<<Firma invitada: Daniel Ursúa (dietista-nutricionista)>>

 

¿Debemos asumir que el dinero lo puede comprar todo? Sé que es una reflexión demasiado profunda para la que no os puedo pedir una respuesta concreta. Tranquilos, en este artículo no pretendo hacer tambalear vuestros pilares con preguntas filosóficas y abstractas. Pero en un sentido más práctico… ¿te has planteado hasta qué punto la inversión de las multinacionales de la “alimentación” condiciona tus opciones de compra? Sí, sé que la publicidad trata de eso, de condicionar tus elecciones en beneficio del fabricante, pero, cuánto de esta práctica es éticamente lícito y cuánto de ella hace pulsión sobre factores que para nada debieran condicionar nuestras elecciones… y más allá, ¿hasta dónde abarca la responsabilidad de famosos, famosetes, tertulianos, actores y monologuistas en este tipo de iniciativas marquetinianas?

Paso a contextualizar un poco a que viene que me haya planteado esa cuestión. Hace unas semanas, pude ver el nuevo anuncio de Aquarius (producto del que ya se ha hablado en otros post de este blog) protagonizado por David Broncano. Para los que no lo conozcáis se trata de un humorista que, empezó haciendo distintas colaboraciones, entre ellas en el programa de Andreu Buenafuente “Late Motiv” hasta pasar a dirigir un programa de televisión (Locomundo) y otro de Radio (La vida moderna).

En distintas ocasiones el bueno de David Broncano ha evidenciado con acierto un claro interés por la ciencia mostrándose crítico con la homeopatía y las pseudociencias e incluso ha tratado temas como la quimiofobia, los transgénicos y el sobrepeso y la obesidad. De este modo, igual de forma errónea, un servidor se había hecho una imagen suya como personaje con un sentido crítico de la realidad a la hora de valorar el rigor informativo.

Así pues, al ver el anuncio en cuestión, me lleve una pequeña-gran decepción. Ya sé que estaréis pensando que no es para tanto, que anunciar Aquarius no te convierte automáticamente en un mercenario de la industria alimentaria paladín de la hipocresía y el todo vale… todos los famosos lo acaban haciendo… ¿todos?

¡Exacto! Asumimos como normal que cualquier personaje público, en el momento en que adquiere cierta relevancia, va a pasar a ceder su imagen para cualquier marca que la quiera comprar.

“No pasa nada, es parte de su profesión”

Telefonía, coches, seguros, móviles… Tenemos miles de ejemplos. El problema, a mi modo de ver, viene cuando, el producto o marca al que ceden su imagen, tiene una implicación con la salud, productos alimenticios, bebidas, tratamientos diversos de dudosa (e hilarante) credibilidad, etc.

Me explico. Si Rafael Nadal anuncia una marca de coches, las consecuencias sociales no son demasiado relevantes, probablemente aumenten sus ventas, su posicionamiento como marca mejorará, pero ya. No debemos perder de vista que un coche no es un artículo que se compre habitualmente, ni está al alcance de todo el mundo.

Pero ¿qué pasa cuando Rafael Nadal anuncia Cola Cao (su madre más concretamente)? Se trata de un deportista de elite de reconocido talento profesional, es el ídolo de cualquier niño. Además, cualquier madre puede pensar que todos los deportistas de élite cuidan muchísimo su alimentación y si ha decidido anunciar cola cao es que tan malo, no será, ¿no?

¿Qué consecuencias tiene esto? Niños y padres van a comprar Cola Cao. El Cola Cao es un producto asequible. Además, es un producto altamente azucarado que consumido de manera habitual contribuye de forma clara al sobrepeso infantil, la diabetes y otras enfermedades metabólicas.

¿Rafael Nadal prestaría su imagen para apoyar la obesidad infantil? Claro que no, ¿por qué? Quiero pensar que, en parte, su ética no se lo permitiría, pero, principalmente no lo haría porque sería un desastre para su imagen y muy probablemente perdería mucho dinero en patrocinadores, eventos, etc.

Por lo tanto… ¿Por qué asumimos que el dinero todo lo puede comprar y no castigamos socialmente este tipo de acciones? En este artículo Miguel Lureña analiza de una forma extensa y con multitud de ejemplos más casos como este y otras estrategias de la industria alimentaria, te recomiendo que lo leas.

Seguramente estás pensando que Aquarius no es como el cola cao, que es para deportistas y tiene electrólitos y ese tipo de cosas que molan que hacen que no sea un simple refresco. Además, es lo que viene bien cuando tienes diarrea o gastroenteritis… ¡lo dicen hasta los doctores, menos algunos, claro (afortunadamente). De hecho, el propio planteamiento del anuncio presenta su producto indicado para esas dos situaciones y busca ampliarlo a otros momentos como es el ocio.

En este artículo de Bárbara Sánchez, podemos comprobar que el Aquarius no es, ni mucho menos, una bebida para deportistas por su escaso aporte de sodio. Además, en la siguiente infografía vemos que no es una bebida indicada para la diarrea puesto que tiene un alto aporte de azúcar que aumenta el desequilibrio ya presente en esta clase de episodios intestinales.

Por lo tanto, si no es una bebida indicada para deportistas y tampoco es adecuada para tratar la diarrea, lo único que nos queda es pensar que se trata de una bebida azucarada más, de hecho, como se puede comprobar en estas fotos de sinazucar.org, no difiere demasiado de la bebida que es buque insignia de la compañía a la que cede su nombre, la archiconocida Coca-Cola.

Para más información del peligro que hay tras este tipo de bebidas tenemos este post de Juan Revenga, este de Julio Basulto y, de postre, esta imagen de sinazucar.org. De hecho, la OMS relaciona directamente el consumo de bebidas azucaradas con la obesidad infantil, lo puedes leer aquí.

¿Está David Broncano apoyando la obesidad infantil? Nuevamente quiero pensar que su moral no lo permitiría, por lo tanto es muy probable que ignore las consecuencias del consumo de este tipo de bebida.

¿Debería saberlo? Mi opinión es que si cedes tu imagen para anunciar un producto, debes ser muy escrupuloso e investigar bien con que marca te vas a asociar (al fin y al cabo no todo el mundo puede ser Gary Cooper), pero si el famoso en cuestión no lo hace, creo que, socialmente, deberíamos castigar este tipo de acciones y comportamientos.

En mi opinión, cualquier persona con repercusión pública tiene, con su imagen, un arma muy valiosa para mejorar la vida de las personas y es una pena que no la utilicen como tal, ya que un anuncio de Rafael Nadal, de David Broncano o de Marc Márquez recomendando aumentar el consumo de frutas y verduras o incentivando a la práctica de actividad física, podría contribuir notablemente a mejorar la situación actual de sobrepeso, obesidad y enfermedades relacionadas con nuestro estilo de vida. ¿Tendrán nuestras autoridades sanitarias suficiente dinero algún día como para competir con el de las multinacionales alimentarias? ¿Tendrán algún día las personalidades suficientes escrúpulos como para prestar su imagen solo a campañas que beneficien netamente la Salud Pública?

No sé qué es más difícil si lo primero o lo segundo, pero dicen que soñar es gratis… ¿O no?

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Nota de El nutricionista de la General: Por vez primera en la andadura de este blog, tras más de 5 años de recorrido y más de 1000 post en su hemeroteca, se acoge la participación de una firma invitada. No pretende ser una nueva estrategia del blog, tan solo y en esta ocasión, sirve de muestra de apoyo personal a nuevas figuras emergentes que espero se consoliden en más o menos breve plazo. Este post en concreto está redactado íntegramente por Daniel Ursúa (@Nutri_Daniel), un compañero dietista-nutricionista, que estrena blog y andadura profesional y que puedes consultar en este enlace.