En el universo que conocemos si X = Y, entonces 2X = 2Y; 3X = 3Y y así sucesivamente hasta llegar incluso a 5X = 5Y. Es lo esperable, lo lógico y lo que en su intrínseca sencillez puede entender hasta un niño de parvulario.
Digo esto porque cierto sector de la industria alimentaria (el de los zumos) y también sorpresivamente el de las frutas, verduras y hortalizas, se ha enrocado en un mensaje bien concreto con el fin de que hagamos una habitual normalización de los productos que son objeto de su negocio: los zumos de frutas. Los mensajes que transmiten no puede ser más directos: “una de las cinco raciones diarias recomendadas de frutas y verduras puede proceder del zumo de fruta envasado” (por parte de Asozumos, la industria) o “un vaso de zumo es una ración de las 5 recomendadas al día entre frutas y hortalizas. Las otras 4 se deben escoger entre frutas enteras y hortalizas variadas” (por parte de ‘5 al día’).
Para que lo entiendas, un zumo sustituye/equivale a una ración de fruta, pero por lo que se ve dos o más zumos no sustituyen/equivalen a dos o más raciones de fruta. Es decir nos hacen comulgar con ruedas de molino al retorcer la lógica y pretenden hacernos sucumbir ante una racionalidad absurda y torticera de cierta industria alimentaria. Me refiero a aquella industria que vela más por sus intereses particulares que por los de la ciudadanía. Aquella que en su discurso marketiniano se pone por montera las recomendaciones de instituciones y sociedades supranacionales sin aparentemente mayores conflictos de interés. Y que además, al así hacerlo, se cisca en el muy habitual escaso discernimiento de los consumidores. Consumidores que, por cierto, debieran ser objeto de una especial protección, más en particular los más pequeños (un habitual consumidor de esta clase de productos). Algo que si bien no sería muy esperable del sector industrial implicado, sí debiera serlo de las sociedades científicas.
Lo más sangrante del asunto es que para que el consumidor se trague este sapo han decidido dotar a la campaña de márquetin del oropel de la ciencia poniendo en plantilla a renombradas (o no tanto) figuras investigadoras, científicas.
La industria internacional de los zumos reacciona
Las últimas y constantes advertencias de la Organización Mundial de la Salud al respecto de la poco recomendable y abrumadora cantidad de azúcares libres presentes en las llamadas dietas occidentales y su relación con las enfermedades no transmisibles se está cobrando más víctimas que las típicas, es decir, los refrescos azucarados y los snacks dulces. Y es que no será por casualidad que la OMS reconozca a los zumos de fruta (pero no a la fruta tal cual) como una fuente destacada a la hora de contribuir al exceso de azúcares libres en la dieta (ver página 3 del último documento enlazado).
Pero hay más. En aquel documento que tanto revuelo causó hace ya dos años sobre Políticas fiscales sobre los alimentos y la Prevención de Enfermedades no Transmisibles, todo el mundo se llevó las manos a la cabeza al respecto del famoso “impuesto sobre las bebidas azucaradas”, pensando que esto hacía referencia solo a los “refrescos”. Pero no debemos olvidar que la OMS propuso que también los zumos de frutas debieran verse incluidos en este grupos de alimentos (véase página 8) y que por tanto se les aplicaran aquellas políticas fiscales encaminadas a reducir la incidencia de las enfermedades no transmisibles en el mundo a la vista de su concentración de azúcares libres.
Pero la OMS no es la única que ha puesto el acento en la dañina y habitual tolerancia cuando se considera la presencia de zumos en nuestras dietas. Y ojo, no es que sean dañinos como lo pudieran ser las bebidas alcohólicas, para nada. Su especial peligro reside precisamente en la imagen que se les traslada al asociarlos a la fruta, es decir, en la indulgencia con la que se usan, probablemente debido a su origen. Así, son muchas otras las instituciones que han advertido del riesgo que se corre con el abuso de los zumos de fruta. Te lo conté en esta entrada, en la que además aporté datos tangibles para poner de relieve el por qué la ingesta de un zumo jamás debiera equivaler a la ingesta de una pieza de fruta. O lo que es lo mismo porque en este caso X no es igual a Y, un zumo no es igual a una fruta. Excuso decir, dos zumos y dos frutas; tres zumos y tres frutas, etcétera.
Así pues, pintan bastos para la industria de los zumos industriales. Ellos lo saben. Y han reaccionado. Pero su contraataque, a pesar de pretender rebozarse de una pátina científica (constantemente reforzada) se aleja, como hemos visto, de las últimas recomendaciones al respecto del uso de los zumos en la dieta… e incluso de la lógica.
De esta forma se ha puesto manos a la obra para ejercer un contraataque organizado y sistemático para conservar (y quién sabe si pretender aumentar) su cuota de mercado. Así, recientemente se ha lanzado la iniciativa europea Fruit Juice Matters que en España, y de la mano de ASOZUMOS (el socio nacional de la AIJN europea) ha tomado el nombre “Zumo de fruta, en serio”. Una iniciativa que dice de sí misma “querer compartir toda la información objetiva e imparcial sobre los beneficios de beber con moderación zumo de fruta, dentro de un estilo de vida saludable”. Lo de “objetiva e imparcial” resulta curioso (cuando no difícil de digerir) al ser el productor o sector quien ofrece esa información.
En estas circunstancias ya te puedes ir preparando para ver de ahora en adelante y en un futuro próximo la puesta en valor del consumo de zumos de fruta en foros diversos: medios de comunicación, congresos “científicos”, páginas web, publicidad directa… y es que la campaña “zumo de fruta, en serio”, en mi opinión, tiene pinta de muchas cosas pero no de andar escasa de fondos.
Si hay que dar explicaciones, no es de recibo
He reflexionado bastante sobre el tema, he hablado con personas implicadas en la redacción de los documentos mencionados en los que se defiende que un zumo de frutas puede sustituir una (pero no más) de las raciones diarias recomendadas de frutas y verduras. Me han hablado de equivalentes de gramos de azúcar, de que si una fruta dada no tiene por qué ser igual que otra, de que si la ración de zumo rondaría los 150 mL, no más; de que es necesario incidir en que el mensaje de la (supuesta) equivalencia debiera ir acompañado de que el resto de las ingestas recomendadas debieran ser de frutas y verduras “de verdad”… y así suma y sigue. Pero lo sigo sin ver. El consumidor no se merece esta clase de mensajes contradictorios con la lógica.
El consumidor es ese ente que merece una especial protección, si no bien desde la industria (algo que sería tan utópico como irreal) sí desde las asociaciones, organizaciones y sociedades científico-sanitarias. Estoy firmemente convencido que el documento de posicionamiento científico en el que se defiende que un zumo de fruta equivalente a una de las raciones de fruta (pero no más) responde a presiones/sugerencia/convenios con la industria. Por mucho que luego dicho posicionamiento se refleje en una publicación científica. Estoy convencido en mi fuero interno que alguien (interesado) ha instado a otro alguien (involucrado) para generar dicha equivalencia a cambio de algo. Pero no tengo pruebas, lo reconozco.
Si fuese cierto lo que digo, es ahora cuando conviene traer a la memoria las palabras de la exdirectora general de la OMS Margaret Chan cuando dijo que “si una industria está involucrada en la formulación de políticas de Salud Pública, tengan la seguridad de que aquellas medidas más eficaces serán o bien minimizadas o bien apartadas en su totalidad, y que el obrar así es una tendencia contrastada”.
En resumen
Señores de Asozumos y de ‘5 al día’: si al hilo de su posicionamiento no se debieran recomendar dos zumos de frutas en sustitución de dos de las raciones de frutas y verduras recomendadas diariamente, es porque una ración tampoco sería equivalente tal y como sí defienden. El resto, es decir, el hacer componendas para proteger su sector mientras se han de dar amplias explicaciones y se ofrecen excepciones mientras se contabilizan mililitros de zumo y se tienen en cuenta gramos de azúcar es, dicho en plata, marear la perdiz. Y no es de recibo. Máxime mientras se hace el pino-puente con las orejas al saltar desde un trampolín… o se usa el álgebra de una forma más que curiosa. Vayan ahora y lean de nuevo la primera línea de este escrito.
Por último un contenido extra, si estás pensando que esto se aplica solo a los zumos industriales, pero no a lo que tú te haces en casa, te recomiendo que acudas a este estupendo texto del compañero Julio Basulto “El zumo de fruta no es ‘fruta’, ni siquiera si es casero“. Ten en cuenta que en este terreno solo hay una cosa que merezca promocionarse, y es el consuma de fruta entera. Si te apetece un zumo, pues vas y te lo tomas, no pasa nada, pero no creas que al incluirlo estás incluyendo fruta (como cuando comes mermelada, que lleva fruta, pero que no lo es). Y no, tampoco merece la pena caer en absurdeces como dejar de tomar fruta porque esta tiene azúcar. Te lo conté en este post.
Por cierto, me han elegido para participar en los #PremiosBLOGS2017 organizados por Infoempleo e IMF Business School, en concreto en la categoría de “Salud” donde la competencia es especialmente dura. Entre todos los que participéis se sortearán 6 tarjetas regalo del Corte Inglés de 50€. Si lo crees adecuado, estaría encantado de contar con tu voto para poder ganar… ¿hace, me das tu voto?
Totalmente de acuerdo con lo comentado. Al final es retorcer un poco el tema, tomar una cantidad de zumo que bueno, que todo el mundo más o menos admite que tampoco te va a pasar nada, porque son los máximos “permitidos”, y disfrazarlo de saludable, cuando en realidad es que todavía no es demasiado no saludable. Sí, un trabalenguas.
Me ha resultado curioso que los revisores de la publicación científica (documento de postura) sean precisamente Julio Basulto y María Manera, que no son (al menos Julio), precisamente defensores de los zumos.
Saludos,
Javi
Me gustaría que se diera una explicación de por qué el azúcar del zumo es diferente al de la fruta: Cuando mastico un gajo de naranja, lo que trago es zumo, exactamente el mismo que cuando lo exprimo en el exprimidor, con la misma cantidad de azúcares. Sí es cierto que el zumo tiene menos fibra (pues no ingieres la pulpa) y es posible que pueda perder algún otro nutriente, por lo que es menos beneficioso que la fruta entera, por eso es razonable que limiten a uno de los cinco al día. No lo veo nada difícil de entender. Pero la mayoría de las vitaminas las conserva, por lo que entiendo que es saludable incluirlo en la dieta, aunque no debe sustituir a la mayoría de la fruta.
Yo estoy de acuerdo con Javier la industria disfraza las cifras sobre el contenido de azúcar o edulcorantes.
Muchas gracias Javier y naturline por vuestros comentarios y pasaros por aquí
Igualmente Eduardo, y voy a tratar de responder tus dudas. Evidentemente el azúcar que hay en un gajo de naranja y en el zumo que te puedes hacer con ese gajo es la misma y en casi la misma cantidad (algo menos en el zumo incluso). Pero ten en cuenta que la ración normal de tomar zumo es un vaso, lo que incluye el haber concentrado en una única ración (ese vaso) el zumo y por lo tanto los azúcares de, por dar una cifra media tres naranjas. Sin embargo cuando te comes una naranja… no se suele comer a continuación otra y mucho menos otra más hasta llegar hasta tres. La clave es que a pesar de que son los mismos azúcares de una forma te tomas los de una naranja (cuando la comes) y de la otra forma, la de tres. Eso y tener en cuenta el aporte de saciedad que implica el haber masticado y la fibra de esa naranja que, no es lo mismo que con el zumo. Zumo que después de acabado, como estaba muy fresquito y tal, te arreas otro sin ningún problema. Resultado, azúcares de 6 naranjas.
En cualquier caso estas explicaciones las tienes de forma gráfica, en una tabla en el post que ya está enlazado en este artículo https://juanrevenga.com/2014/06/beber-zumo-de-fruta-no-equivale-a-comer-la-fruta/
Saludos a todos!
Entonces, con esta explicación, más entiendo a Eduardo y a la organización 5 al día y a Asozumos. Los zumos, son una manera tan fácil de ingerir fruta, que equivaldría a comer kg y kg de ella de manera rápida y sin apenas notarlo. De ahí poner limitación a un zumo para que no se abuse. Yo lo entiendo así y lo comparto. Me gustaría saber, si es sano el que una persona coma 5 kg de naranjas al día o dos de plátanos. ¿Y que pasa con los mayores y los más pequeños, que tienen dificultades para masticar? Es malo proporcionarles un zumo para que puedan disfrutar y familiarizarse con algunas frutas?
Por esa regla de tres, podría aplicarse también a las verduras no?. ¿Es que un potaje de verdura es peor que piezas de verdura en crudo? y el que sea peor, significa que es malo y hay que prohibirlo? No habrá intereses por todos los lados?. Creo que en el equilibrio está el truco de la alimentación.
Buenas tardes,
Totalmente de acuerdo con Pedro. Al final es fruta y suma.
Lo que hay que preocuparse es del bajo contenido en fruta que consumimos y como debemos hacer para alcanzar un mínimo recomendado al día. La interpretación que yo hago es que un zumo puede ser una opción a una de esas piezas de fruta, y eso para nada es perjudicial. Todo en su justa medida.
Si te tomas una copa de vino es saludable , si te toma dos a lo mejor también, pero ya si vas a por el tercero mejor lo sustituyes por uvas.
Como dice Juan, el plus de la fruta esta en la fibra, y al masticar iniciar con uno de los principio del sistema digestivo ¿Cuál es el plus del jugo?
Ahora irse al extremo de pensar que es una opción para los chimuelos, eso si me dio risa,,,, creo que si del cielo te caen limones, aprender a hacer limonada, y el que tenga oídos para oír que oiga.
Algo también que me salta a la vista es que se crea que hay intereses por ambos lados,,,, es cierto, en todo hay intereses, pero ¿Cuál será el interés de un dietista-nutricionista?