Maldito nutricionismo

El nutricionismo, aunque ahora sea la primera vez que te desayunas con esta palabra no es una corriente novedosa. Para nada. Se viene practicando desde hace décadas y además de forma salvaje, incluso parece que cada vez con más intensidad.

Llevaba mucho tiempo queriendo hacer esta entrada y la verdad es que debiera haberla hecho antes y así poder hacer referencia a ella para justificar o explicar mi posicionamiento a la hora de tratar otros temas.

¿Qué es?

El nutricionismo es ese movimiento, ideología o corriente que hace descansar en los nutrientes aislados las virtudes que tienen los alimentos en su conjunto. Ya sabéis, eso de: toma mucho calcio que es bueno para los huesos, incorpora suficiente omega-3 en tu dieta porque es bueno para tu salud cardiovascular, si tomas vitamina C reforzarás tus defensas… y todas esas cosas llevadas al extremo y por lo tanto descontextualizadas.

¿Cómo se practica el nutricionismo?

Normalmente y entre los ciudadanos de a pie, supone  el seguimiento de dos posibles conductas, que no son excluyentes (se pueden seguir las dos) A título particular he de decir que trato de desanimar este tipo de comportamientos por los riesgos que pueden llevar asociados. La consecuencia más probable, tiene gracia, es la de queriendo hacer las cosas bien, hacerlas mal. Queriendo llevar una alimentación saludable, no conseguirlo, pese a las actitudes empleadas. Los posibles patrones de comportamiento pro-nutricionismo a los que me refiero son:

Por un lado, atiborrarse a suplementos o complementos nutricionales que no harían ninguna falta si se siguiese un patrón de alimentación equilibrado. La necesidad de nutrientes, su esencialidad llegado el caso, está siempre en relación con las circunstancias metabólicas de nuestra particular biología. Como ya puse de relieve en esta entrada, tomar “de más” algo aunque inicialmente sea necesario, no tiene por qué aportar ningún beneficio. Es más, puede que sea incluso perjudicial. Cócteles de vitaminas y minerales, acidos grasos omega-3, fibra etc. son algunos de los protagonistas más frecuentes de este tipo de suplementación afín al nutricionismo.

Por el otro, el hacer una selección tergiversada de los alimentos que van a formar parte de nuestro carro de la compra cuando se está inmerso en una búsqueda casi obsesiva  de la “pureza nutricional”: Lácteos enriquecidos con vitaminas o con cepas exclusivas de microrganismos con sugerentes nombres, los productos “sin” (lo que sea) o con un “contenido reducido” de lo que sea, alimentos enriquecidos “con” (lo que sea), etc. Al mismo tiempo, este comportamiento suele implicar el dejar en los estantes de los supermercados aquellos otros alimentos que de forma original aportan o adolecen (según el caso) dichos elementos buscados en el ejercicio del nutricionismo. No es infrecuente el conocer personas que por ejemplo no toman demasiada fruta o vegetales en general y, que sin embargo, incorporan alimentos de los llamados funcionales con vitaminas, minerales, fibra, sin grasas saturadas… por que:

¿sabes? son importantísimos (dicho esto con acento de Tamara Falcó –con todos los respetos-)

Lo que a buen seguro es algo descontextualizado y caro (encontrar dichos nutrientes en los alimentos funcionales es más gravoso que “adquirirlos” en fuentes alimentarias “originales”); con mucha probabilidad es también algo insulso o poco palatable (“rico” si queréis) aunque ya se sabe que sobre gustos no hay nada escrito ¿Quién prefiere tomar leche con omega tres a degustar unas sabrosas anchoas rebozadas?; y por lo normal poco útil: Una ración de anchoas llega a aportar hasta más de 50 veces de omega tres que una ración de este tipo de lácteos. Y conste que con esta afirmación no trato de fomentar el nutricionismo si no el ponerlo en su sitio. Reconozco que los nutricionistas tenemos nuestra parte de culpa en el tema.

Otro estilo de nutricionismo, esta vez no personal si no mediático es el que se ejerce a partir de revistas desustanciadas, “noticias” sensacionalistas en la tv, prensa o en la radio y sin olvidarnos de absurdos blogs. ¿Cuántas veces hemos oído, leído o visto, por ejemplo, titulares del tipo “Conoce los 10 mejores alimentos contra el cáncer” y otros de similar calado que hacen glosa y prosa de nutrientes milagrosos varios. Pues eso, que en la práctica y aunque no se le ponga nombre, el nutricionismo se alienta de forma constante y además tiene sus buenos seguidores.

¿Qué ha propiciado esta corriente?

Posiblemente la revolución científica en cuestiones de salud acontecida a partir del siglo XIX. Más en concreto, opino que la identificación de los nutrientes en los alimentos y la descripción de sus funciones correspondientes ha tenido mucho que ver. Por simplificar: nutriente descubierto, función que te crío. El modelo básico es el siguiente: Si un nutriente es necesario para algo, tomar más es mejor. Y así con todos (los nutrientes).

Tras esta situación, una industria alimentaria ávida por vender “salud” en vez de alimentos, jaleada al tiempo por algunos profesionales con pocos escrúpulos, auspiciada por unos medios de comunicación “desencajados” por vender noticias inverosímiles y una población mitad obnubilada con la supremacía del conocimiento científico y mitad crédula hasta lo irracional (ya sé que es una contradicción, pero así me lo parece) han propiciado el auge del nutricionismo.

Y lo cierto es que no sé cuándo ni cómo se le puede poner coto a esta corriente. Tampoco entiendo muy bien como se hacen programas como Gandía Shore u otros similares… y sin embargo se hacen… porque la gente los demanda. Los consume, dicen. Pues eso será. Y así nos luce y seguirá luciendo el pelo (tanto con, como sin champú de biotina)

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Foto microscopio: Machine Project

Foto píldoras: Seattle.roamer

Foto anchoas: Juan Revenga

Foto científico: haavoc

8 comentarios en “Maldito nutricionismo

  1. Con lo sencillo y fácil que lo hace Arguiñano en su programa, que además explican las propiedades de los alimentos, que no tiene ni microondas y que casi nunca utiliza productos raritos, nunca funcionales. Pero la excusa del tiempo siempre vale, y meter miedo por un lado en algunos anuncio de productos y en otros venderte una salud más que cuestionable, no hay manera. Una lata de sardinas es una joya gastronómica y alimenticia pero cada día seguimos más el patrón de la estupidez.

    Ante las dudas que generan los consejos, ciertas dietas y un exceso de infomación convenida previamente y que luego se excusan en la ignorancia de porqué la ciencia va otorgando o quitando propiedades a los alimentos; el artículo que pusiste de Asimov muy bueno para entender porque suceden esos cambios, estamos en la espiral del “me han dicho” y demás.

    Cada vez creo más en que la dieta mediterránea en realidad tiene su mejor secreto en una huida hacia adelante, variar todos los alimentos para no empantanarse en un pequeño conjunto y de esa manera ser la menos mala por lógica aplastante.

    Saludos.

  2. Claro, y a los nutrionistas tampoco os conviene que se sepa demasiado, si no qué sentido tendría vuestra existencia si por otros medios podemos aprender a comer bien.

    Anda que se te ve el plumero.

    Volvéis loca a la gente diciendo cada uno una cosa.
    Esto es como los médicos y las farmacéuticas; si no hubiese enfermos, cuántos millones perderían en ganacias.

  3. … y por eso sois tan necesarios los divulgadores, y que vayáis ganando cada vez más visibilidad en Internet. Todas esas modas y costumbres adquiridas sólo se combaten con más información y más cultura, general y científica. Está más que demostrado que la industria alimentaria, cuando un producto no le reporta los beneficios esperados, lo quita del mercado sin problema ninguno. Se trata, pues, de concienciar e informar (me repito más que el allioli). Saludos.

  4. Me cuesta muchísimo creer que un blog de tanta calidad esté en este medio. Enhorabuena por el trabajo que haces aquí, ojalá muchos siguieran tu ejemplo en cuanto a calidad e interes.

  5. ¡Ja, ja, me alegro de ver que existe un error nutricional que yo no cometo! Hace falta ser muy rico para dedicarse al “nutricionismo”, al precio al que están los suplementos y las pijaditas varias.

  6. La nutrición como bien dice la palabra es lo que nos nutre de un alimento , para tener salud y evitar enfermedades el cuerpo necesita ciertos nutrientes . La industria Alimentaria ( en general ) no tiene ningún
    interés en nuestro bien estar , si no en ganancias. Por lo cual casi el 70 % de lo que se vende en un supermercado es poco recomendable para nuestro organismo .Realmente como muchas cosas en la vida es muy simple . HAY QUE COMER COMIDA SIN PROCESAR (que no este en una caja o alterado o sea si tiene un código de barras descarta lo ) , HAY QUE COMER LO MAS VARIADO POSIBLE , HAY QUE COMER POCO ( nos sobre alimentamos , de hay que haya tantos problemas de sobre peso ) Y HAY QUE DISFRUTAR COMIENDO ( por que pocas cosas en la vida tememos la suerte de disfrutar con los cinco sentidos ) .

  7. La corriente más antigua, y a mi entender más equilibrada, del nutricionismo es comer productos de temporada………………….así de fácil!!!!!!!!

    La sabia naturaleza nos proporcionas los alimentos, y estos a su vez los nutrientes, que necesitamos en cada época del año.

    Lo demás, es decir, las otras formas de entender el nutricionismo me resultan cuanto menos “artificiales”.

  8. Ya estoy harto de decir que se debe comer de todo mientras se pueda, pero sin pasarse , hay que comer para vivir y no vivir para comer,y lo mismo vale para el beber(.A veces me quedo asombrado de ver lo listísimo que soy)

    Clica sobre mi nombre

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