Tres cosas que estoy seguro mis hijas harán de mayores a la hora de comer

Gambas curry_ensalada

Bueno… seguro, lo que se dice seguro 100 % no lo estoy, ahora bien, sé que las probabilidades de que así lo hagan son bastante altas. No me entretengo, te las cuento y luego me explico:

1º Incorporarán de alguna forma una ración de alimentos vegetales en todas las comidas principales.

Tomarán fruta de postre.

No se “jartarán” de nada, incluso de aquello que más les gusta.

Mi mujer y yo tenemos la suerte de poder tener a nuestras hijas en todas las comidas principales del día. Suerte digo, por la oportunidad que tenemos de poder transmitirles, sin decir nada especialmente, solo “haciendo”, una serie de conductas alimentarias que consideramos las más adecuadas y por tanto las mejores para ellas… y la suerte también de poder disfrutar de ellas, de su compañía. Desayunamos con ellas y también comemos y cenamos… en realidad, salvo el almuerzo o la merienda, que las hacen en el colegio a lo largo de la semana laboral, todas las ingestas del día las hacen en casa. E incluso esos almuerzos y meriendas, aunque se consumen fuera, se hacen con alimentos o productos elaborados en casa… o sea, bocadillos en la mayor parte de las ocasiones.

Así, al respecto de los tres ítems mencionados, ellas saben, hasta el punto de echarlos en falta en las raras ocasiones que se cambia alguna de estas rutinas, y así nos lo hacen saber: ¿hoy no hay ensalada, ni verdura o guarnición vegetal? preguntan con extrañeza. Al mismo tiempo, no se cuestionan qué hay de postre sino que preguntan directamente qué fruta se va a tomar de postre. Es decir, estas cuestiones las tienen absolutamente interiorizadas… y lo que es mejor, las asumen con agrado más que como una obligación.

Carolina Naranja (480x640)Cada una, no sé hasta que punto es lógico o no, tienen sus propios gustos y apetencias, y además de una forma bastante marcada (te lo conté en esta entrada hace un par años, y el paso del tiempo no ha hecho sino remarcar esas diferencias). Carolina, la pequeña (6), y por citar solo unos pocos ejemplos, prefiere las naranjas, el pescado, el apio y en general los sabores exóticos. Por su parte Adriana (10) le encantan las manzanas, la carne en su más amplia definición, el tomate y los platos y sabores más tradicionales. La primera, creo, come más con sus papilas gustativas, y la segunda con lo ojos.

El caso, es que estas pequeñas-grandes diferencias nos importan y nos afectan bastante poco en la rutina diaria. Se soluciona con una oferta relativamente variada que unas veces, está claro, satisface más a una y otras a otra. Unas veces, va por días o temporadas, cada una de ellas tiene más hambre o apetito… y otras menos. Comen la cantidad que les apetece, ni más ni menos; rebañan o no el plato, según les apetezca. Pero lo que desde luego sí que me llama la atención es lo ¿perfectamente? que regulan su pulsión por comer incluso en aquellas ocasiones que encima del plato tienen el más codiciado de los manjares. Digamos que en el caso de Adriana, la mayor, ese plato podría ser cordero al horno, y en el caso de Carolina merluza a la romana. Pues bien, sea lo que sea que a cada una de ellas más les prive (y te aseguro que es algo que cualquiera de las dos manifiesta de forma bastante elocuente), paran de comer cuando… ¿consideran que ya han comido suficiente… o cuando están llenas? Pongo entre interrogantes ambas posibilidades porque la primera se me antoja demasiado reflexiva para su edad; y la segunda porque viendo lo que comen, tampoco creo que sea porque están “hartas”. No sé, no he llegado a comprender bien porqué dejan de comer ante los platos que más les gustan.

Sea como fuere, si faltan unos trigueros, unos pimientos, una ensalada… o lo que sea vegetal, máxime si de primero no ha habido acelgas, brócoli, alcachofas… nos lo van a recordar. Como también sabemos que, en virtud de sus distintos gustos, cierta polémica está servida cuando llega el momento del postre… ahí deciden ellas, teniendo que ponerse de acuerdo qué fruta van a comer, siempre de entre las de temporada, eso fijo.

Hueso de la suerte

Te cuento todo esto porque a pesar que las vivencias personales tienen muy poco peso a la hora de recomendar patrones de conducta a la población general, estas, las mías, las nuestras coinciden al 100% con las conclusiones de algunos estudios que, en relación a educar en materia de alimentación a los hijos, concluyen que tiene mucho mayor peso el modelo que ofrecen los padres que todos aquellos esfuerzos que de palabra, con presiones, chantajes, negociaciones, amenazas, premios y castigos estos tratan de condicionar los patrones de alimentación de sus hijos. Por ejemplo:

Influencia de las actitudes parentales en el comportamiento alimentario de los hijos

El ejemplo positivo de los padres podría ser el mejor método para mejorar la alimentación de los niños, antes que aquellos intentos por “controlar” su dieta.

Influencia familiar sobre la conducta alimentaria y su relación con la obesidad infantil

Existen evidencias que indican que el patrón de conducta alimentaria familiar tiene un papel relevante en el comportamiento de alimentación del niño.

“Solo tres bocados más”: análisis observacional de la socialización parental durante la comida de los hijos

El deber de los padres consiste en proporcionar a sus hijos un catálogo de alimentos nutritivos; y son los niños, no los padres, los que deben decidir qué y cuánto de esos alimentos comer.

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Foto 1: Gambas con curry y ensalada en casa.

Foto2: Carolina disfrutando como una loca de sus naranjas.

Foto 3: Adriana y Carolina con el “hueso de la suerte” tras comer pollo asado.

 

15 comentarios en “Tres cosas que estoy seguro mis hijas harán de mayores a la hora de comer

  1. “Cien por cien, casi seguro” como decía un antiguo compañero de trabajo, así podríamos resumir el comportamiento de tus niñas cuando sean mayores.. jejejeje
    Y de los míos (que por cierto tienen las mismas edades que las tuyas) aunque difiero en lo de que dejan de comer cuando se encuentran saciadas… en mi caso ElMayor si tiene delante un plato de esos de su TOP-CHEF particular.. no encuentra el final. Lo bueno para él aunque no se de cuenta, es que sus padres lo encontramos por él..
    Lo de los gustos, es cierto que cada uno tiene los suyos y el hecho de que unos días se cubran más los gustos de uno que los del otro creo que es sano en el más amplio sentido de la palabra, la verdad.
    Como siempre da gusto leerte, Juan.
    Un saludo.

  2. Sin duda lo de predicar con el ejemplo es la mejor enseñanza que se le puede dar a los hijos, pero no podemos olvidar que no todo el mundo tiene el tiempo necesario ni los medios para hacerlo.

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  3. A mi me enseñaron que dejar algo en el plato, era una falta de educación y así lo cumplo y claro, también lo hago cumplir a mi hijo (me gustaría evitarlo pero no puedo) él es muy delgado, come bien pero siempre procuro que se lo coma todo.

    El ejemplo está muy bien, pero hay veces que son los niños los que por su gusto deciden. El mío come mucha fruta, si le pones un filete con patatas fritas, éstas las comerá las últimas, en los restaurantes no las come, suele pedir que no se las pongan y de postre pide manzana (suelen alucinar), tiene nueve años.

    Nosotros no hacemos esas cosas

  4. Hola bornie,

    Gracias por tu comentario. Mis hijas no suelen dejar comida en el plato salvo contadas excepciones puntuales. Normalmente sus padres les servimos cantidades bastante discretas o “justas” de lo que sea y si quieren más repiten… de pequeñas en pequeñas cantidades (en especial a la hora de repetir)

    Saludos cordiales

  5. Sí Juan, eso intento pequeñas raciones, otra cosa es su abuela, mi madre…

  6. Buenas,

    Lamento discrepar, pero la fruta NUNCA se debe de tomar después de comer. Por favor informar a los peques y no tan peques que la fruta hay que tomarla antes y no después de comer y mejor aún, por la mañana o en la merienda.

    Saludos

  7. Hola Isabel,

    No pienso entrar en el debate ni preguntar tus razones para que el consumo de fruta se haga como tú dices. Es una solemne tontería. No hay razón “fisiológica” para tomarla antes, al final o en medio de una comida principal. Que se tome de postre responde más a cuestiones socioculturales que metabólicas, acabar con algo dulce, etcétera.

    Tu comentario es francamente desacertado. Saludos

  8. Estáis dando una buena educación nutricional a vuestras hijas y eso es fantástico. Estoy de acuerdo con que el ejemplo es muy importante, pero por desgracia no lo es todo.
    Un comentario desafortunado en el colegio, una constitución algo más ancha cuando estén desarrollando y se puede desencadenar la aparición de un trastorno de la alimentación. Por supuesto es más difícil si tienen un buen apoyo en casa y unas buenas directrices nutricionales, pero lo del 100% me parece osado.
    Lo digo con conocimiento de causa. Todo eso que cuentas, las comidas en familia, la variedad de frutas y verduras, el hecho de que el postre por norma sea una fruta de temporada y el incluir al menos dos tipos de verdura en las comidas es algo que en mi familia se hizo a rajatabla, más por cuestión de tradición que por una decisión consciente. Todo eso no pudo evitar que yo tuviera un trastorno de la alimentación del que me costó años recuperarme.
    Ojalá todo lo que cuentas fuera tan sencillo, por desgracia no lo es.

  9. Juan,

    Sobre gustos no hay nada escrito pero la fruta después de comer se pudre en el estomago, se te inflama y da gases. Para que la fruta nos aporte todas sus vitaminas y demás, esta comprobado que no hay que tomarla de postre al terminar de comer.

    Si te no te gustó el comentario infórmate!

    Saludos

  10. te ruego Isabel que no insistas

    ¿Por qué crees tú que te he dicho que no quería ni preguntarte los motivos que tenías para hacer esas recomendaciones al respecto del momento en el que comer fruta? Pues porque estaba seguro que saldrías con la típica respuesta absurda y desustanciada como la que has dado (y eso que te he rogado que te la guardaras) y que, además, ya conocía.

    Informarme en estas cuestiones es parte de trabajo, y como informado estoy, reitero lo dicho: tus planteamientos (y en especial tus explicaciones) son una tontería superlativa y tristemente conocida.

    Saludos

  11. Tengo un hijo de 30 meses al que le chiflan los guisantes, las habas y lo más sorprendente, los pimientos de Padrón. A nosotros (los padres, me refiero) nos encantan, y cuando es la época los comemos muy a menudo. Nunca se los dimos, porque pensamos (erroneamente) que no le gustarían. Un día nos los pidió, y le encantaron. Ah, y su comida favorita es pescado a la plancha con ensalada de tomate, aunque no le haga ascos a un buen plato de pasta. Así que, Juan, no puedo estar más de acuerdo contigo. Es cierto que no podemos garantizar que nuestros hijos sigan el mismo patrón alimentario de mayores, pero no está de más intentarlo, ¿no?

  12. @Dice ser Noetheriana

    Los crios superan a los perros verdes XD, seguro que todos los padres y madres tienen alguna cosa curiosa. Que yo recuerde, o que actualmente se de el caso, se me vienen a la cabeza dos casos:

    Mi hija pequeña con dos años devoraba!! ensalad de tomate y cebolla, algo casi diario en la mesa,aunque han de comer en el colegio acababa merendando nuestra comida…cebolla?¿?¿ si pica?? pues no!!, para ella era un manjar, ahora con tres y medio ya no es lo mismo pero a esa edad suelen hacer esas cosas, experimentan con los sabores, aún así no va a ser fácil con todo pero la fruta la tiene grabada a fuego, en el buen sentido, tanto en casa como en el cole, y le encanta, al menos del menú del cole se libra la fruta y las verduras poco cocinadas y hortalizas, solanáceas básicamente, como le gusta llamarlas a Juan; algo es algo. (el resto del menú, que he probado en 5 ocasiones seguidas de lunes a viernes, es para otro tema…y me voy a encender así que..paso hoy)

    Y el mayor, al que le he aficionado a ir a hacer la compra, él elige, yo le doy ideas de cómo prepararlo y PARTICIPA por “obligación” en la cocina, esto es ALUCINANTE!! la implicaión y el ver como se hace, dejarles que hagan cosas (dentro de su capacidad y peligros, bla, bla…y eso que ya sabemos) les hace tomar un aprecio por la cocina y por la comida, los aromas, las bases de nuestra alimentación, que significa el aroma de un aceite de oliva caliente con un par de dientes de ajo en la sartén…en fin, la comida-cocina es educación que a la corta y a la larga es de lo mejorcito a lo que se le puede sacar provecho.

    Pues el pájaro, que tiene 10 años, le cuesta el pescado, tampoco es que le haga muchos ascos pero si puede se escaquea, o lo intenta…xd, pues desde los 6 años le fascinan los boquerones en vinagre!!…ya veis qué cosas..y ahi sigue, qué pasión!! jajajaja!!, y lo picante, y las legumbre “fuertes” como las alubias pintas, etc….por qué?? ni puñetera idea, oiga…pero son raros como ellos solos, todos eh…

    Y en serio que hablarles de los alimentos, proponerlos formas de comerlos, de cocinarlos, de prepararlos, etc….es un gran avance porque crea una “afición” que yo creo que te dura toda la vida, y sobre todo: COMER POCO. Por qué?? porque en general se come muchisimo más de lo que se necesita, y no saciarse es una clave a la hora de aprender a controlar toda una forma de vida; lo digo con cierto corte porque sé que en otros lugares del planeta esto sonaría insultante.

    Saludos.

    P.d. a los de la fermentación, la fruta y los experimentos con gasesosa en un bol…que no!! que en el intestino no se ferneta anda a escala masiva!!, solo en casos extemos graces de intrevención inmediata, como una obstrucción intestinal severa, donde puede llegar a darse una fermentación mortífera de lo que hay en el intestino, pero vamos, hablo de algo que se mueve entre la vida y la muerte. Menos leer chorradas y más contrastar,que nunca falta tiempo para contrastar; informarse es eso, no ver y tragar, hay quebuscar todas las versiones y sopesar las leyendas urbanas con el sentido común, que si en Google se encentra una cosa, también se encuentra la otra.

  13. Sobre fruta y comida igual vendría bien un post ex-profeso explicando cuánto hay de mito. Recientemente se escuchan cosas como “hay que comer la fruta 10 minutos antes de las comidas para que la fibra llegue antes al intestino” o “la digestión se vuelve más pesada si la tomas después”.

    Personalmente, si la comida está muy caliente, me suelo tomar el postre mientras espero a que se enfríe, y no he notado nunca ninguna diferencia.

  14. Aquí lo que veo es mucho iluminado, empezando por quien dice ser Juan Revenga y autor del blog, que por sus palabras parece estar de vuelta ya de todo lo relacionado con la nutrición y la dieta. Aun siendo asi, dan vergüenza tus respuestas prepotentes y sin argumento : ” no pienso entrar en el debate…”, “típica respuesta absurda que además ya conocía…”. Si en algún momento eres capaz de bajarte del púlpito en el que te has ubicado sin méritoalguno, verás que hay muchas voces que tienen otras teorías; voces que seguro tienen mayor peso y relevancia por el estudio que llevan consigo. Dice ser Juan Revenga, si te crees con la capacidad de escribir e ilustrar con tu blog al resto de los mortales, concédete el beneficio de dejar aparcada tu verdad absoluta al menos mientras otras personas ofrecen reflexiones contrarias a las tuyas.

  15. Hola Ser dice:

    De vuelta estoy solo de las tonterías. Siento (tampoco demasiado) que no te gusten mis respuestas ante las bobadas descontextualizadas, pero es lo que hay.

    Me interesa todo lo que relacionado con mi profesión pueda suponer un avance y estoy abierto a cualquier cambio lógico. Pero para que me entiendas, mi contundencia a la hora de estas cuestiones es similar a la que tengo frente a al horóscopo. Sin embargo, para todo aquello en lo que la ciencia aun tenga algún margen para el avance (y es mucho) créeme que soy el primero en estar dispuesto al cambio. Pero para tonterías, como digo, no.

    Saludos

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