alcanzada cierta edad y con hijos a cuestas uno se ve constantemente asediado por hitos que al menos en apariencia no tienen otro sentido que poner de manifiesto la fugacidad… de las cosas.
en lo que llevamos de verano y tratándose de dientes e hijas las noticias han venido a pares: la mayor (11 años) ha perdido su última pieza “de leche” y la menor (6 años) acaba de ingresar en el club de los desdentados al deshacerse de la primera. y qué quieres que te diga… estas cosas, pues como que dan cierta perspectiva vital a un padre que como quien dice las vio nacer ayer. (a ver papá, mamá… ya sé que vosotros tenéis mucho más que contar que yo en este sentido, pero este es mi blog).
centrando un poco más el tema hay que tener en cuenta que la archiconocida afirmación ‘somos lo que comemos’, cuando se refiere a los dientes, adquiere un especial significado ya que su morfología va a reflejar claras adaptaciones alimentarias y ecológicas en nuestros ancestros.
algunos animales tienen dientes y otros no
parece una perogrullada pero no conviene caer en las falsas apariencias. aunque son muchos los animales que poseen elementos trituradores en la región oral, incluidos los invertebrados (como por ejemplo los caracoles) no todos estos elementos son dientes propiamente dichos. es decir no serían estructuras homólogas a los dientes de los cordados; si acaso sí análogas, es decir, con idéntica o similar función pero con distinto origen embrionario. el caso es que, tratándose verdaderamente de dientes, su anatomía, origen y disposición son elementos de gran utilidad para definir especies y caracterizar poblaciones. así, la organización, número y morfología de las piezas dentales son parámetros de gran utilidad para definir nuevos taxones y establecer relaciones filogenéticas con otras especies.
los dientes de verdad aparecen con las mandíbulas de verdad
dando un gran salto evolutivo y sobrevolando el resto de especies animales hasta llegar a los mamíferos, los dientes propiamente dichos aparecen con las especies que incorporaron en el proceso evolutivo las mandíbulas, es decir con los gnatostomados (grupo de peces y tetrápodos). con esta herramienta, la mandíbula y sus dientes como tal, se introdujo una clara ventaja en las posibilidades de alimentación de los vertebrados, lo que se piensa influyó en el aumento de tamaño de las nuevas especies.
en el caso de los tetrápodos (para que me entiendas los “bichos” con cuatro extremidades ambulatorias o manipulatorias como las de los anfibios, los reptiles, los mamíferos y las aves) los dientes empiezan a formarse en la etapa embrionaria a partir de la denominada cresta o lámina dental de la epidermis, que contiene el llamado órgano adamantino, cuyas células (adamantoblastos) forman el esmalte, debajo del cual se encuentran a su vez los odontoblastos, que forman la dentina (también denominada marfil). sean o no mamíferos, en los tetrápodos existen dos crestas dentales en la etapa embrionaria, una debajo de la otra, que originarán de forma sucesiva las denticiones decidual (la que “se cae”) y definitiva.
llegamos a los mamíferos
volviendo a dar otro gran salto y pasando por encima de las particularidades dentales de las aves actuales (cuyos especímenes no presentan dientes y sus mandíbulas están recubiertas por un estuche córneo que forma el pico) y de las de reptiles y anfibios con especial tendencia a la polifiodontia (con varias generaciones de dientes a lo largo del ciclo vital) en el caso de los mamíferos el patrón polifiodonto pasó a ser difiodonto, es decir con dos generaciones exclusivamente de dientes: la decidual y la permanente.
así pues, la mayor parte de las especies de mamíferos actuales son difiodontos, aunque hay algunas excepciones. por ejemplo, en el caso de los marsupiales, solo se reemplaza el tercer premolar; y en el caso de algunos roedores su dentición nunca se reemplaza. esta tendencia evolutiva, la de no sustituir piezas dentales (monofiodontia), es secundaria.
¿y por qué dos generaciones de dientes?
no deja de ser una teoría, aunque bastante compartida, el hecho de que cada juego de dientes responda a las concretas adaptaciones de estos elementos a las diferentes dietas o patrones de alimentación que se observan a lo largo del ciclo vital de los mamíferos. de ahí que los “dietes de leche”, la primera dentición o decidual, esté presente en el periodo del desarrollo durante el cual el individuo se alimenta principalmente de la leche de su madre.
así que hablando de especialización, además de difiodonta, el ser humano también es una especie heterodonta ya que las piezas dentales que posee son diferentes estando especializadas cada una de ellas en una función concreta para procesar los alimentos… ya te dije que el “somos lo que comemos” toma en el caso de los dientes un especial significado.
en resumen hijas mías: hay que ver lo rápido que crecéis.
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nota: para la realización de esta entrada se ha consultado “origen y evolución de los dientes: de los cordados primitivos a los humanos modernos” de pérez-pérez a. y colaboradores (rev. esp. antrop. fís. (2010) 31: 167-192)
imagen: cham vía wikimedia commons
Personalmente creo que si mudamos de dientes es porque con el crecimiento normal nos crece también la mandíbula, no imagino la dentadura de un adulto en la boca de un niño. No creo, sinceramente, que tenga que ver con la alimentación, además los dientes sirven para morder y triturar no para la lactancia, por lo que asociarlos a ese período del crecimiento no viene al caso.
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Nunca le perdonaré a la naturaleza que no nos reponga los dientes perdidos hasta que nos muramos de viejos como hace con los tiburones. ¿acaso nosotros no tenemos que comer durante toda nuestra vida como los tiburones? el ser humano es la maravilla de la creación y por lo tanto tienen que reponernos lo que perdamos durante toda nuestra vida como les ocurre a los tiburones o a los reptiles a los cuales la madre naturaleza le repone trozos de su cuerpo perdidos. el ser humano es la cumbre evolutiva y debe tener lo mejor del resto de especies de la tierra. ¿que se ha creido la naturaleza con este desprecio evolutivo hacia nosotros?
Uno de los grandes argumentos de los vegetarianos (y veganos mas recientemente) durante años ha sido que nuestra dentición está hecha para procesar alimentos vegetales, no para comer carne. y que eso es segun ellos el origen de todos nuestros problemas de salud. Sin embargo, de acuerdo a las pinturas rupestres, hace unos cuantos miles de años nuestra alimentacion estaba basada en la caza y la pesca en su mayor parte, y solo un reducido porcentaje era de origen vegetal. Recien con la llegada de poblaciones sedentarias.se introduce la agricultura, los hidratos de carbono, etc en nuestra dieta, ¿que hay de cierto en todo eso?
Una apreciación, que no haría si no empleara el artículo argot científico: refererise a los dientes como piezas o herramientas es malsonante: son órganos. A no ser que se este hablando de de robots…
@Sherlock
Pues lo que sí ha habido es una evolución lógica en base a la forma de comer y el tipo de comida, ambas cosas han influido, el cocinado, la variedad, etc…
Y eso ha hecho que tengamos que abrir menos la mandíbula, desgarrar menos y masticar más fácil, o diferente, y con la caza cruda había que tener una poderosa mandíbula y dentadura.
La prueba es que la genética a lo largo de miles de años ha ido modificando tanto la mandíbula como las piezas dentales, y las muelas del juicio, o terceros molares, son prácticamente inútiles, y suelen dar más problemas que otra cosa, hay gente que ya ni les salen, y no es un “defecto o error” genético, parece ser que es una seña de la evolutiva genética y que tendemos a su ausencia definitiva.
Saludos.
@sicologo astral, los tiburones y reptiles pueden sustituir sus dientes porque estos son todos iguales y no tienen una mordida tan ajustada, nosotros tenemos dientes mucho más especializados para diferentes funciones que tienen que encajar perfectamente entre ellos.