La noticia es de la semana pasada. Según parece un instituto chino, situado en la provincia central de Hubei viene facilitando y subvencionando a los alumnos que se preparan para el “gran examen” de entrada en la universidad (un análogo de nuestra Selectividad) un cóctel de aminoácidos que se administra por vía intravenosa con el fin de aumentar y mejorar su rendimiento intelectual.
El escándalo ha saltado a la palestra gracias a la red social Weibo (algo así como “nuestro” Twitter) y ha dado la vuelta al mundo. Puede verse un video sobre los hechos en este vídeo de la cadena CNN:
Como muchas veces en estos casos y otros similares, la presión, la necesidad, el ansia por obtener unos resultados especialmente importantes o deseados (en este caso el mejorar el rendimiento intelectual, pero podrían ser tranquilamente el adelgazar o el recuperarse de una enfermedad) llevan a la población en ése tipo de trances a adoptar medidas descontextualizadas que nada tienen que ver con el resultado ansiado. No existe la evidencia científica al respecto de que una suplementación con aminoácidos, más allá de los aportados a partir de una correcta alimentación, suponga una ventaja en el estudio, la memoria, la comprensión, etc. ya se realice esta suplementación por la vía que sea, oral, intravenosa, etc.
Ahora bien, no se puede negar la efectista imagen de saberse (y ver a los demás) “enchufado” a un gotero que se ha puesto ahí con el fin de mejorar tus capacidades. Efectista sí, motivador, si quieren, pero en este caso no se puede decir otra cosa más qué, que los engañan como a chinos. Que nadie vea en mis palabras una discriminación con motivo de la raza o nacionalidad, es una frase hecha que traigo a colación sin malicia. Sin ir más lejos, en España (y supongo que en otros países también) en las épocas de exámenes, las farmacias proveen de suplementos vitamínico-minerales a muchos estudiantes con el mismo efecto que esos goteros chinos (teniendo en cuenta, otra vez, que el sujeto siga una alimentación adecuada, equilibrada y suficiente… y que si no la sigue la solución natural es seguirla, no la suplementación) y por tanto, en este caso, nos engañarían como a españoles.
Con los aspectos relativos a la efectividad de este tipo de medidas (nulos) a un lado, cabe también preguntarse y poner en tela de juicio los aspectos sanitarios y el riesgo que puede suponer el tener en un entorno no específico para este tipo de iniciativas una vía intravenosa abierta (bueno, una vía no, por que al parecer en clase estaban unos 50 alumnos enchufados al gotero). Este tipo de estrategias no son nuevas en este instituto de China, pero sí el que salgan a la luz pública ahora. Otros años los goteros eran administrados en la enfermería del centro, pero la presión de los estudiantes (que es mucha en este país en relación a esta prueba de selectividad) propició el instalar de forma precaria los goteros en clase y así aprovechar a estudiar mientras.
Así vamos mal.