Si yo hiciera unas guías de alimentación saludable… (6): cosas que ni estarán ni se les esperará

Antes de comenzar este post recomiendo leer:

Comida basura

El artículo de hoy está dedicado a justificar la ausencia de determinados productos en aquella guía de alimentación saludable que yo confeccionaría. De todas formas antes de continuar me gustaría aclarar que, en esencia, el alma mater de las guías alimentarias está constituido por un icono que, a modo de síntesis, reúne en una sola imagen el conjunto de aquel mensaje dietético que se pretende hacer llegar a la población general. La elección de esta imagen, en forma de “plato”, “pirámide”, rueda, rombo, etcétera no es baladí ya que de esa elección dependerán en gran medida la información que se pretende hacer llegar… con una mayor o menor probabilidad de malinterpretación y también con una mayor o menor accesibilidad de esa información, pero ese tema será en sí mismo motivo de debate en otro capítulo de esta serie.

Adelanto todo esto porque, que aparezcan al final unos determinados alimentos u otros… o no, va a depender en gran medida de la elección de esa herramienta gráfica. Tal y como darás por supuesto, un servidor ya tiene en mente cuál será ese icono que se presentará al final de esta larga saga de capítulos. No obstante, y hasta que llegue ese día, es preciso hacer una serie de justificaciones y explicar los porqués de que ese icono sea el que finalmente será. Así, hoy toca explicar por qué determinados productos no van a figurar en la mencionada imagen.

Alimentos superfluos

El DRAE define “superfluo” como aquello que no es necesario o que está de más. Ya sé que no estamos aquí para hablar del DRAE ni cosa que se le parezca, pero de verdad que no sé qué es lo que pintan algunos productos que aparecen en no pocas de las guías de alimentación saludable que actualmente se manejan (entre ellas la ínclita “pirámide de la alimentación saludable SENC 2004” y que está a punto de reeditarse con un mensaje dietético similar al de aquel entonces… por no decir idéntico).

En la cima del mundo

Aunque ya te conté mi parecer a este respecto en esta entrada el caso es que, como bien sabrás, “nuestra pirámide” aloja en su cúspide una serie de productos alimenticios que maldita la falta que necesitan mencionarse a la hora de plantear un mensaje coherente sobre alimentación saludable. Se trata de alimentos que como te decía son “superfluos” y que no ayudan en absoluto a alcanzar un adecuado reparto de alimentos. De su consumo se podría decir que “cuanto menos mejor”. En el caso de “la pirámide SENC 2004” cuando se refiere a ellos, o cuando de dar una explicación al respecto de su presencia se trata, se cita que su consumo ha de ser ocasional en la frecuencia y moderado en las raciones.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, no son pocos los fabricantes de este tipo de productos superfluos los que sacan pecho por el hecho de ser mencionados en la “pirámide de la alimentación saludable” y, retorciendo el mensaje de esta a su voluntad e interés, “demuestran” que ellos también forman parte de una alimentación saludable por el hecho de estar incluidos en la “pirámide de la alimentación saludable” con mensajes del tipo: “[¿lo ves?] tus aperitivos industriales, snacks, refrescos y demás también pueden formar parte de una dieta variada y equilibrada”. Pues no. Repito: de ellos, como superfluos que son, se puede… se debería decir que “cuanto menos mejor”.

Así pues, y visto que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio…si de mi dependiera, la guía alimentaria que yo diseñaría no contendría en su imagen típica ni media palabra de aquellos productos alimenticios que fueran superfluos. Si acaso, y en alguna explicación aparte del propio icono (como lo es este artículo) mencionaría lo que ya he dicho: que de snacks salados, aperitivos industriales, refrescos bebidas azucaradas, bollería industrial y, en general, comida basura, cuanto menos mejor.

El tema del alcohol

Siendo el tema del consumo de bebidas alcohólicas una cuestión redundante en este blog, y por lo expuesto en varios artículos ya publicados (que puedes encontrar en los enlaces del final de este post), así como por la misma regla que se le aplica a los productos anteriormente mencionados, las bebidas alcohólicas no tendrían la menor cabida en mi guía alimentaria. El argumento principal se podría resumir en que estamos hablando de salud… y por ella hay cientos de cosas que se pueden hacer bien (y que hacemos mal) antes que preguntarnos si debemos o conviene tomar o no alguna bebida alcohólica (sea la que esta sea) por cuestiones de salud. Sabiendo que, además, con la mera presencia de cualquier mensaje más omenos positivo en las guías se corre el grave riesgo de que sea malinterpretado en plan: Pues si una copa de vino es buena, dos son el doble de buenas… y cosas por el estilo.

De hecho, y en el caso de la ya mencionada “pirámide de la alimentación saludable 2004” es de las pocas, por no decir la única guía de alimentación saludable en el mundo que a día de hoy incorpora un cierto mensaje de carácter indulgente (cuando no abiertamente beneficioso) a la hora de incluir el consumo de algunas bebidas alcohólicas, más típicamente vino, cerveza, cava y sidra.

Y en mi opinión, es que no. Por salud, lo que se dice por salud: no, nunca o jamás debiera estar ese mensaje sobrevolando por encima de unas guías alimentarias.

A este respecto, y aunque la cuestión de los patrocinios en este tipo de guías será también parte central de otro capítulo de la saga, merece la pena recordar que en el capítulo 12 del módulo 2 del Libro Blanco de la Nutrición en España se menciona que:

No debemos olvidar que el plato [en referencia a la actual guía alimentaria de EEUU], y anteriormente la pirámide [también en referencia a la de EEUU], son instrumentos políticos, cuyo fin frecuentemente no es solamente promover la salud de los consumidores, sino las ventas de ciertas industrias. La industria de la carne y los lácteos son dos de las industrias más poderosas de Estados Unidos

Y, por ello, me pregunto y lanzo esta cuestión al aire, qué es lo que pudo influir en el ánimo de anteriores versiones de la pirámide de la alimentación saludable SENC, para que, por ejemplo en 2001 la edición de aquella pirámide SENC incluyera una mención al consumo (opcional) de vino y, en 2004, conociéramos una nueva versión con la inclusión, además del vino, de la cerveza. Es decir, en menos de tres años, apenas modificaciones (salvo la de bajar el aceite de oliva un peldaño en la pirámide) y, eso sí, hacer acompañar al vino de la refrescante cerveza.

Pirámides SENC 2001-2004

Veamos, y para que mi mensaje no sea malinterpretado, el consumo de vino en España (no tanto la cerveza) tiene importantes connotaciones culturales, sociales, convivenciales, tradicionales y todo lo que uno quiera… pero su consumo por cuestiones de salud, opino, no se justifica de ninguna de las maneras. Por tanto, su inclusión en unas guías de alimentación saludable, además de no poderse justificar, aumenta el riesgo de poderse malinterpretar.

En resumen

Si de mi dependiera la realización de unas guías saludables se evitaría cualquier mención simbólica a aquellos alimentos considerados superfluos (tal y como sucede en las más recientes guías alimentarias de otros países). Al mismo tiempo, evitaría observar el consumo de determinadas bebidas alcohólicas con indulgencia y, por tanto, ni se mencionarían ni se representarían en su icono gráfico.

Seguiremos con un nuevo capítulo la semana que viene.

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Imagen:  Iamnee vía freedigitalphotos.net

7 comentarios en “Si yo hiciera unas guías de alimentación saludable… (6): cosas que ni estarán ni se les esperará

  1. Totalmente de acuerdo con la supresión de la mención de los alimentos considerados superfluos, pero lo del vino y la cerveza…ahí tengo mis dudas porque “personalmente” considero que sí pueden ser bebidas saludables tomadas con moderación…al igual que el café o el cacao, productos que no son mencionados. Ahora, si de lo que se trata es de que no aparezcan en la pirámide productos susceptibles de ser tomados con moderación, entonces sí habría que evitar mencionarlos.

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  2. No puedo estar más de acuerdo. Es indignante que estemos engañados y manipulados por los intereses y el poder de la industria alimentaria. Gran artículo.

  3. Totalmente de acuerdo!!! El vinito, la cervecita…. es alcohol. No soy de la liga antialcohólica, pero no se pueden recomendar como saludables. Siempre me pareció raro que apareciera en la pirámide de alimentación.
    Un saludo

  4. De acuerdo totalmente. Yo incluso iría más allá e incluiría esos “alimentos” en un grupo aparte llamado Productos a Evitar.

  5. Es que si se dijera la verdad que es decir que el vino, cerveza y demás bebidas con alcohol lo que hacen es PERJUDICAR la salud, las multinacionales y demás vendedores de esas drogas (el alcohol ES una droga, aunque sea legal) no estarían de acuerdo, y son más importantes sus ventas que las enfermedades para el sistema corrupto en el que vivimos.
    Igualmente pasa con el azúcar y el exceso de carbohidratos en la dieta ¿Acaso hace falta esa recomendación de tantos cereales, panes o galletas con la vida sedentaria que habitualmente llevamos? La energía que no se utiliza se transforma en grasa… Y por eso hay cada vez más niños gordos (y adultos).Pero otra vez nos topamos con los mismos: hay que dejar que las potentes empresas sigan produciendo y vendiendo, no vayamos a quitarles el chollo de hacerse millonarios por unos cuantos (o muchos, da igual) que enferman de obesidad… luego ya habrá otro “mercado” con el que otros (o quizás los mismos, que los que amasan dinero lo hacen de muchas formas) puedan hacerse ricos: dietistas-nutricionistas para la “dieta a medida”, ventas de libros y revistas para “estar en forma”, suplementos, gimnasios, máquinas para hacer ejercicio en casa, etc, etc… La salud no importa al sistema, lo que prima es el negocio, negocio y más negocio.

  6. La idea de Snorrel de poner un apartado de “productos a evitar” me parece muy buena. Ahí metería lo que Juan ha llamado alimentos superfluos y el alcohol.
    El alcohol no solo es malo para la salud de uno mismo sino que también para la de los demás.
    Para uno mismo por dos razones: puede provocar problemas de salud ya que aumenta la probabilidad de desarrollar problemas a nivel de sistema circulatorio, digestivo o nervioso central y ademas la gente en estado de ebriedad puede ponerse en peligro sin ser consciente de ello.
    Para los demás: las personas en estado de ebriedad pueden poner en peligro a los demás por ejemplo: cogiendo un coche.
    Y no vale el rollo del “yocontrolo” o “porunanopasanada”. Porque con el alcohol no controlas y después de una viene otra y otra….

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