Actualmente, y a pesar de disponer nuestro organismo de finos mecanismos reguladores de la ingesta, que siempre han funcionado a la perfección durante siglos, la composición de muchos productos alimenticios procesados, la publicidad y otros condicionantes socioeconómicos y personales (hedonismo, impulsividad, bajo nivel de ingresos, metabolismo individual, etc.) han alterado de tal manera dichos mecanismos […]