¿Ha muerto, acaso, la Operación Bikini?

El pistoletazo de salida de la Operación Bikini se parece más a un imaginario disparo en la sien que a otra cosa. De todas formas, para ser sinceros la frontera entre la Operación Bikini y el día a día cada vez me resulta más difusa. Quienes intentamos vivir de esto desde hace una serie de años tenemos, a resultas de esta perspectiva y de las actuales circunstancias, una visión particular del asunto. Me explico.

Respetando las normales discrepancias, mi perspectiva es que hasta hace no mucho tiempo había esencialmente tres momentos bastante definidos en el curso de un año natural en los que la tarantela adelgazante era especialmente patente, a saber: la campaña de nuevos y buenos propósitos de principio de año; la consabida operación bikini y; la vuelta de las vacaciones allá por el mes de septiembre más o menos. Todas ellas auspiciadas por diversas circunstancias que podría, cada una de ellas, ser objeto de un análisis particular. Pero eso hoy no toca.

Como digo, en mi opinión, las fronteras entre el comienzo de cualquiera de estas campañas y la siguiente es cada vez más ambigua… y no porque cada una de ellas se dilate en el tiempo hasta el punto de confundirse el momento de finalización de una con el principio de la siguiente, no. Se trata de que ya no hay campañas tal y como las entendíamos hace unos años y sí más de ser conscientes que la presión es tan constante que las campañas en sí son difíciles de distinguir. El caso es que la ¿evolución? de los tiempos nos ha llevado a una presencia continua de estas cuestiones adelgazantes. ¿Evolución entre interrogantes? sí, a modo de pregunta. Lo planteo así porque aunque en el concepto tal cual de evolución no esté presente el sentido de avance, creo que “evolución” implica para el común de los mortales un sentido de “avance” que se contrapone al de “involución” que, este sí, tiene claramente señalado un sentido de retroceso. Por eso digo que, al obtener una realidad negativa, peor que la anterior, a este cambio en las circunstancias se le debería atribuir un carácter más involutivo que evolutivo.

Así, prácticamente cada día, sin esperar a una temporada concreta saltan a la palestra asombrosos planteamientos dietéticos que persiguen esa pérdida de peso. No tienes más que darte una vuelta por el blog y contrastar sus contenidos. Los libros adelgazantes con mensajes complacientes a base de curiosos planteamientos dietéticos, el “descubrimiento” de turno de algún complemento milagroso, etcétera, ya no esperan al principio de año a al mes de mayo para darse a conocer… no. Los tenemos constantemente presentes en nuestras vidas y, si acaso, en esas épocas concretas a las que me refiero se realiza una ligera mayor presión. En cualquier caso nada tan descarado como lo de antes.

De todas formas eso no quita para que precisamente en esos momentos convenga hacer un llamamiento a la cordura y a la sensatez procurando que la especial debilidad de los consumidores no les convierta en víctimas propiciatorias de un entorno proclive al engaño a partir de fantásticas (nunca mejor dicho) promesas. Con este fin, ayer domingo participé en el programa Ser Consumidor de la Cadena Ser junto a otros destacados invitados (Julio BasultoJuanjo CáceresClotilde Vázquez y Elena Espeitx) y con Jesús Soria como maestro de ceremonia. Se trata de un monográfico totalmente dirigido al tema de “hacer dieta”: sí, no, de qué tipo, cuándo, de qué forma, con quién, sus mitos, etcétera. Te lo dejo en este enlace de a continuación. Espero que te guste.

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Imagen: Marin vía Freedigitalphotos.net