Mamá, no quiero ser un niño enclenque, ¿me preparas “el batido”?

Niña batido

Tal cual fue la pregunta que el otro día me dijo una mamá que le había dicho su hijo de 7 años al que, como todo apunta, le habían llenado la cabeza de pájaros bien sus propios padres, bien la publicidad malsana… o entre ambos, me figuro.

Desconozco a ciencia cierta qué se les puede estar pasando por la cabeza a los publicitarios de determinados productos, me refiero a los de suplementos y complementos dirigidos a ser usados de forma específica entre la población pediátrica cuando han decidido anunciarlos en aquellos canales de televisión típicamente infantiles. Me refiero a este anuncio de aquí que últimamente se puede ver en la parrilla publicitaria de no importa qué canal infantil. Se trata de Pediasure, de nuevo de los laboratorios Abbott (¿te acuerdas?), a mi modo de ver tan desnortados con aquello de hacer campañas realmente convenientes como encelados en el vender, vender, vender…

No es que esté solo en contra del planteamiento general del producto… que lo estoy y mucho, es que lo de esta temporada riza el rizo al haber contrastado como sus anuncios han pasado de los canales generalistas (los que sean) a los específicos para niños. ¿De verdad alguien en su sano juicio puede pretender que sea un niño de los que ven estos canales (de la misma edad que los que salen reflejados en el propio anuncio) los que decidan sobre la necesidad de usar un complemento o suplemento? ¿No estarán facilitando la génesis de trastornos compulsivos, de culpabilidad, frustración, miedo al fracaso… completamente infundados en la mayor parte de los casos?

Habrá quien pueda argumentar que los ponen en esos canales para que esa publi llegue también a los cuidadores de esos niños que están viendo la TV en ese mismo momento. Claro, por eso también en CLAN, Boing, Disney Channel, etc. se anuncian coches, productos financieros… y ya puestos, condones… al final, ¿quiénes más interesados en controlar su prole que aquellos que ya han llegado, supongamos, a un número de hijos determinado y están viendo con ellos la TV? (esto último se trata, evidentemente, de una ironía)

No soy ni mucho menos el único que se ha dado cuenta de la situación, la semana pasada en el blog TodoMundoPeques se hacían eco en esta entrada de este desastroso binomio entre los canales de dibujos animados y los anuncios de estas cosas.

De todas formas como digo, esta nueva estrategia no deja de ser a mi juicio más que un suma y sigue, una constatación de una mala estrategia inicial a la hora de plantear la venta de un producto cuyo principal mercado debiera observarse en las zonas más deprimidas del planeta en lo que se refiere a las cuestiones alimenticias.

Sin ir más lejos hace ya un tiempo Aitor Sánchez daba cuenta en su blog Mi dieta cojea del desacierto de estos planteamientos. Al igual que Julio Basulto cuando en su muy recomendable “Se me hace bola” le dedica una sección entera al “malcomimiento” de nuestros hijos (página 164) y trae a colación un producto que, sin nombrarlo, no puede ser otro que este del post de hoy.

Esto que se puede contrastar fácilmente cuando se mete uno en la página web del producto y se accede al torticero e intencionado test para que respondiéndolo sepas si estás o no ante un hijo malcomedor. Evidentemente, al igual que Julio, en mi caso (en el de mis hijas) también respondo de modo afirmativo a buena parte a esas 5 “sencillas” preguntas que te hace el fabricante con toda la buena intención. Y según ese resultado estoy ante unas niñas malcomedoras, candidatas ideales a embutirles con el batidito de turno, hacerles creer que son malcomedoras y, esto lo digo yo, empezar a fomentar  el uso sinsentido de suplementos y complementos cuando estas sean mayores.

Volviendo a la mamá y a su preocupado hijo con un flagrante sentimiento de culpabilidad y frustración con aquello de ser un niño “enclenque” (palabra que me imagino le habrán dicho en casa sus papás o sus abuelos cuando no se comía todo aquello que los adultos habían establecido que se tenía que comer); más les valdría dejarse de tonterías. Y a los otros, sería estupendo que dejaran de usar estrategias para que niños y papás se preocupen de forma infundada.

No soy el único que piensa así con respecto a este tema. De entrada la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) deja muy clara su opinión al respecto de este tipo de productos, y no se refiere solo al Pediasure, sino también y como no podría ser de otra forma al Meritene Junior… imprescindible su análisis que podemos resumir en:

Las empresas farmacéuticas, sabedoras de las preocupaciones de los padres por la alimentación de sus hijos, han lanzado al mercado una serie de productos que se venden como complementos nutricionales […] Se trata de productos con un alto valor energético por dosis […] Además, estos productos contienen otros nutrientes: grasas, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales que, si su hijo no necesita, pueden llegar a desequilibrar su alimentación […] Y además, todo esto tiene un coste elevado. El precio de un sobre de Meritene o PediaSure oscila entre los 1,50 y los 2 euros, dependiendo de si hay que añadir leche al preparado. Al cabo del mes, esto puede suponer un gasto de hasta 120 euros por niño. Una cantidad nada despreciable… sobre todo para algo que no es necesario. [Por lo tanto] No son la solución.

La OCU tampoco está sola, además de una buena parte de dietistas-nutriocionistas que sostienen este posicionamiento, también hay muchos médicos y pediatras que están en contra, no sé si tanto de este tipo de productos, sí desde luego en la forma con la que en su promoción acceden los fabricantes a los posibles clientes. Tienes un ejemplo aquí, aquí y aquí.

Y para dejar el tema ya por finiquitado y lacrado te dejo este genial vídeo (para no variar) del pediatra Carlos González.

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