Resaca: un clavo no saca otro clavo, lo mete más

Naypong vía freedigitalphotos.net
Naypong vía freedigitalphotos.net

Buenas a todos y feliz año. Decía hace un año justamente que la búsqueda en Internet de remedios para la resaca se dispara de forma significativa durante los fines de semana y muy en especial en el día de Año Nuevo, es decir hoy. Si quieres, puedes consultarlo en este enlace.

En cuanto a los remedios, siento decirte que no estamos mucho mejor que hace un año. No hay remedios válidos propiamente dichos y sí muchos bulos y remedios populares que, o bien no sirven nada más que para hacerte hacer el idiota (algo no muy difícil en el estado de vulnerabilidad que te deja la resaca) o, lo que es peor, para agravar ese lamentable estado que implica una púa de primera división.

Entre los remedios caseros más absurdos que se oyen a lo largo y ancho del mundo están por ejemplo el de frotarse medios limones en las axilas o el clavar 13 alfileres negros en el corcho de aquella botella de la que hayas bebido. Esto de los alfileres se ve que debe ser muy antiguo ya que veo difícil eso de clavar nada en, por ejemplo, una botella de ginebra con sistema irrellenable. Es decir, a día de hoy la mayor parte de las botellas de bebidas alcohólicas no se cierran con corcho… eso por no hablar de la dificultad de acudir a los distintos bares en los que estuviste para pinchar botellitas.

Volviendo al tema de los limones hay otro remedio que plantea colocar un limón entero en la axila del brazo con el que habitualmente se bebe y pasar así el día. En fin, ya te digo que estas tonterías caen por su propio peso. Sin embargo, la cosa se complica con el remedio más popular y desaconsejable de todos (peor que el de los limones). Se trata de volver a beber bebidas alcohólicas para pasar la resaca… y que se explica popularmente con lo de que “un clavo saca otro clavo”.

Lo cierto es que esta creencia es muy popular en muchos países, hasta el punto que se expresa textualmente así en distintos idiomas (italiano, búlgaro, rumano, turco…) y con los mismos fines de “aliviar” la resaca. Con el mismo sentido y con la misma intención se utiliza en inglés la expresión Hair of the dog (el pelo del perro) cuya etimológica eficacia responde al tratamiento (también absurdo) de curar la mordedura de un perro rabioso colocando un pelo de ese perro sobre la herida, una especie de similia similibus curantur canino y alcohólico (la expresión latina alude al primer principio homeopático que sostiene que “lo similar” cura a “lo similar”, o que lo que es capaz de causar una serie de síntomas, al mismo tiempo te los puede curar –sin comentarios-) ).

A día de hoy no hay una explicación convincente sobre la práctica de volver a tomar bebidas alcohólicas para tratar los efectos de la resaca y, a pesar de que te lo disfracen de bloody mary o de otras combinaciones con nombres más o menos exóticas, esta conducta, en el mejor de los casos no supone un remedio sino un aplazamiento de los síntomas. Pero un aplazamiento con consecuencias.

Los efectos de la resaca se deben en gran medida además de a la posible deshidratación, a la acumulación de metabolitos fruto de la degradación de ese alcohol ingerido. Aportar más alcohol en esas circunstancias solo puede: a) favorecer de nuevo la diuresis, es decir, más deshidratación y b) seguir generando más tarde o más temprano más metabolitos que ocasionen los mismos síntomas con provocan la resaca. Es decir, volver a tomar alcohol te puede volver “a colocar” o a embriagar en mayor menor grado. Ese estado puede suponer una especie de anestesia para los síntomas de la resaca que, cuando se pase, volverá a poner de manifiesto esos mismos síntomas.

Para que me entiendas fácilmente con un ejemplo: volver a beber para pasar la resaca es como pedir un crédito para cubrir la deuda de otro crédito… al final tendrás que pagar los dos lo que, como es fácil entender, es aun peor que pagar uno solo.

Así pues, mi consejo es el mismo que el del año pasado: sopa, manta y orinal… y replantearte en serio si te compensa lo de haber bebido tanto.

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