exceso gastronómico y alcohólico va a ser inevitable. Lo cual es un grave error, me refiero a eso de planificar que se va a cometer un exceso ya que no es un buen punto de partida. Para que me entiendas mejor aquello a lo que me refiero te recomiendo que leas esta entrada del año pasado por estas fechas. En resumen celebración y exceso no han de ir obligatoriamente de la mano.

Así pues, si ya estás convencido de que la intemperancia no tiene porqué ser inevitable, te sugiero que te pongas manos a la obra desde ya y planifiques aquellos menús de los cuales tú va a ser el artífice. El resultado siempre será más conveniente si planificas que si recurres al ir a salto de mata o al hacer exactamente lo mismo que otros años.

A diferencia de hace unos cuantos años, la oferta gastronómica de hoy en día es mucho más amplia. Así, es probable que hace años las comidas y cenas navideñas estuvieran caracterizadas por la presencia de una serie de alimentos que era impensable incluir fuera de estas fechas. Me refiero a langostinos, salmón, besugo, pavo… incluso piña, entre otros. Sin embargo, todos esos alimentos los podemos encontrar a diario en el supermercado a unos precios relativamente asequibles; con lo cual el puntillo original de estas celebraciones se ha de buscar en otra parte. Por ejemplo, en el exceso (comer y beber de lo mismo que puedes comer todo el año, pero en cantidades industriales) lo cual no es una buena solución; o mejor aún en la elaboración y presentación realizando platos “distintos” de los que habitualmente cocinas sin que estos tengan que ser además especialmente complicados de preparar. O sí, teniendo en cuenta las limitaciones culinarias que cada uno posee.

Antes de empezar

Por lo tanto, te sugiero que planifiques y que establezcas sin prisas cuál o cuáles van a ser aquellos menús o platos de los que te vas a encargar de preparar. Para ello hay cientos de páginas web que pueden ayudarte a pillar ideas. Antes de pasar a enumerarlas déjame que te aporte algunas sugerencias: deja bien claro de antemano quién va a ser el encargado de establecer todo aquello que se va a servir con el fin de no encontrarte con sorpresas después. Si sois varios, estableced qué número de platos concretos va a haber desde los aperitivos hasta los postres incluyendo el picoteo que pueda haber luego en la sobremesa. Cerrad el menú entre todos vosotros (y cerrar implica cerrar), quién se va a encargar de preparar qué o de aportarlo a la comida.

Planteamientos básicos

1. Si te han dejado solo ante el peligro y todo el peso de la comida/cena recae sobre tus hombros te sugiero que establezcas: aperitivo(s), entrante, plato principal, postre y mignardises. Para ello espero que tener en cuenta las siguientes recomendaciones te pueda servir de ayuda.

2. Procura que el entrante esté compuesto de alguna preparación con alimentos vegetales, desde una ensalada graciosa (más allá de la lechuga, el tomate y la cebolla), hasta una sopa o, directamente una preparación con verduras cocidas, al horno, salteadas, una crema, etcétera.

3. Al mismo tiempo piensa en que el plato principal vaya acompañado de una guarnición vegetal del tipo verduras al horno o salteadas, puré de manzana, hummus, frutas desecadas, setas, escalibada… todo ello dependerá de si es carne o pescado.

4. A la hora del postre, no hay obligación de pensar siempre en dulce… o sí, siempre que lo podamos presentar junto a una preparación en la que la fruta sea un actor principal como ingrediente. ¿Qué tal unas brochetas cubiertas de chocolate, una gelatina de frutas acompañado algún helado exótico, unas frutas gratinadas, o una compota con crujiente de pan y avena…? todas estas recetas, y muchas más, las puedes consultar en este enlace. A veces pienso que en este tipo de celebraciones los postres son los grandes olvidados o que con no poca frecuencia se recurre a comprarlo ya elaborado, tipo tartas y demás, lo cuál es una pena.

5. En cuanto a los mignardises, en esta época lo tenemos chupado y no hace falta romperse la cabeza demasiado… turrones, polvorones, mazapanes y sus infinitas variedades han de hacerse con el protagonismo. Pero ojo, no en infinitas cantidades, servir cantidades moderadas ayudará (con un mínimo de educación) a que el consumo también sea moderado. Una especie de entente cordial entre la generosidad y la moderación de la que hablo.

6. Recuerda que hablando de estas cuestiones culinarias el mimo que se pone a la hora de elaborar las recetas, la presentación y la forma de servir los platos es si cabe más importante que el mero enunciado de los platos. Por tanto, dedícale a la cocina y a la presentación el tiempo que se merecen.

7. Por último, no te lances a preparar nada que no domines o de lo que no tengas la absoluta certeza que te va a salir bien. Recuerda, los experimentos en casa (ahí ya estás) y con gaseosa. Si se trata de una receta que no has realizado nunca te sugiero que la ensayes antes de la fecha señalada.

Aquí te dejo una serie de enlaces que me han parecido interesantes a la hora de ayudarte a pillar ideas para esas preparaciones:

Y así, un larguísimo etcétera. Al final recuerda, él éxito de un determinado menú puede estar más en los detalles que en lo grueso del mismo, una curiosa vinagreta, una salsa acertada o el uso de ingredientes “menores” pueden marcar la diferencia. Ahora bien, es indispensable que te organices y planifiques de antemano.

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