hace escasos días la organización mundial de la salud (oms) hizo público su propuesta de plan de acción sobre alimentación y la nutrición para el periodo 2015-2020. con sinceridad, me esperaba algo más de chicha. en especial después de conocer las duras palabras de su presidenta, hace apenas un año, al identificar sin pelos en la lengua algunos de los principales riesgos y peligros en la creación de políticas a este respecto; me refiero cuando señaló a la industria alimentaria como uno de los actores principales de este drama y no precisamente a la hora de representar el papel de bueno de la película, sino más bien todo lo contrario.
así, este documento de la oms se me antoja más una especie de carta a los reyes magos que un verdadero plan de acción que trasladar a los estados miembros y que resulte en cambios significativos. ojalá me equivoque y tenga que comerme estas palabras. en cualquier caso, en el apartado “calendario” se afirma que no será hasta dentro de un año (septiembre de 2015) cuando la propia oms desarrollará una especie de “lista de comprobación” con la que poder cuantificar los avances de los distintos países a la hora de implementar los indicadores más relevantes de este plan. cuando ese día llegue, no estaría nada mal el poder acceder a esa información, conocer cuáles son esos “indicadores relevantes” y en que situación está cada país a la hora de cumplirlos. estaremos atentos.
de todas formas, entrando en materia, el documento es un poco más de lo de siempre. buenas palabras, deseos e intenciones que no por repetirse parezca a estas alturas del cuento que vayan a plasmarse en realidades. entre sus objetivos, la creación de entornos saludables en lo que a consumo de alimentos y bebidas se refiere; una necesaria especial atención hacia los colectivos más vulnerables (en concreto la infancia); promoción de un estilo de alimentación saludable a todo lo largo del ciclo vital; reforzar los sistemas de salud para que sean promotores de una alimentación saludable; apoyar la vigilancia, monitorización, evaluación e investigación de los alimentos actuales y futuros; fortalecer las alianzas intersectoriales y conseguir un mismo enfoque en todas las políticas; etcétera.
creo que se me nota un poco pesimista. quizá sí, pero no es preciso confundirse. suscribo casi totalmente los puntos que defiende este plan (hay cosas que me parecen muy matizables). sin embargo y como ya he dicho, este documento no aporta ninguna novedad, estas cosas ya se han dicho o se dicen cuando en el terreno político se les llena la boca a los dirigentes con el “voy a hacer o haremos”. vale, esto que propone el plan ya se ha dicho infinidad de veces. lo que hace falta es hacerlo.
por ejemplo, el plan menciona, en sus puntos 38, 39 y 40, la necesidad de asegurar que en todos los entornos sanitarios existe un compromiso de promoción de la salud, teniendo en cuenta que la nutrición y la alimentación saludable han de ser dos prioridades clave en los sistemas de asistencia social, de forma que se incluyan breves intervenciones y se dé asesoramiento en nutrición en los centros de atención primaria. para ello, sigue el texto se requerirá la presencia en los sistemas sanitarios de profesionales especialmente capacitados y formados (cualificados) y que esta atención se haga extensiva a todos los ámbitos de la intervención sanitaria.
¿estará sugiriendo la oms que es necesario contar con dietistas-nutricionistas en los servicios públicos de salud? no estaría mal… de hecho españa es uno de los países a la zaga de entre los de su entorno en este tema (ver post relacionado aquí, aquí y aquí)
en relación a lo que no me gusta demasiado de esta desiderata, que es poco, refiere en concreto al punto 32 cuando sostiene que uno de los objetivos ha de establecerse en la promoción de la reformulación de alimentos. ejem, no. yo al menos no considero esto una prioridad tal y como están las cosas; me explico, no veo yo mayor necesidad en “reformular” una lechuga, un rodaballo o unos espárragos de tudela. claro, y no hay necesidad porque la oms se debe referir a la reformulación de alimentos procesados: reformular una “pizza barbacoa” industrial, una salsa “césar” ignominiosa, unos almibarados cereales de desayuno o unos frutos secos tostados, salados y de sabor “tijuana”… por ejemplo. y no digo que no sea necesario “reformular” tales cosas; opino que esta no ha de ser una prioridad.
prioridad ha de ser en este terreno poner a cada uno de este tipo de alimentos en el lugar que se merece, acercando los primeros a nuestras mesas y alejando los segundos a partir de políticas claras que no dejen lugar a la menor duda. alimentos adecuados, sí; y alimentos caca, no… en ese plan.
en fin, ya veremos qué pasa dentro de un año. ojalá me caiga con todo el equipo, lo digo en serio.
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nota: quiero agradecer a raquel bernácer (@aliment_arte) sus aportaciones para este post.
imagen: vía freedigitalphotos.net