¿Cuáles son las bases de eso que se llama “dieta equilibrada”, 55-30-15?

Tooooooooma preguntita… y mira que parece haber una cierta unanimidad en la contestación, pero… ¿es válida la respuesta típica, es útil, es aplicable, es… práctica? porque de eso es en definitiva de lo que se trata, que sea práctica, que sirva a la gente y que no maree la perdiz, tal y como habitualmente sucede para su desconcierto.

Atendiendo a la típica respuesta, una “dieta equilibrada” es, según los cánones, aquella que respeta el aporte de principios inmediatos, es decir, un aproximadamente 55% de las calorías en forma de hidratos de carbono, un 30% en forma de grasas y un 15% en forma de proteínas. Más o menos, aunque sobre estos porcentajes también hay abierto un cierto debate (sobre si esto es lo que marca la ciencia de verdad o más bien lo que le conviene a la “industria”). Sea como fuere y dándolos a priori como buenos, hay no pocos problemas a la hora de interpretar esta respuesta y, como no, formas (buenas) y formas (malas) de llevarlo a la práctica. Así pues, la respuesta (insisto, dándola por buena) si no se aporta mayor información, es una especie de “brindis al sol” que de poco o nada sirve al consumidor medio. ¿Acaso piensas que el nutricionista que escribe estas líneas se preocupa en su alimentación diaria (y la de su familia) de dar cumplida respuesta a estos porcentajes? Ya te lo digo yo: no. Ni de coña.

Como te decía hay muchas formas para tratar de aproximarse a esas cifras… y, al así hacerlo, obtener, también a priori, diferentes resultados. Unos más o menos adecuados y otros, no tanto. Para ponerlo de manifiesto hoy te traigo a colación una excepcional infografía o vídeo (tiene un poco de ambos, llamémosle como propone su autor, un “minidocumental”) que publicó hace ya unos cuantos días mi colega Aitor Sánchez (@MiDietaCojea) en su muy recomendable blog “Mi dieta cojea


¿Has visto? Es tan gráfico el ejemplo que no creo que merezca la pena entrar a desglosar sus contenidos. Ahora, eso sí, me quedo con una frase:

Una dieta equilibrada que tenga solo en cuenta las proporciones [de macronutrientes] puede no ser saludable si está construida con alimentos poco interesantes: si tu fuente de hidratos de hidratos de carbono son principalmente azúcares y productos refinados o tus proteínas y grasas no son de calidad, tendrás una dieta equilibrada… de mierda.

A fin de cuentas, el concepto cuantitativo de “dieta equilibrada” vuelve a poner el acento en el nutriente (en este caso macronutriente) pasando por encima del concepto de alimento. Es decir, a mi juicio, se vuelve a poner en alza uno de los principales errores en la divulgación del conocimiento nutricional, haciendo uso, una vez más del nutricionismo aunque sea de forma grosera (o “macroscópica” por aquello de los macronutrientes) ya que habitualmente el nutricionismo al uso, lo que promueve es la glorificación del micronutriente, es decir, de vitaminas, minerales, antioxidantes, etcétera.

Healthy eating plate

Por tanto, más allá de dogmas difíciles de interpretar como el del 55-30-15, en mi opinión, una adecuada selección de alimentos en nuestra dieta diaria se ha de anteponer a datos y cifras frecuentemente abstractos. Para ello, el uso de las “nuevas” guías alimentarias en forma de “plato” (en especial su paradigma en la versión de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard) pueden resultar un modelo más adecuado para ayudar a estructurar nuestra alimentación cotidiana.

Mi más reconocida enhorabuena a Aitor Sánchez por la idea conceptual de su “minidocumental” y por habérnosla hecho llegar con esa sencillez característica del minimalismo o de ese estilo que algunos, entre ellos un servidor, asocia al concepto sueco de IKEA… ahora uno empieza a atar cabos (seguro que Aitor me entiende 😉 )

——————————————