¿Te comprarías un coche a través de un folleto que incluyera solo la foto de una nevera?

Supongo que no, yo tampoco. La pregunta tiene trampa, pero no tanta, porque dentro de algunas investigaciones con extractos vegetales a los que se les supone un efecto adelgazante se está haciendo algo parecido a lo que sugiere la pregunta.

Resulta que por lo que sé en el Hospital Clinic de Barcelona se está llevando a cabo una investigación para determinar la eficacia en el adelgazamiento de un extracto vegetal a base del denominado como “mango africano”. Y para ello se pudo ver (o quizá aun se pueda) un reclamo en forma de cartel buscando candidatos para el estudio, que es el que está encima de estas líneas.

Como me ha resultado imposible acceder a otros medios de contacto distintos de los referidos en el cartel, he terminado llamando por teléfono al “contacto” para formularle una serie de sencillas preguntas que a continuación transcribo junto con su respuesta:

Juan Revenga: ¿Existe una web o un documento donde se pueda acceder a las características del estudio, los criterios de inclusión exclusión, duración, etcétera?

Respuesta: No.

JR: ¿Y me las puede decir?

Respuesta: Se trata de un estudio con 120 personas que reúnan las características citadas en el cartel, que serán aleatoriamente distribuidas a un grupo de intervención o un grupo “placebo”. Es un estudio de intervención con una duración de seis meses doblemente cegado en el que ni los investigadores ni los participantes sabrán si toman están el grupo que toma el extracto de mango africano o en el que toma placebo. Ambos grupos por igual recibirán indicaciones sobre hábitos dietéticos saludables y se medirán su peso y algunas variables metabólicas al principio del estudio, al final y en algunos estadíos intermedios.

JR: ¿Este estudio se realiza a iniciativa de algún laboratorio, recibe el estudio algún tipo de financiación particular?

Respuesta: Eso no se lo puedo contestar, debería consultarlo con el coordinador del estudio el Dr. Ramón Estruch.

JR: ¿Por qué no me lo puede contestar, usted sabe si hay o no un laboratorio detrás?

Respuesta: Eso no se lo puedo contestar yo.

JR: ¿sabe que en la actualidad la mayor parte de los estudios incluyen un apartado denominado “conflicto de intereses”?

Respuesta: Sí, pero eso se lo tendrá que responder el coordinador del estudio.

JR: ¿Me podría facilitar el contacto con él,  me puede dar su correo electrónico?

Respuesta: No. Tendrá que llamar al Hospital Clinic y preguntar por él.

(Nota: Algo que llevo intentando desde hace un mes y ha sido imposible contactar con nadie relacionado con el estudio. Así pues le rogué a mi interlocutora que le hiciera llegar mi correo electrónico y que fuera él el que se pusiera en contacto conmigo… si quería)

JR: El cartel en el que se solicitan voluntarios para el estudio se incluye una foto, en concreto la de un mango “tradicional”, la fruta, vamos, es decir un mango que pertenece a la especie Mangifera indica, sin embargo los extractos del fruto sobre los que algunos le trasladan un efecto adelgazante pertenece a la especie Irvingia gabonensis. Ambos frutos no tienen nada que ver, de hecho ni tan siquiera pertenecen a la misma familia botánica, vamos, que no están emparentados ni de lejos… ¿por qué han puesto esta foto?

Respuesta: Sí lo sé, pero en realidad queríamos poner la foto de algo que la gente identifica con un mango y por eso la de esta foto.

JR: ¿Saben que poner esa foto llevará a engaño a la mayor parte de la gente? Para el caso podrían haber puesto la foto de unas cerezas o de una alcachofa.

Respuesta: Sí, pero es lo que hay

Sobre el mango africano como remedio adelgazante

Como le hacía saber a mi interlocutora los extractos del fruto conocido como mango africano con fines adelgazantes tiene una larga trayectoria. Quizá a ti no te suenen, pero llevan intentando hacerse un hueco entre las mandangas adelgazantes por lo menos 20 años. Se trata de los extractos del fruto de la planta conocida como Irvingia gabonensis de la familia de las Irvingáceas que no hay que confundir con el fruto que conocemos como mango de la planta Mangifera indica perteneciente a la familia de las Anacardáceas.

Este exótico elemento ha tenido (y tiene) que partirse la cara con otras bobadas ya existentes sin fundamento para adelgazar, empezando por la alcachofa, la cetona de frambuesa, el café y el té verdes, el extracto de pimiento, el de judía o faseolamina, y tantas otras… y como todavía no es muy conocido pues da para que alguien haga un estudio para contrastar su utilidad adelgazante. Pero…

Pero ¿acaso es que a nadie se le ha ocurrido hacer un estudio a estas alturas como para que tenga que hacerlo ahora el Hospital Clinic? Pues sí, y no es que no se le haya ocurrido a nadie, se le ha ocurrido ya a varias personas. incluso hay quien ha reunido toda la información de esos estudios y las ha resumido en una revisión sistemática, en concreto y en 2012 en el artículo: The Efficacy of Irvingia Gabonensis Supplementation in the Management of Overweight and Obesity: A Systematic Review of Randomized Controlled Trials (Eficacia de la suplementación de Irvingia gabonensis en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad: una revisión sistemática de ensayos clínicos aleatorizados)

¿Y que nos dice esta revisión de los estudios realizados hasta 2102 sobre la eficacia del mango africano para adelgazar? Pues es muy sencillo de entender, dado que no se ha demostrado su eficacia en este sentido, jamás se debería recomendar el extracto de mango africano para adelgazar.

Siendo justos, el estudio reconoce que la escasez de ensayos clínicos en este sentido y la pobre calidad de los existentes, y por lo tanto recomienda un poco más de seriedad en este terreno a la hora de emprender mejores estudios sobre el tema. Así y por tanto es posible que el estudio del Hospital Clínic tenga algún sentido siempre y cuando esté bien diseñado (algo que no sabemos por que no nos ofrecen esta información, lo cual significa un mal comienzo) y además sea independiente, es decir no esté planteado a instancia de un laboratorio o empresa con claros intereses en santificar el mango africano (algo que tampoco pinta bien habida cuenta del ostracismo informativo)

En resumen

Por todo lo demás, en referencia a la utilidad de este supuesto suplemento adelgazante, me remito a lo de siempre: hay que tener el punto de mira desviado de cojones si para adelgazar (poco o mucho me da igual) alguien decide recurrir a este tipo de “soluciones” que nunca, insisto, nunca y en ningún sitio han demostrado solucionar el grave problema de la obesidad. Son, en esencia, un  reclamo, un engañabobos que se aprovecha de la desesperación de la gente ávida por un camino fácil, por un atajo inexistente, con el que purgar unos hábitos de vida incorrectos.

En cuanto a que se sigan destinando recursos de investigación “serios” a estas memeces en vez de a aquellos aspectos que verdaderamente sabemos son determinantes en las cuestiones del sobrepeso y la obesidad, me parece una actitud deplorable por parte de las empresas y, por supuesto, de los investigadores que se prestan a ello.

Tal y como comentan con total acierto Antonio Orti y Julio Basulto en un post dedicado también al tema del mango africano:

Esta clase de trolas genera confusión, deseduca a la población en lo relativo a la importancia capital de una alimentación saludable (características que puede consultar aquí), genera falsas expectativas y, lo que es peor, puede llegar a deteriorar su salud y a desanimarle.

Y puestos a buscar culpables de esa deseducación, confusión, falsas expectativas y posible deterioro de la salud yo me quedo con la de algunos investigadores que se centran en lo superfluo y comercial, y vuelven la vista a lo importante y profesional.

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Nota: Quiero agradecer a @calsojorn el hacerme conocedor de la historia (de miedo por lo menos) del estudio en cuestión y sus ánimos para realizar este post.