¿Afecta el peso a la disfunción eréctil?

La disfunción eréctil es un temor, cuando no un problema, que afecta a una buena parte de la población masculina. Esta patología puede tener causas diversas, algunas tan simples como el efecto secundario a algún tratamiento farmacológico, aunque en el 75% de las ocasiones la causa es más compleja. La disfunción eréctil puede ser consecuencia de algún trastorno vascular o neurológico previo, de un tratamiento relacionado con la próstata y puede ser consecuencia de la diabetes. Pero al mismo tiempo también está relacionada con la obesidad, los malos hábitos de alimentación y el sedentarismo.

La Harvard Medical School advierte de estas relaciones y anima a seguir una serie de consejos con el fin de mejorar la salud, más en concreto aquella parte relacionada con la sexualidad masculina. Unos desde luego unos son más sencillos que otros:

1. Comer de forma equilibrada. En el estudio “Massachusetts Male Aging” se observó que seguir un patrón de alimentación caracterizado por una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y pescado (con una menor participación de la carne roja, derivados de esta y cereales refinados) disminuyó la probabilidad de sufrir disfunción eréctil. Además, una deficiencia crónica de vitamina B12 podría también contribuir a la aparición de este trastorno.

2. Es importante mantenerse dentro de un peso saludable y, en este sentido, el perímetro de la cintura puede ser un buen indicador. Un varón con un contorno de cintura de 106 cm tiene un 50% más de riesgo de padecer disfunción eréctil que otro cuyo perímetro sea de 81cm. La obesidad aumenta el riesgo de la enfermedad vascular y diabetes, dos causas principales de la disfunción eréctil. Al mismo tiempo, el exceso de grasa, elemento característico de la obesidad, interfiere con varias hormonas que pueden ser también parte del problema.

3. Empezar a realizar más actividad física, por ejemplo, caminar. De acuerdo con un estudio de Harvard el efecto de tan sólo 30 minutos diarios de caminata disminuyó el riesgo de disfunción eréctil un 41%. Otras investigaciones sugieren que el ejercicio moderado puede ayudar a restaurar la función sexual en varones obesos de mediana edad con disfunción eréctil diagnosticada.

4. Prestar atención a la salud del sistema cardiovascular. La tensión alta, al igual que los altos valores de azúcar, colesterol y triglicéridos en sangre influyen de forma negativa este sistema, desde el corazón, al cerebro y sin lugar a dudas en la irrigación del pene. Del mismo modo, los niveles bajos de HDL (colesterol bueno) y un perímetro de cintura excesivo pueden ser elementos que influyan negativamente en la disfunción eréctil.

5. Fortalecer el suelo pélvico mejora la erección y ayuda a evitar que la sangre salga del pene. En un estudio británico, la realización de ejercicios de Kegel (durante tres meses y dos veces al día) ayudó a fortalecer esta musculatura. Estos ejercicios combinados con un cambio en los estilos de vida (dejar de fumar, perder peso, limitar el alcohol) dio mejores resultados en el tratamiento de la disfunción eréctil que el mero asesoramiento sobre estilo de vida.

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Foto: richard_north