¿Hay alguna relación entre tu dieta y el acné que sufres?

AcnéEl acné es la enfermedad de la piel más frecuente en los países desarrollados y en no pocas ocasiones afecta de forma importante a la calidad de vida de las personas que lo padecen. Con bastante frecuencia se consideran los factores dietéticos como un factor importante en la patogénesis del acné. En cierta medida estas relaciones son consecuencia de una cierta tradición, desde principios de siglo XX, de incluir en los libros de texto de medicina sobre dermatología la creencia de que cualquier alimento agradable al paladar, en especial el chocolate, las bebidas y alimentos azucarados y aquellos ricos en grasa, eran causa del acné o del agravamiento de sus síntomas.

Sin embargo, la mayor de los estudios actuales apuntan hacia la idea de que aun existiendo una cierta evidencia, débil en la mayor parte de los casos, entre determinados hábitos dietéticos y el acné, esta relación causa-efecto no es la razón principal que explique la existencia del acné en una determinada persona. Hoy en día la mayor parte de los libros de texto sobre dermatología han abandonado casi cualquier referencia al tratamiento terapéutico del acné a partir de factores dietéticos. Frente a esta realidad, merece la pena destacar un dato que da muestra de lo interiorizado que está entre la población esta relación: hasta un 41% de los estudiantes de último curso de medicina australianos creían que el agravamiento del acné estaba influenciado de forma importante por la dieta (a pesar de lo contenido en sus libros de texto).

Hay algunos datos que apuntan de manera bastante convincente que la relación entre los estilos de vida y el acné existen, en especial cuando se considera que la prevalencia del acné es notablemente inferior en poblaciones no occidentalizadas. Además de los factores genéticos es posible que haya elementos propios del estilo de vida moderno que favorezcan su aparición o cuando menos su agravamiento (el estrés parece ser también un elemento a tener en cuenta). Sin embargo, aun no se ha dado con la clave de esta relación de manera concluyente.

La principal evidencia actual entre el binomio alimentación-acné se resume de la siguiente forma:

  • Los profesionales sanitarios no deben descartar una asociación entre la dieta y el acné. Pero estas asociaciones no se deberían generalizar a todos los pacientes.
  • Hay pruebas bastante convincentes de que aquellos estilos de alimentación caracterizados por un alto índice glucémico podrían agravar el acné.
  • Podría existir una asociación entre la incorporación de lácteos en la dieta y el acné, pero la evidencia de que esto sea así es bastante poco consistente.
  • En cuanto a nutrientes concretos, el papel de los ácidos grasos omega-3, los antioxidantes, el zinc, la vitamina A, y la fibra dietética en el desarrollo y/o agravamiento del acné no está nada claro.

¿Y el chocolate en concreto?

El chocolate es un alimento que ha de ser observado entre aquellos que poseen un alto índice glucémico (como el resto de los dulces u otros alimentos con un alto aporte de hidratos de carbono sencillos, como por ejemplo la miel). Pero, al parecer, no es preciso criminalizar el alimento concreto (en este caso el chocolate) si no más bien el estilo alimentario general. Es decir, los efectos del consumo esporádico de chocolate (o de miel, dulces, etc.) con respecto al acné pasarían más o menos inadvertidos siempre y cuando se consumiera en el marco de una ingesta con índice glucémico más bajo.

¿Y los lácteos? 

En contra de lo que se suele creer, la posible y pequeña influencia de los lácteos en el acné no estaría relacionada con las grasas contenidas en estos alimentos, sino más bien con las proteínas del suero lácteo o con factores hormonales. Esta explicación coincide, como en el caso de los alimentos con un alto índice glucémico, con la certeza bastante plausible de que en el origen del acné uno de los factores más importantes es el equilibrio hormonal.

En resumen, no hay una evidencia clara de cuál es el papel de los factores dietéticos en el desarrollo del acné. Las pocas evidencias que existen son débiles y en la actualidad la ciencia tiene más preguntas que respuestas sobre este tema. La mayor parte de investigadores suelen coincidir al afirmar que el principal consejo reside en la necesidad de aportar un asesoramiento individualizado, nunca generalizado y, que además, tanto los profesionales sanitarios como los pacientes han de ser conscientes, de las limitaciones que tienen las recomendaciones relativas a los estilos de vida.

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Foto: David Castillo Dominici vía FreeDigitalPhotos.net