de veras que creo que a veces pienso que estamos tontos. veamos, os hablo de la reciente polémica sobre la presencia de carne de caballo en hamburguesas de irlanda y del reino unido y sobre uno de los últimos análisis realizados por la organización de consumidores y usuarios (ocu) en el que después de poner bajo la lupa 20 preparados crudos para elaborar hamburguesas se ha revelado que salvo una única gloriosa excepción, ninguno de ellos posee una calidad especialmente alta, por no decir que es mediana o más claramente deficiente. y va, y esto es “la noticia”.
en realidad lo que más revuelo mediático a supuesto ha sido que en los resultados de la ocu dos de estos preparados incorporan, no se sabe en qué porcentaje, un tipo de carne no especificada en su denominación comercial o que, más directamente, se supone que no debiera estar ahí. en ambos casos lo que no debería estar ahí es carne procedente de ganado equino.
analicemos si no os importa la cadena de acontecimientos para ver si reviste las características para hacer de este hecho tanta noticia.
1. la ocu reconoce que la iniciativa de contrastar el origen de las distintas carnes presentes en 20 muestras de preparados para hamburguesas españolas responde al revuelo mediático suscitado hace unos pocos días cuando en irlanda y uk encontraron carne de ganado equino en preparados de hamburguesas.
2. entre las conclusiones claramente explicitadas del análisis de la ocu se hace destacar que uno de los problemas principales que se ha hallado es que el etiquetado de varios de estos productos no se corresponde con la realidad. en ningún caso se ha comentado nada de problemas de seguridad alimentaria, salvo para decir, claramente, que no es un problema que ataña a estas cuestiones.
3. al mismo tiempo, se revela que la calidad de una amplia mayoría estos preparados resulta entre mediocre y deficiente, con independencia del origen ganadero de los ingredientes.
4. los medios de comunicación españoles, quizá a remolque de aquellos irlandeses, ponen el acento en que “se halla carne de caballo” en hamburguesas que no declaran dicho ingrediente en su composición.
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sobre todo esto, a mí y a título particular, me gustaría hacer algunas reflexiones.
1. sin quitarle un ápice de importancia al engaño que supone envasar un alimento que no se corresponde con su etiqueta, la “gravedad” del hecho noticiable en irlanda y uk responde a que en los países de tradición anglosajona el consumo de ganado equino tiene unas connotaciones francamente negativas. la razón es clara: en estos países por cuestiones culturales, sociales o pragmáticas la utilización de la carne de caballo para el consumo humano es considerada casi como sacrílega. tal y como pudiera suceder en nuestra cultura con el consumo de carne de perro, de gato o de rata. al igual que comenta el reconocido antropólogo marvin harris en su muy recomendable escrito “bueno para comer”, los recursos que utiliza una determinada población para dar cuenta de sus necesidades nutricionales son variopintos y dependen más de condicionantes socioculturales, muchas veces matizados por cuestiones de índole religioso, que de los verdaderos condicionantes nutricionales. así, lo que se consume en una determinada población (cultura, país, religión…) de forma normal, puede ser rechazado de plano por otra. ejemplos los hay a miles con el ganado vacuno, canino, porcino, los insectos, etcétera; y el ganado equino no escapa a esta regla.
2. la carne de ganado equino no es mala, per se, desde un punto de vista nutricional. no son pocos los que destacan algunas características “particulares” que podrían ser ventajosas en algún momento. entre las más frecuentemente comentadas resaltan: su mayor riqueza en hierro en comparación con la carne de otro tipo de ganado; un mayor “dulzor” en el momento de su degustación fruto de una ligera mayor presencia de glucógeno entre sus fibras musculares y; un porcentaje de grasa relativamente contenido (aunque, también es cierto, habría que comparar piezas equivalentes, loq ue tratándose de carne de caballo, no es sencillo)
3. para mí la información verdaderamente útil, aquella que a mí más me gustaría hacer destacar y que se desprende del análisis de la ocu hace referencia más a la calidad de la carne de dichas hamburguesas que a su origen. más en concreto cuando se valora el apartado, “calidad de la carne”: 7 obtienen la calificación de “muy mal”; 8 de “mal”; 2 de “aceptable”; 1 de “muy bien”… y sobre 2 “no hay datos”. ¿llamativo? para mí no, simplemente significativo.
4. estos datos, unido a su precio, exorbitado para su calidad, hacen que en mi opinión este tipo de soluciones alimentarias, las de las “hamburguesas preparadas para hacer”, sean una pésima elección para el día a día (salvo contadas excepciones difícilmente reconocibles). tengan o no carne de caballo.
5. por último, y en relación con el anterior comentario, no voy a ocultar mi satisfacción cuando de vez en cuando saltan a la palestra estudios, análisis y demás con una cierta repercusión que ponen de manifiesto aquellas cuestiones que un servidor trata de poner en evidencia día a día (haya o no un hecho noticiable) mientras hace advertencias y recomendaciones que muchas veces son observadas de reojo como si uno no supiera de qué habla.
¿quieres comer hamburguesas, albóndigas, pimientos rellenos, lasagna, canelones, steak tartar… con carne picada? háztela tú. en el carnicero, pide tú qué carne y en qué proporción quieres que te la piquen. ¿eliminaras así todos los riesgos? no, pero los minimizarás.
por cierto. ayer con este tema como motivo me hicieron una entrevista en directo en esradio (@esradio) en el programa de luis herrero (@encasadeherrero). puedes escucharlo aquí a partir del 2’ 10” (por cierto, “sensibilidad” es la palabra que no me salía con respecto a los métodos de análisis. “sensibilidad”, puñetas. cosas del directo)
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foto 1: efe
foto 2: modezero