somos muchos los que hemos comprobado ese olor tan particular que tiene la orina después de haber comido espárragos.
la razón es tan sencilla como previsible, y además hay diversos estudios que lo ponen de relieve: los espárragos cuentan en su natural composición con unas sustancias que tras haber pasado por los procesos de digestión, asimilación y excreción de los alimentos se transforman en compuestos con un marcado carácter volátil.
más en concreto los espárragos contienen ácido asparagúsico y s-metilmetionina que tras los procesos metabólicos conducentes a su excreción terminan en seis compuestos sulfurados (metanotiol, sulfuro de dimetilo, disulfuro de dimetilo, bis-metiltio metano, dimetil sulfóxido y dimetil sulfona) que en combinación terminan por resultar en ese acre y característico olor al orinar.
no obstante, conviene hacer tres aclaraciones:
1. la respuesta que con frecuencia se le suele dar a esta pregunta es que se debe a la degradación y metabolización de un aminoácido concreto denominado asparagina (asparragina o asparraguina) algo bastante poco probable ya que se trata de un aminoácido presente en multitud de proteínas tanto de origen animal como vegetal (la orina olería igual al comer muchos otros alimentos). además, la asparagina no es un aminoácido esencial, lo sintetizamos sin que tenga que ser aportado por los alimentos así que si esta fuera la explicación, la orina siempre olería igual. otra explicación que desmonta la teoría de la asparagina como origen es que este aminoácido no contiene azufre en su composición y los metabolitos de que aportan el olor característico a la orina tras comer espárragos sí.
quizá esta confusión se deba a que el aminoácido asparagina se aisló por primera vez a partir del jugo de espárragos (y de ahí su nombre). pero en este caso lo históricamente característico no esta relacionado con lo odoríficamente señalado.
2. la capacidad para producir este característico olor en la orina está sujeto a variabilidad individual, es decir, no todas las personas son productoras de este olor tras comer espárragos. este estudio “odorous urine following asparagus ingestion in man” concluyó que la capacidad de producir “orina olorosa” está influida genéticamente y que hay determinados polimorfismos genéticos que lo posibilitan, tratándose de un rasgo autosómico dominante. en el estudio mencionado se evaluó la capacidad para producir “orina olorosa” tras comer espárragos en una muestra de 800 personas y se constató que sólo un 43% de la muestra lo producía. lo que me hace a mí pensar que posiblemente la raza tenga algo que ver, ya que así a priori un 43% me parece una cifra escasa para lo que yo conozco. pero insisto que esta es una hipótesis particular.
3. más allá de la capacidad para producir este típico olor, existen personas con un determinado polimorfismo genético que les impide olerla, la produzcan o no. así lo puso de manifiesto el estudio “excretion and perception of a characteristic odor in urine after asparagus ingestion: a psychophysical and genetic study” sobre una muestra de 37 personas encontró que tres de ellas (±8%) no producían orina olorosa tras comer espárragos (lo que se acerca más a mi experiencia personal); y dos (±6%) eran incapaces de percibir el olor característico. entra los datos curiosos, se encontró una persona que ni la producía ni la podía oler.
no sé tú (la produzcas o no, la huelas o no) pero yo estoy esperando como agua de mayo (nunca mejor dicho) la temporada de espárragos frescos (de los blancos me refiero) ya que me parecen un auténtico manjar. los trigueros están bien, pero no son lo mismo, y sobre los de lata… ¿hay espárragos de lata? (es broma)
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nota: esta respuesta se la dedico a eduardo, un compañero de onda cero radio calamocha. el ya sabe por qué.
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foto 1: pinprick
foto 2: sergi s. massã³