y se lo ha dado precisamente una de las instituciones que más prestigio tiene a la hora de publicar cuestiones relacionadas con la alimentación, la nutrición y la salud (entre otras). esta institución no es otra que la “harvard school of public health” con sus más insignes “mosqueteros” al frente.
el último número de la revista “circulation” contiene un artículo fruto de un estudio observacional en el que se cuestiona la relación entre el consumo de bebidas azucaradas (refrescos con gas de cola con y sin cafeína, refrescos con gas de sabores, bebidas de frutas azucaradas) y de las no azucaradas (con edulcorante), con la enfermedad coronaria, la diabetes de tipo 2 y la ganancia de peso en varones adultos.
el artículo titulado “consumo de bebidas azucaradas en hombres e incidencia de la enfermedad coronaria y de biomarcadores de riesgo” parte de un estudio de observación longitudinal en una muestra de casi 43.000 varones. todos ellos eran profesionales de la salud (farmacéuticos, dentistas, pediatras, etc.) en los que se ha monitorizado durante más de 22 años, de forma periódica, su consumo de refrescos, además de diversas variables bioquímicas (a partir de analíticas sanguíneas).
las conclusiones son demoledoras: un mayor consumo de bebidas a azucaradas (es decir, las que aportan azúcar, y no así las que contienen edulcorantes acalóricos) se asoció con un riesgo mayor de padecimiento de enfermedades coronarias. de igual forma, el consumo de bebidas con azúcar también se asoció con peores analíticas sanguíneas en relación con el perfil lipídico, factores inflamatorios y la leptina (una hormona relacionada con el control del apetito).
estos resultados, además de otros similares derivados tanto de estudios observacionales como de ensayos clínicos en los que se aborda el consumo de este tipo de bebidas y su efecto sobre la salud, refuerzan el mensaje relativo a recomendar reducir su consumo con el fin de no aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
cierto es que a partir un estudio observacional como es este no se puede, y por tanto no se debe, sacar relaciones del tipo “causa-efecto”; y por tanto decir por ejemplo que las bebidas azúcaradas son la causa de los malas analíticas sería, cuando menos, precipitado. pero también es cierto que dado el volumen de la muestra, la duración del estudio y otros resultados obtenidos en este campo que además son de similar signo, todo apunta a que es conveniente hacer caso a los “mosqueteros” de harvard con sus recomendaciones, y reducir en la medida de lo posible el consumo de bebidas azucaradas. así pues, a la hora de hidratarse, lo mejor es tomar el agua como la primera de las opciones y, llegado el caso, optar por las bebidas edulcoradas (sin azúcar) antes que por las azucaradas.
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foto: like_the_grand_canyon