los ojos se me debieron poner como platos el otro día, el sábado 20, cuando entré en un supermercado próximo a mi domicilio y me vi toda lo oferta turronera ya dispuesta para su venta cara a la próxima actual campaña navideña. lo primero que pensé es que me había equivocado de día… no puede ser, ¿ya?, pero ¿es que otros años no esperaban al menos a dejar pasar el infame halloween para comenzar con este tema? (en mi casa a halloween lo llamamos “todos los santos”, somos así de originales). yo creía que así era, pero este año al parecer se lo han tomado con más prisas. fue tal mi asombro que inmediatamente twitteé mi “hallazgo” con foto ad hoc que ilustraba los lineales y pasillos del supermercado.
la segunda explicación más lógica que encontré fue que la empresa del supermercado había decidido comenzar primero, ya saben aquello de que quien golpea primero golpea dos veces, pero va y resulta que no. a los pocos minutos de twittear mi asombro fueron varios los que me hicieron saber, fotos incluidas, que en sus respectivas localidades y en otras empresas de distribución de alimentos ya habían empezado con la campaña turronera-laminera hacía semanas, había uno que afirmaba que para el día 8 de octubre ya habían colocado todo el tema en su “super”.
este tipo de iniciativas no son gratis, tienen algunas consecuencias que si no se presta atención podrían pasarse por alto.
la primera…
afecta a todo el mundo y tiene una cierta relación con la entrada de ayer y las fechas de caducidad y de consumo preferente. y tiene que ver con el hecho de que sea típico que en navidad incluyamos los turrones como elemento característico (al menos en nuestro país). hace muchos años, cuando los sistemas de recolección, elaboración y comercialización de este tipo de productos se hacían de otra forma, sin tanto medio de transporte ni tanto proceso industrial, sucedía que era a mediados del mes de diciembre cuando los primeros turrones de temporada llegaban a los comercios… no antes. pero eso ya no es así (aunque las almendras sigan estando sujetas a la misma temporalidad que antaño), y ahora además contamos con fechas de caducidad y de consumo preferente, que antes no.
un pequeño garbeo el sábado pasado por los pasillos en los que estaban colocados los turrones y demás, y un escueto reportaje fotográfico, móvil en mano (disculpen la calidad de las fotos), puso en evidencia que varios de los productos que se estaban poniendo ahora a la venta, eran de la temporada pasada. algo fácilmente comprobable al observar que las fechas de consumo preferente indicaban una “caducidad” entre los meses de marzo y mayo de 2013.
normalmente, un producto de este tipo recién salido de la empresa que lo elabora suele portar por sus características una fecha de consumo preferente de entre un año y año y medio a partir de ese día. algo que fácilmente comprobé al constatar la fecha de consumo preferente de una tableta de chocolate con almendras que está continuamente a la venta y no depende de la estacionalidad navideña y que era de marzo de 2014.
así pues la primera consecuencia de este acelerón turronero-navideño es que durante el mismo se ponen a la venta algunos productos que no son de esta temporada. ¡ojo! no quiero decir que no se pueda hacer o que estén peores, lo que digo es que estos productos a buen seguro no estarán elaborados con los frutos secos de esta temporada y que con bastante probabilidad su fecha de consumo preferente será más breve que aquellos que adquiramos más cerca de la navidad propiamente dicha.
la segunda…
tiene relación con el “para qué”. ¿para qué tanta prisa? la respuesta es sencilla, para que consumamos más de estos productos. sin ir más lejos el mismo sábado del que les hablo, tras realizar mi compra y ya en el pasillo de las cajas para pagar, pude comprobar el carro de la compra de otra persona (no me digan que ustedes no lo han hecho nunca). aunque no conozco personalmente a la mujer en cuestión es fácil reconocerla, supongo que vive cerca ya que coincido con ella frecuentemente en el súper y… se deja ver: de edad indefinida (yo le hecho entre 35 y 45 años) y un peso que rondará los 140 a 160kg (soy bueno como “cubero” pero llegados ciertos límites la precisión se hace difícil). pues bien, su carro entre otros elementos (había que verlo) contenía 8 tabletas de turrones diversos y dos cajas, nada despreciables en su tamaño, de bombones y similares (estuve a punto de hacer una foto pero la discreción y el preservar su anonimato me lo impidieron). ¿alguien tiene alguna duda a cerca de si esta mujer estaba adelantando su compra a las navidades o de si se estaba aprovechando de la anacrónica oferta turronera para darse un homenaje? yo desde luego no tengo la seguridad, pero si tuviera que apostar a alguna de las dos posibilidades lo haría con los ojos cerrados.
es decir ¿para qué esta oferta tan pronto? es evidente que la presencia en los lineales de un determinado producto no obliga a que los compremos, pero desde luego no ayuda nada a realizar elecciones más acertadas. está claro que a la mujer a la que me refiero y que he usado como auténtico ejemplo no le ayuda en nada. recordemos que este tipo de alimentos si hubiera que ponerlos en la pirámide la alimentación saludable, estarían en la cúspide lo que implica que su consumo se recomienda que sea ocasional y en pequeñas cantidades.
por mi parte y pese a lo dicho, este pasado mes de agosto y en la localidad de cambrils compré tres tabletas de un turrón excepcional a un precio magnífico y que caducarán el próximo mes de marzo. lo compré en lo que sí fue un gesto de adelantar algo las compras, por lo menos las de este elemento… sé que no están elaboradas con las almendras de este año, ya digo que no pasa gran cosa, pero ahí están, nos quedan dos tabletas y media y a buen seguro que la mayor parte de ellas llegarán a ver estas navidades.