Anorexia: Un paso más y bajo los pies, solo… el vacío

Puta mierda de realidad.

Puta mierda de vida que, en su discurrir, deja un reguero de cadáveres atormentados e ilusionados a la par que inocentes. Ya van dos ocasiones en un muy breve lapso de tiempo en las que me hago eco del dramático resultado de la fútil persecución de la delgadez en la que se ha convertido el actual canon estético femenino.

crespón negro

Si vives más allá de la ciudad Zaragoza es probable que no estés al corriente del acontecimiento que sacudió esta ciudad hace apenas dos semanas: dos chicas jóvenes, de 15 y 17 años, se precipitaron al vacío y de la mano desde la azotea de un edificio público. Ambas víctimas estaban al parecer diagnosticadas de anorexia.

Pocas enfermedades relacionadas con la alimentación tienen sin embargo tan poco que ver con ella. La frase que la define es: trastorno de la conducta… alimentaria… sí: alimentaria ¿y qué? Esto poco o nada tiene que ver al final… es más, creo que ni con el principio del asunto tiene que ver.

Esto no es cosa de nutrientes ni de otras chorradas. Se trata de la distorsión de la imagen propia que algunas personas sufren. Distrosión maligna en la que nuestro entorno tiene mucho que ver. Se han descrito decenas de circunstancias predisponentes, al igual que desencadenantes… el rédito, sin embargo, siempre es el mismo: vidas marcadas por el dolor, la de los propios pacientes y las de sus familiares.

Ningunas personas tan atormentadas con la pérdida de esas vidas como lo son los padres de las mismas. No es para menos.

Esta es la carta que los familiares de una de las chicas publicaron en Heraldo de Aragón la semana pasada. En ella se hace un sucinto análisis de los factores que, tristemente, pueden truncar las ilusiones, amores y esperanzas de una joven que, víctima de las condenas de nuestro tiempo, tuvo toda la vida por delante. Es necesario leer:

Acabamos de despedir a nuestra princesa. ‘Adri’ tenía solo 15 años y una vida plena y maravillosa por delante. Y tantos proyectos… Pero en su firme camino se cruzó la anorexia. Esta palabra nos provoca un escalofrío de terror que nos sacude. Aunque nada es comparable con el inmenso sufrimiento que padecen las princesas que caen en sus fauces. Desgraciadamente, son cada día más los casos, ya que se trata casi de una epidemia contemporánea.

Pese a su corta edad, la prodigiosa mente de ‘Adri’ siempre tenía la frase acertada y el pensamiento más inteligente. Hace unas semanas, nos decía que quería estudiar alguna especialidad de Medicina relacionada con la anorexia. Pero quería combatirla en su fase de inicio, ya que una vez dentro es muy difícil hacerla desaparecer. ¡Qué razón tenía! Ella mejor que nadie ha sabido lo que sufren estas criaturas una vez que se ha instalado en ellas ese trastorno maligno.

‘Adri’ decía que la clave está en cerrar las puertas de entrada. Ella nos relató su caso cuando ya era tarde. Y ahí está el problema. Cuesta percibir los primeros síntomas del trastorno, ya que, inmersas en el proceso vital de la adolescencia, las niñas cambian a menudo su carácter y los padres tienden a confundir los efectos propios de esa etapa de alteración hormonal con las consecuencias anómalas de la anorexia.

Del mismo modo, se intenta percibir con normalidad la tendencia de las adolescentes a poseer cuerpos de ‘modelo’. Y como cada vez las modelos utilizan tallas más pequeñas, se acentúa el proceso de deformación de la realidad en la mente de unas niñas aún sin sólidos cimientos. La obsesión por conseguirlo es ya una de las señales de alerta a las que debe atenderse. La publicidad es otro de los factores que influyen de modo especialmente dañino en el desembarco de este mal. La utilización recurrente de figuras esculturales, especialmente femeninas, sea cual sea el contenido del artículo anunciado, no tiene mucho sentido. Pero contribuye a hacer daño.

Y también está internet, donde existen foros y blogs en los que se compite desaforadamente por ser quien más peso ha perdido en el día. El daño que causan estas páginas web merecería una más activa persecución policial y penal. Las redes sociales hacen el resto, ya que, por todo lo anterior, el terreno está abonado para los mensajes más peligrosos sin apenas consciencia del daño que pueden hacer.

Y toda esta avalancha de mensajes nocivos llega masivamente a los colegios, donde entra y se propaga de manera silente, casi sin que nos demos cuenta, presentándose con toda normalidad la idea de la extrema delgadez como algo que a nadie llama la atención, porque se cohonesta con las imágenes que estamos acostumbrados a ver en televisión, en el cine, en la moda, en internet… Y ahí continúa la competición. Se divulgan y fomentan entre los propios estudiantes ideas que asocian la extrema delgadez con el canon de belleza a imitar. Dejamos al margen los casos de ‘bullying’ hacia las estudiantes que se ven incluso acosadas y humilladas por no seguir los designios impuestos por los estereotipos, pues esas conductas están ya tipificadas como antijurídicas.

Por tanto, si estamos viendo que las causas principales que hacen prender el devastador fuego de la anorexia proceden de comportamientos humanos, tendremos que reaccionar de una vez y poner fin a esta plaga. Es decir, a diferencia de otras enfermedades de procedencia exógena, en esta participamos los humanos muy directamente en su gestación, razón por la cual debemos ser igualmente quienes participemos en su prevención. Todos somos responsables si no hacemos nada por evitar el siguiente caso.

Por favor, hagamos caso al buen juicio de ‘Adri’: en esas vías de entrada es donde hay que poner el acento para combatir la anorexia, ya que es muy fina la línea que separa la delgadez sana frente a esta enfermedad muchas veces mortal y en todos los casos tormentosa.

‘Adri’ nos confesó que empezó a adelgazar simplemente por hacer «operación bikini» en torno a la primavera de 2013. Pero el problema se le fue de las manos. Pensaba que, con su poderosa mente, sería capaz de controlarlo. Pero llegó un día en el que, sin que ella se hubiera dado cuenta, era la enfermedad la que la controlaba a ella. La pobre se encontraba ya atrapada en esa maligna y destructora tela de araña de la que no pudo escapar. Era plenamente consciente de cómo había ocurrido todo y eso contribuía a su tormento, pues se echaba la culpa de haber caído en algo evitable, en algo que desde su portentosa inteligencia no debería haber ocurrido nunca y que la estaba destruyendo paulatinamente y causando dolor a su familia, por la que sentía auténtica devoción. Pero ya era tarde para dar marcha atrás y Adri se sentía incapaz de salir de ese infierno.

Cuando ‘Adri’ fue consciente de la gravedad de su situación, luchó con todas sus fuerzas para tratar de escapar de ella. Pero estaba enganchada y ya no había retorno posible.

Una de las muchas cosas bonitas que en la misa por ‘Adri’ dijisteis sus amigas fue cuando hablasteis de su especial sensibilidad para con los demás, y cuando la definisteis como «la eterna delegada». Es una forma muy descriptiva de definir cómo era: ‘Adri’ siempre tuvo entre sus principios rectores ayudar a los más débiles y a los que más sufrían, era la defensora de las perseguidas y de las menos afortunadas.

‘Adri’ no será ya capaz de desarrollar su proyecto de lucha contra la anorexia. Pero todos los que hayáis querido a ‘Adri’, que sois miles, como vimos el otro día en la iglesia, podéis aún hacer algo por ella, podéis ayudar a que su proyecto incompleto avance hasta la erradicación de este mal contemporáneo, difundiendo estas ideas, ayudando a las niñas que inician el mal camino a dar un giro de timón a su barco para inducirlas a buen puerto. No permitáis, en vuestro entorno cercano, ni un solo caso más de anorexia. Estaréis salvando muchas vidas y evitando un dolor infinito. Sabéis que vuestra eterna delegada habría dado ese buen consejo a tiempo que siempre ofrecía y que habría hecho todo lo que estuviera en su mano para evitar y prevenir este sufrimiento de otras.

Por ello, sabemos que estará muy feliz si contempla, desde el Cielo, que aún ha podido hacer algo por los demás, que ha podido seguir siendo desde allí la eterna delegada cuyo buen consejo siempre atendíais. Los que la hemos querido tanto y los que nos hemos sentido tan queridos por ella se lo debemos. Será su legado.

Firman este artículo Carlos, Chelete y María, padres y hermana de ‘Adri’.

Descansen en paz.

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10 comentarios en “Anorexia: Un paso más y bajo los pies, solo… el vacío

  1. Tengo los pelos de punta tras leer la carta. Comparto la idea de la madre de Adri, y de la propia Adri de que es muy importante erradicar el mostruo de la anorexia cuando muestra las primeras pistas de que está “habitando” a una persona. ¡¡Los profesionales de los TCA seguiremos luchando por ello!

  2. Si llega a pasar en Madrid, habría salido en toda la prensa y televisión, el ministro nombrando algún plan de prevención y todos los voceros escandalizados.

    Pero como pasa en provincias, ni se inmutan. Qué triste.

  3. Qué lástima Dios mío, con 15 y 17 años. Toda la vida por delante. La anorexia es una enfermedad terrible, creo que la gente no es muy consciente de ello. Lo ven un poco como una enfermedad de chicas ultrasensibles que sólo desean estar delgadas, cuando es una enfermedad que va más allá de lo físico.

    Una amiga mía tuvo anorexia, pasó de tener sobrepeso a estar como un esqueleto. Parecía salida de un campo de concentración. Estuvo muy, muy cerca de morir de desnutrición, tenía lanugo y unas espantosas manchas en la piel fruto del hambre. Un año internada estuvo y no había manera. Médicos y terapeutas ya no sabían qué hacer con ella, estaba entrando en fase terminal, su cuerpo ya no aguantaba más. La enfermedad podía con ella. Hasta que un día su mente hizo un cambio y recuperó peso. Pero aún habiéndose recuperado, la anorexia siempre la ronda. Es como un drogadicto: una vez lo has sido, nunca dejas de serlo, nunca puedes bajar la guardia.

    Por eso yo siempre digo a la gente que no se avergüence de su cuerpo, cada uno es como es. Si vas a una tienda y no tienen tu talla o es de esas tiendas que tienen tallas ridículas, vete y busca otra tienda donde comprar. Es la ropa la que se tiene que adaptar a ti y no tú a la ropa. Debería haber más presión social con el tema de las tallas, es cosa de salud pública. He visto niñas de 11, 12 años hijas de vecinas y amigas llorando porque no quieren comer ya que si no no podrán ponerse los pantalones de X marca o cuando vayan de compras con las amigas no podrán comprarse la ropa con talla ínfima de las tiendas más populares.

    A mí me la sopla no tener un cuerpo de modelo. En verano me pongo mis shorts y luzco mis patorras con celulitis. Es mi manera de rebelarme y de demostrar a otras mujeres que no pasa nada por tener más chichas, más culo o celulitis. ¿Qué voy a hacer?. ¿Ponerme un burka?. Claro que siempre hay cabestros que te dicen que dónde vas con esas piernas (los mando a tomar por culo) o gente que te mira de arriba abajo, como diciendo “qué pena”. Más pena me dan ellos por no saber reconocer a una persona con un mínimo de seguridad en sí misma y las ideas claras.

  4. Una vez entre en una tienda de ropa de marca y salí espantada. Las tallas de mujeres eran no pequeñas, enanas, yo no entendía como una mujer adulta entraba en una ropa que parecía hecha para niñas de cinco años. Lo malo es que hay gente que en determinadas paginas (incluso algunas que son de humor) recomiendan a las mujeres estar 20kg por debajo de su peso “ideal” para estar “hermosas”.

  5. Y llamar princesas a las niñas solo es el primer paso para meter ese veneno en su cerebro. Las niñas son niñas, no princesas. Dejemos de producir frustracion e inseguridad en sus mentes fusilandolas con esa palabra, ese concepto tan atroz. Dejemos de llamarlas princesas, de contarles cuentos de princesas, de disfrazarlas de princesas. Dejemos de encadenar sus mentes.

  6. Totalmente de acuerdo con rik.

    Para muestra, un botón. A mí, con mi 1,76m de altura y 57kg (soy así naturalmente), me dijeron en una conocida agencia de Madrid que si quería trabajar con ellos tenía que adelgazar. Y no creas que tuvieron el más mínimo tacto. En ese mismo instante comprendí este tipo de trastornos alimenticios.

  7. Ya sé que cuando pasan estas cosas, la gente en general se pone en el plan de “no tendría que ocurrir”Pero la realidad es que si a alguien le sobran kilos (no digamos obesidad, sino ligero sobrepeso) el entorno le apabulla con lo de “tienes que adelgazar”, “come menos”, “ponte a hacer ejercicio”… La cuestión es crear un estado permanente de frustración.. Claro que eso conviene para luego vender dietas, que se llenen gimnasios, etc… Igual pasa con la cultura a la “eterna juventud”.. crea el malestar de que “envejecer” es la peste y así venderás mejor las cremas, las visitas a los centros de estética, etc, etc.. ¿Motivo? Ganar pasta (como sea).
    Nosotros mismos estamos contribuyendo a esto, porque nosotros somos los que conformamos esta sociedad. Lo toleramos y lo secundamos. Se venden revistas de moda con exceso de photoshop, y da igual ¿por qué no deja la gente de comprarlas? Se encumbran como “top models” chicas con aspecto de pasar hambre ¿por qué aplaudimos luego en los desfiles?… En las tiendas de ropa se venden tallas imposibles, y nadie lo regula.. ¿Qué esperan, que los/as jóvenes no capten el mensaje? Y luego en muchos trabajos no basta con el currículum, exigen “buena presencia” ¿Cuántas chicas (o chicos, que también) gordas o feas no acaban deprimidas porque saben que sólo por su físico no las eligen? Mucha hipocresía es lo que hay.

  8. se me saltan las lágrimas, pobre criatura y pobre familia…
    No es normal que con 10 y 12 años que tienen mis hijas, tenga que comprar ropa en tiendas ya de jovencita o directamente adultas y ni siquiera les sirvan las tallas mas pequeñas (36/38) porque en las de niños nada les vale.
    ¿¿¿cómo es posible que NO le entre una talla 38 a una niña de 12 años que mide 1’65 y pesa 50 kilos??? es delirante… y cuando le comenté a la dependienta que tallaban muy pequeño se ofendió y me dijo que no, que ella llevaba la 36!!! como si eso fuera algo normal y deseable en una mujer adulta.
    Yo intento por todos los medios que mis hijas tengan otro modelo de mujer que no es el que nos venden, y que se quieran a si mismas por encima de todo, pero que difícil nos lo ponen los medios de comunicación

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