Hay pocos motores más potentes en la naturaleza que el espíritu de conservación de la descendencia, de la propia estirpe, es decir, de los hijos. A nadie le cabe la menor duda que partiendo de las posibilidades y conocimientos personales, cada uno de nosotros tratamos de hacer y aportar lo mejor para nuestra descendencia. Lo contrario sería ir contra natura, además de ser el signo de un desafecto sin parangón.
Sin embargo y a pesar de esos primigenios instintos es más que posible –en realidad más que contrastado- que en el ámbito colectivo estemos haciendo las cosas muy mal. Rematadamente mal, para ser precisos. Con todo el amor del mundo, eso sí, pero muy mal. Con amor –todo el que a buen seguro recibe cada hijo de sus padres y madres- pero muy mal, insisto. Y es que ni los mejores instintos ni las mejores intenciones son garantía para tomar las mejores decisiones. De hecho, y a la luz de los actuales datos, es más que patente que al menos de forma colectiva, lo estamos haciendo rematadamente mal. Y de ahí el título de esta obra: “El amor no es suficiente”. Elocuente… y triste, a partes iguales.
Y este es precisamente el objetivo del libro que hoy te sugiero leer: hacer abrir los ojos a todos aquellos papás y mamás para que valoren la posibilidad de la existencia de otra información distinta de aquella con la que habitualmente cuentan y sobre la que toman sus decisiones. El fin último, ya te lo imaginas, es ayudarles a tomar mejores decisiones de cara al pronóstico de salud de tus hijos. Y es que tal y como se pone de relieve en una de las primeras frases del libro:
“Nuestros hijos pertenecen a la generación con más sobrepeso infantil que haya existido jamás”
Pocas tonterías al respecto de este hecho incontrovertible que el autor, Miguel Franco Murcia, un padre de dos hijos pequeños –antes que cualquier otra cosa- y profesor de educación física en la ESO nos trae a colación. Un papá y un profesor que vive preocupado, concienciado y atormentado por lo que ve a su alrededor.
En realidad esta breve obra nos pone en frente de la cruda realidad y nos dota de argumentos para que decidamos emprender un cambio encaminado a la toma de mejores decisiones. Así, y entre otras cosas:
- Nos pone sobre aviso de los tejemanejes de cierta industria alimentaria cuando esta nos trata de hacer pasar sus “atractivos” productos de escaso interés nutricional –voy a ser políticamente correcto- como algo especialmente beneficioso.
- Nos advierte de que las administraciones sanitarias patrias y sus más elementales recomendaciones no son, ni mucho menos, de fiar cuando, o bien están condicionadas por los intereses de la industria alimentaria ya mencionada, o bien necesitan una más que urgente actualización en materia de conocimientos nutricionales.
- Nos abofetea en la cara (él autor lo sabe hacer con mucha más mano izquierda que un servidor) para hacernos salir de este cómodo trance en el que la culpa, tal y como se suele decir, es de todos… lo que significa en el sentido más práctico del asunto que nadie se ve impelido a hacer nada. Y por tanto y para nuestra desesperación, no se termina haciendo nada.
Así que ¡despierta! En las actuales circunstancias, tal y como reconoce el autor, nadie va a venir a hacer nada por nuestros hijos. Una generación que se encuentra inmersa en un entorno hostil de inactividad física y pésima alimentación. Es hora de que abras los ojos y mires hacia otra realidad que hasta la fecha te ha sido en cierto modo vetada. Como si llevaras orejeras. De este modo y por ejemplo sería conveniente que te preguntaras porqué una madre es una “mala madre” cuando le da todas las noches para cenar a sus tres hijos leche con colacao y 8 galletas (y subrayo lo de “todas”), pero sin embargo otra madre que hace lo mismo a la hora del desayuno es candidata al premio Nobel de la maternidad. (La pregunta, adaptada, es una de esas paradojas que están presentes en la obra. Acciones que podemos llegar a hacer con todo el amor, con la mejor intención, pero que sin embargo implican pésimas decisiones).
Tampoco esperes encontrar demasiadas soluciones en el libro en cuestión. En realidad la obra implica un ejemplo de generosidad doble. Por un lado muestra la preocupación del autor en la salud de las últimas generaciones, nuestros hijos, y por el otro lado redirige al lector a diversas fuentes de información para que este se nutra a través de la prolija obra de otros autores. De este modo la presente obra es en realidad un llamamiento para que el lector acuda a otros autores con una consolidada experiencia en materia divulgación, relacionada con la alimentación, nutrición y educación alimentaria entre ellos: Luis Jiménez, Julio Basulto, José Manuel López Nicolás, Aitor Sánchez, Lucía Martínez, Pablo Zumaquero, Rubén Murcia, Carlos Ríos, Daniel Hernández, Carlos Casabona, Gloria Colli, Marcos Vázquez, Jorge García Bastida, José Miguel del Castillo, Antonio Jesús Vidal… y un servidor. Así no es de extrañar que el texto se halle cuajado de citas a estos autores.
En resumen
Una obra concisa, escueta y demoledora a la hora de tomar conciencia, de adquirir perspectiva, sobre un problema global que nos afecta a todos como sociedad… y que como padre o madre no debes dejar de leer. Además por un muy módico precio. Puedes encontrar este texto al precio de 2,99€ en Amazon en su versión electrónica o a 4,93€ en formato papel. Vaya desde aquí mi agradecimiento por sus dedicatorias y referencias hacia mi persona.
Gracias,Juan,por la recomendación
.A ver si me ayuda a aclararme sobre lo que es y no es bueno para nuestros hijos. A veces es difícil por el bombardeo mediático. Lo voy a leer.
sera cuestión de leerlo, gracias por la recomendación
Estos libros son mas para que los regalemos. Quienes estamos concienciados y leemos a gente como juan nos queda dar el paso mas que es tratar de que haya un csmbio en nuestro alrededor.
Hola Juan, muchas gracias por la recomendación.
Como las ganas por leerlo me superaban, me he descargado la prueba que Amazon ofrece en versión Kindle…., y solo puedo decir una cosa…, tal como me indicabas… un “Déjà vu” total.
Ahora solo queda ver con cual me hago, el kindle o en papel.
Saludos.
Muchas gracias Juan por tu texto y por tu recomendación. Yo no soy madre pero tengo sobrinos y tengo que ver constantemente como les premian los buenos comportamientos con chuches y se celebran sus cumples a base de azucar. Saludos.