¿Ejercer de médico con un curso online de 6 meses?

Ya sé que muchos de ustedes me dirán que no son cuestiones comparables, pero yo les digo que sí. Y aunque la de médico, la de abogado o arquitecto, por citar sólo unas cuantas, sean profesiones que gocen de una tradición más dilatada y, por tanto, de un mayor prestigio que otras, eso no quiere decir que a las demás se las pueda tomar por el pito del sereno (ya digo que por citar sólo unas pocas)

 

El tema del intrusismo es un grave problema en este país, no voy a hacer una especial sangre con la profesión de dietista-nutricionista, porque son muchas las que sufren de intrusismo: periodistas, informáticos, fisioterapeutas, psicólogos… y un larguísimo etcétera. Pero sí que me voy a centrar, evidentemente, en la profesión que mejor conozco, como digo la de dietista-nutricionista.

 

Seguro que muchos de ustedes se llevarán las manos a la cabeza con la sola idea de poder sospechar una respuesta afirmativa a la pregunta de esta entrada. Y con razón, en especial si ya saben qué es el sacar a puro huevo la carrera de medicina (o cualquier otra). Entonces… ¿Por qué no ocurre igual con otras profesiones? ¿Cómo pueden ser posibles cursos de tres meses online en los que se oferte la posibilidad de obtener una titulación supuestamente profesionalizante en materia de nutrición? ¿Cómo puede ser posible, si además, la profesión a la que me refiero tiene la categoría de profesión sanitaria? (ver Ley 44/2003 de ordenación de las profesiones sanitarias, artículo 7, apartado g)

 

No crean que me invento nada, aquí tienen uno de los múltiples ejemplos que se pueden encontrar ofertados en la red, en esta web ofertan formarse a distancia como dietista y/o nutricionista y/o homeópata para ejercer de tal, con toda la alegría y sin el menor pudor:

“Fórmate como nutricionista, dietista y homeópata, tanto si quieres introducirte en este mundo de una forma profesional como personal sacarás un gran beneficio de este completo curso”.

 

 

La realización del curso, de tres meses, incluye una “certificación” y el aprender “los secretos” de la dietética y los beneficios de los alimentos, y la posibilidad de darle al curso “un uso profesional”. Mi opinión es que esto es un atropello.

 

Un atropello a tres bandas:

  • Para los incautos consumidores de este curso que caigan en las redes de una promoción que no vende otra cosa más que papel mojado, “certificados”, con la misma validez profesional que un euro de madera. Es decir, para mí, una estafa.
  • Para los reales profesionales dietistas-nutricionistas que se han estado de tres a cuatro años pagando religiosamente, estudiando y examinándose en cualquiera de las 20 universidades españolas que imparten los estudios oficiales conducentes a la obtención del título, también oficial, de graduado (o diplomado) en Nutrición Humana y Dietética. Es decir, la posibilidad de un intrusismo flagrante.
  • Para el ciudadano de a pie que puede caer en las garras de estos desaprensivos o incautos (ya digo que depende) “profesionales” formados en este tipo de cursos exprés y que obtendrán la misma preparación en este terreno que la de un chimpancé para ser astronauta. Es decir, un aumento del riesgo sobre la salud pública.

 

De verdad, ¿Cómo piensan ustedes que reaccionaría la clase médica si uno de estos cursos viera la luz y ofertara el ejercicio de la medicina con un curso online de, pongamos, 6 meses?

Pero lo peor sobre este tema no es precisamente el anterior ejemplo, que no cabe sino enmarcarlo dentro de lo magufo (a fin de cuentas empieza por mezclar la nutrición y dietética con la homeopatía): es tan flagrante el despropósito que sólo un escogido ramillete de personas poco avispadas se merecen caer en las garras de esta sinvergonzonería… ¿denunciarías por estafa a alguien que te adivina el futuro tras leerte la palma de la mano y luego no acierta? Amigo, siento decirte que lo tienes merecido (ver “El derecho penal no ampara a incautos“, creo que a este tipo de cursos, pese a no pertenecer a lo esotérico, se les podría aplicar el mismo criterio)

 

Pero como decía, desde mi punto de vista, lo peor viene cuando este tipo de formaciones extraacadémicas y parauniversitarias vienen avaladas por una sociedad científica. En este caso, por ejemplo, me refiero a un curso ofertado por el rimbombante y eufónico Instituto Profesional de Estudios de la Salud (IPS) y que está avalado en sus contenidos por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) una sociedad que está dentro de la Federación Española de Sociedades de Nutrición Alimentación y Dietética (FESNAD). Con el curso de “menos de 6 meses” y según su publicidad, dedicando sólo 1 hora al día, se puede obtener el diploma que acompaña la consecución del título que: “le abrirá las puertas del mundo laboral, acreditado por uno de los centros con más experiencia en formación a distancia y por la Sociedad Española de Nutrición y Dietética”. Puede verse la oferta del curso en cuestión y sus diversas explicaciones y “beneficios” en este enlace en el que se puede leer textulamente algunas de las magníficas alegaciones:

“En definitiva, usted estará preparado para convertirse en uno de los profesionales más valorados en un gran abanico de puestos, tanto por cuenta propia como trabajando para distintos tipos de empresa como técnico y responsable de centros de dietética […] ayudante de dietista en consultorios médicos […]”

 

 

Como no me callo ni debajo del agua cuando hay algo que me mosquea, en relación a este tema el día 25 de julio pregunté a través de Twitter a la SEDCA sobre su relación con IPS de la siguiente forma:

 

Y sus respuestas fueron las siguientes:

A mi juicio una respuesta a todas luces insuficiente ya que esta sociedad es cómplice necesario para la realización del curso en la forma que se publicita por parte de IPS. Por tal motivo, me puse en contacto telefónico con la SEDCA el día 9 de agosto con la intención de manifestar mi propósito de hacer una entrada en este blog y ofrecerles la posibilidad de que me ampliaran la información. Ese mismo día también les escribí un correo electrónico con idénticos fines. Y al día siguiente me contestaron.

 

Transcribo literalmente parte de los contenidos de dicho correo (sin pretender en lo más mínimo desvirtuar su sentido) ya que considero que la postura del Presidente del Comité científico de la SEDCA (quien me respondió) puede servir como bálsamo para lavar su imagen en relación a este tema. Aunque todo ello sin olvidarnos que el curso viene ofertándose como tal (o en condiciones muy similares) desde el año 2009:

 

“Nuestra Sociedad elaboró los contenidos de un Curso que podría destinarse, según la Editorial, a la formación complementaria de personas interesadas en la nutrición por diferentes motivos. Evidentemente, no se trataba de crear “dietistas-nutricionistas” ya que para eso existe la formación universitaria. El objetivo era contribuir a que más personas tuvieran conocimientos básicos de nutrición para su vida particular o su trabajo (responsables de hostelería, gerentes de herbolarios, auxiliares de clínica, etc.).

Lamentablemente, sí que cometimos un error al firmar el contrato de edición con IPS: no limitar la mención de nuestra autoría o avales a la aprobación previa por nuestra parte de la publicidad que la editorial hiciera del curso. En ciertas ocasiones, esta publicidad ha sido ‘poco afortunada’ y así se lo hemos hecho saber. Generalmente, IPS ha ido modificando esta publicidad que podía inducir a error a sus clientes cuando se lo hemos requerido. Aunque nos tememos que los responsables de publicidad no acaban de entender este conflicto en todas las ocasiones.

Antes de verano, nuestra junta directiva estimó que esa publicidad reiteradamente inadecuada producía más perjuicios que beneficios, por lo que se requirió a IPS el cese en el uso de nuestro nombre y logo. Entendemos que llevará un tiempo modificar webs y contratos publicitarios ya en marcha, pero si se hiciera caso omiso tomaríamos las medidas que estimáramos oportunas.”

 

La verdad es que este tipo de respuestas son de agradecer, pero también es cierto que el curso sigue ahí, tal cual, dando a entender lo imposible. Al mismo tiempo, reconozco mi falta de tacto al utilizar inicialmente Twitter como canal para realizar este tipo de consultas y por tanto quiero aprovechar la ocasión para presentar mis disculpas a la SEDCA por este hecho.

 

Ya sé que las circunstancias laborales no están para que nadie eche cohetes, muchas veces porque no se encuentra trabajo. Pero el caso de este colectivo profesional, del de dietistas-nutricionistas, es si acaso peor: no es que no se encuentre trabajo, el problema es que no lo hay; y quienes trabajan de esto (muy pocos) en el 98% de los casos, se lo han montado por su cuenta. Todo ello pese a contar con un feroz intrusismo de personas indocumentadas en lo académico y a las que este tipo de cursos, además, les da alas. Así pues, me solidarizo con los técnicos superiores en dietética y en especial con cientos de compañeros dietistas-nutricionistas como por ejemplo con Bárbara Sánchez (a quien no conozco más que de leerla en su “pequeña reivindicación“) y tantos otros. Me solidarizo porque se han preocupado, todos ellos, por formarse honradamente y labrarse un futuro profesional nada halagüeño en este entorno caníbal.