pocas cuestiones me resultan tan difíciles de responder como cuando me preguntan acerca de cuál es mi plato preferido o mi fruta preferida. lo siento, pero yo no tengo respuesta. porque claro, a la persona que me pregunta no le suele valer con un “todos si está bien hecho” o un “cualquiera si es de temporada”. pero en resumen es la realidad. lo mismo me pasa con la música o con el cine. me resultaría más fácil responder qué es lo que no me gusta que lo que sí, acabaría antes. si todas estas cosas son buenas con independencia de su origen o naturaleza, me suelen gustar todas (aunque, claro, quizá la dificultad resida en definir esa bondad que en ocasiones es bastante subjetiva)
en fin, centrándome en el tema. la fruta que me gusta es la que, reuniendo una mínima calidad, es de temporada: si son naranjas, naranjas; si manzanas, manzanas, si mandarinas, mandarinas, si uva, uva, si chirimoyas, chirimoyas; etcétera. me da igual, toda la disfruto como un enano cuando es su momento.
y la que ahora toca de veras es la de una familia de frutos muy particular que no suele encontrarse el resto del año: los frutos denominados drupas.
unos duran poquito como las cerezas y las picotas y otras se alargan un poco más a lo largo de los meses primaverales y estivales dependiendo de su variedad: ciruelas, pavías, albaricoques, paraguayos, melocotones.
todas estas frutas de temporada (de la de ahora o próxima) como decía tienen un denominador común, son los denominados frutos de hueso. con un hueso (endocarpio) leñoso único que encierra una única semilla en su interior (frutos monospermos). suelen ser frutas jugosas y carnosas que suelen presentar pocas trabas para la población general, es decir, gustan a casi todo el mundo.
en este momento las cerezas están en pleno apogeo, las habrá más tempranas o más tardanas, dependiendo de la zona; a continuación vendrán las picotas (una variedad de estas). al mismo tiempo están empezando los paraguayos, los albaricoques, algunas ciruelas y las pavías. y un poco más tarde vendrán los melocotones. sobre los melocotones, lo siento, he de admitirlo, los mejores del mundo para mí son los de la do melocotón de calanda y para esos aun queda bastante (mediados de septiembre más a o menos). ya hablaré de ellos cuando llegue.
así pues, no te empeñes en encontrar ahora manzanas o naranjas (típicas frutas por defecto). las encontrarás, pero no serán ni la mitad de buenas que eran hace unos meses, y mira que gozamos en casa este año con las naranjas. y disfruta de lo que toca ahora, las drupas. pronto llegarán también otras más típicas de los meses más calurosos como la sandía y el melón (aunque no hayan desaparecido del súper en todo el año).
antes de despedirme me gustaría romper una lanza en favor de una fruta que hasta hace poco no gozaba de mucha simpatía por mi parte, se trata de los paraguayos. antes los recordaba “patatudos”, bastante insípidos, y con un hueso enorme… pero desde hace más o menos tres años, al menos aquí en zaragoza tengo la oportunidad de comprar unos paraguayos completamente distintos, turgentes, de intenso sabor perfumado y con un hueso en su interior poco mayor que el de una aceituna, toda una delicia. aquí algunos los llaman “zaraguayos”. no quiero ningunear al resto de sus primas, pero lo cierto es que las cerezas, las ciruelas y demás, creo que no precisan de una mayor promoción al menos por mi parte (cuando son buenas, claro). por cierto, no me importaría saber porqué se llama “paraguayos” a los paraguayos… creo que tendré que preguntar a mi vecino “ya está el listo que todo lo sabe”
cuando la fruta es buena de verdad serán tus hijos los que te pidan comer más, como el otro día cuando carolina de cuatro años me pidió si por favor podía comer más cerezas.
claro hija, claro… como no vas a poder comer más cerezas si eso es lo que quieres. disfruta de la fruta.
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foto: sixninepixels, suwatpo vía freedigitalphotos.net