Lo han vuelto a hacer. Y no contentos con ello se han superado. El caso es que el otro día se publicó esta “noticia”:
En este “trabajo periodístico” destacan algunos hechos:
- No hay enlaces al estudio original que refieren. Lo único que encontramos es el enlace a un post de la Washington State University en el que se comenta el mencionado estudio. Esta universidad albergó (¡en 2015!) el desarrollo de dicho estudio.
- En la referencia empleada, no se habla en absoluto la conveniencia de tomar vino para adelgazar. Y en el estudio original tampoco.
- Más al contrario, el artículo de la universidad hace hincapié en las ventajas del consumo de frutas y bayas tal y como comentan los autores del estudio. Nunca del consumo de vino. Nunca. Cero. Por ningún lado.
- Lo mismo ocurre con el hecho de hacer referencia al “antes de dormir” del titular, algo que no aparece por ningún lado ni hay indicios para sospecharlo, ni en el artículo de la universidad ni en el propio estudio.
- Obvia, supongo que intencionadamente, que tanto en la fuente que emplea (el post de la universidad) como en la que no (el propio estudio) la investigación se llevó a cabo en ratones, en concreto 12 hembras, y no en humanos.
Todo lo cual, y antes de proseguir nos deja con una clara conclusión al hacer buena la recomendación de Ben Goldacre:
Qué tienen en común el “trabajo periodístico” y el estudio
Una única palabra: resveratrol. El resveratrol es esa molécula, ese fitoquímico sobre el que se vienen haciendo descansar tantas maravillosas propiedades antioxidantes, relacionando su presencia en la dieta con un sinfín de beneficios: efecto antiaging, antiobesidad, anticancer, antidiabetes, antialzheimer, antienfermedades coronarias, etc. Todo muy guay sobre el papel, pero esos beneficios han quedado de relieve solo en los estudios in vitro y en experimentación animal. En humanos nada de nada clínicamente reseñable.
Y es que el resveratrol es también ese antioxidante con el que muchos pretenden poner en alza el consumo de vino en la siguiente relación: la uva tiene resveratrol + el vino se hace con uva = si tomo vino tomo resveratrol.
Aquí el dichoso estudio (https://t.co/Mac3iqX9RD) al que se refiere @LaVanguardia (imagen) pero que no osa citar:
-Veces que usa la palabra vino (wine) = 0
-Veces que usa la palabra dormir (sleep) = 0
-El estudio es: en ratones
De corazón, vanguardistas: sois unos irresponsables pic.twitter.com/z41Yriv8N0— Juan Revenga (@juan_revenga) March 23, 2018
Lo más curioso del asunto es que el estudio no contiene ni una sola vez la palabra wine (vino) y tampoco sleep (dormir). El estudio se centra en tratar de elucidar y con ello dar una explicación fisiológica de porqué a los ratones a los que su dieta se suplementa con resveratrol (no con vino) ofrecen una especial resistencia a la ganancia de peso, nunca a perder el que ya se tiene. Y encuentran dicha explicación y para eso tienes el estudio con su texto al completo.
Otra curiosidad es que los investigadores al comentar su trabajo en el post de la universidad adviertieron que:
- En realidad, es el contenido polifenólico total de las frutas y de las bayas lo que es importante [y no solo el resveratrol]: “Creemos que se puede aumentar la ingesta total de esos compuestos polifenólicos al aumentar directamente el consumo de fruta”.
- La fracción de resveratrol que se puede encontrar en vinos como el merlot o el cabernet sauvignon contienen, en sentido contrario, solo una fracción del resveratrol y otros compuestos fenólicos que se encuentran originalmente en las uvas. De hecho, muchos de esos polifenoles beneficiosos son insolubles y se pierden durante el proceso de producción del vino.
¿Quieres probar a ver si lo de los ratones funciona contigo? Come fruta
A modo de resumen, el estudio consistió en alimentar 12 ratones hembra (de 5 meses de edad) con una dieta rica en grasa durante 7 días. A seis de esos ratones además se suplementó su dieta con resveratrol, aportándoles una cantidad del 0,1% de resveratrol sobre su peso corporal. Durante este periodo y tras el mismo se practicarían una serie de mediciones para elucidar uno de los resultados más llamativos: que los 6 ratones que recibían el resveratrol aumentaron un 40% menos su peso con respecto a los que no fueron suplementados. Los hallazgos apuntan a que en los ratones suplementados hubo un incremento de la grasa parda, frente a la grasa banca. La grasa parda es metabólicamente más activa que la blanca, gastando más energía (en forma de calor) y de ahí la explicación del resultado.
Así, para un humano de 70 kg (en realidad para una humana, recordemos que el estudio funcionó con ratonas) esto implicaría suplementar su dieta con 0,07g de resveratrol. Por eso, los investigadores recomiendan en el editorial el suplementar incluir al menos 340 gramos de fruta al día, cifra con la que sería fácil alcanzar esa cifra de resveratrol a partir de arándanos, fresas, frambuesas, uvas y manzanas. Esto se podría conseguir con suma facilidad incluyendo la ingesta de estas frutas en tres raciones diarias. Algo que, insisto, se les olvidó mencionar a los autores y sus colaboradores necesarios que perpetraron el artículo en La Vanguardia.
Así que ni vino ni hostias, fruta. Y perdón por la expresión, pero es que me enciendo.
Sobre las posible razones de que estemos relativamente acostumbrados a esta malinterpretación de los estudios relacionando el consumo de bebidas alcohóicas con beneficios sobre la salud, hablaremos otro día. Y es que, como decía al principio esto, lamentablemente no es novedad, valgan estos ejemplos:
- Una copa de vino tinto equivale a una hora de gimnasio, según un estudio (otra vez, el mismo)
- Lo más de lo más: el vino como elemento protector frente a la caries
- Jamás deberías usar cerveza en vez de paracetamol para calmar el dolor
Notas importantes:
- No descarto que La Vanguardia termine por retirar su “noticia”, por eso y por si la quieres consultar en todo momento te dejo este enlace.
- Mi agradecimiento a Rosa Porcel (@bioamara) y a Conchi Lillo (@ConchiLillo) quienes me han ayudado a reflexionar en algunos aspectos de la metodología del estudio en cuestión
Ojiplático estoy con la prensa de este país. Por eso ya solo leo el As XD
Juan, el artículo perfecto, pero…. te has enfadado tanto que se ha fugado la h de la hostia… jajajajajajaja. 😉
Gracias Ana P.
Ya está corregido. Un cordial saludo