¿Te has preguntado alguna vez sobre el pasado de lo que comes?

Por lo general nos preocupamos, y mucho, con el qué pasará en el futuro con la comida que ponemos delante en nuestro plato… ¿me hará engordar, adelgazar, servirá para que genere más músculo, ayudará a mejorar mi salud cardiovascular…? Y así un larguísimo por no decir infinito etcétera. Vivimos obsesionados por estas cuestiones.

Sin embargo, qué pocas veces nos hacemos preguntas al respecto del pasado de esa comida, no cuestionamos cómo ha sido producida, qué recursos se han consumido para que, por ejemplo, ese filete de carne acabe como digo encima de nuestro plato y delante de nosotros. No nos interesa quiénes trabajaron y en qué condiciones para ello, ni si el organismo original, en especial los animales, estuvieron sometidos a unas determinadas circunstancias o a otras.

Pues bien, el video que hoy te traigo habla de eso. En principio se trata de una, se supone, publicitaria, que cuenta en una charla los trucos del márquetin alimentario; cómo algunas (no pocas) de las empresas de la industria alimentaria nos pretenden hacer comulgar con ruedas de molino y, además, mantenernos tan contentos. Sus trucos, sus pequeñas añagazas… incluso sus engaños (legales sí, pero engaños). Pero…

Pero, en realidad el grueso del discurso de esta entusiasta mujer no va por ahí y ya que me ha resultado francamente interesante a la hora de agitar conciencias hoy lo comparto con vosotros en forma de post.

Ya te adelanto que tras su exposición esta chica no obtuvo aplauso alguno, supongo que se debió más a lo atónita que dejó a la concurrencia que por que no se lo mereciera. En mi opinión se merece más que un aplauso una ovación. Tú mismo.

En resumen, más allá del “animal” que somos que se procura sustento, como seres humanos nos preocupamos por la proyección que nuestras decisiones alimentarias tendrán en el futuro… pero ahí no debería quedar la cosa. Ampliando más las cualidades que nos adornan como seres racionales creo que deberíamos tomar en consideración los condicionantes previos a nuestras elecciones y no solo sus consecuencias.

Nota: Quiero agradecer a tres compañeros tuitteros su aportación para realizar esta entrada: Oscar Picazo (@OscarPicazo), Alberto Hernández ( y Mireia Gimeno (@mireiagimeno)

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