El otro día vi un documental en Xplora que me causó bastante impresión. Se trataba de “La asesina de media tonelada” (en su versión original “Half-ton killer”). Muy en resumen el documental relata los luctuosos acontecimientos que rodearon a una mujer, Mayra Rosales, de cerca de 470kg cuando un buen día declaró ante la policía que accidentalmente había ocasionado la muerte a un sobrino suyo de 3 años al asfixiarlo cuando cayó sobre él sin poder levantarse.
En realidad aunque el documental empieza haciendo un resumen como el antedicho resulta que al final Mayra lo que hizo fue encubrir el homicidio que realmente cometió su hermana (la madre del pequeño de 3 años) ya fuera dolosa o accidentalmente (eso queda sin aclarar del todo). Es decir, el madre le atiza al niño, el niño muere y la madre le dice a su hermana, que ya que pesa lo que pesa, que diga que estando bajo su custodia y durmiendo juntos lo aplastó-asfixio sin querer. Y ya tenemos documental.
Como mencionaba el documental me impactó bastante y esa fuerte impresión se debió a dos hechos bien diferentes:
Por un lado el ver el día a día (por lo menos lo que nos enseñaban) bastante pormenorizado de una persona con obesidad extrema. Ya había visto antes otras imágenes semejantes, en “youtube” hay decenas de ejemplos, pero no con semejante crudeza en el relato y en especial la de las imágenes de este reportaje. Sus hábitos de limpieza asistidos por el marido de Mayra, el proceso de aumento de peso de esta desde que era niña. La verdad es que impresiona.
Y por otro lado la ausencia de escrúpulos de la productora del documental al titularlo “La asesina de media tonelada” cuando resulta que en el mismo relato del reportaje se pone en evidencia la realidad, que su auto inculpación fue hecha con el fin de encubrir a la hermana. Por tanto creo que el documental debiera haberse llamado “La triste historia de una mujer de media tonelada” o algo así. Y es que, al final, se te queda (por lo menos a mí) un amargo regusto al empatizar con la triste existencia de Mayra, que no sólo tiene que vivir con ese gran problema de obesidad que la ha dejado postrada en su cama desde hace 6 años, si no que además, buena como parece que es hasta llegar al extremo de tonta, termina por meterse en el berenjenal de encubrir a su hermana.
Es curioso pero a lo largo del documental su protagonista, Mayra, pasa de suscitar una gran antipatía en el espectador para terminar dando una pena y una lástima tremendas. Y es que el cuadro es inmejorable: Familias latinas de muy pocos recursos, viviendo en un suburbio deTexas, ella con obesidad mórbida extrema, la hermana casada con un mafioso mejicano, malos tratos de por medio… en fin un desastre. Un desastre de cuadro que podría haberse titulado de otra forma bien distinta a tenor de lo relatado. Pero claro, no vendería tantos titulares como el tergiversadoramente elegido: “La asesina de media tonelada”.
Mi apoyo en la distancia para esta mujer.