Hay decenas de test y cuestionarios de nutrición, la mayoría de dudosa confiabilidad. Desde la ciencia también hay un especial interés por averiguar los conocimientos de la población general
La nutrición es una de esas disciplinas/ciencias/área de conocimiento (pon la opción que menos te disguste) que más se presta al “autoconocimiento”. Todo el mundo, quien más y quien menos, “sabe” de nutrición. Otra cosa es la cantidad de ese conocimiento, y por supuesto su calidad. Podría decirse que la nutrición es esa especie de jardín público que unos utilizan para pasear (la mayor parte de los ciudadanos de a pie), otros para sembrar flores (la mayor parte de los profesionales) y otros, por qué no decirlo, para hacer sus necesidades (otros ciudadanos o incluso otros profesionales); a fin de cuentas todo el mundo entra en este jardín sea lo que sea que luego termine haciendo dentro.
Una prueba de ello es la inmensa cantidad de recursos de los que se dispone en Internet para, por ejemplo, poner a prueba los conocimientos de uno mismo sobre nutrición. Haz la prueba, pon en tu buscador preferido “cuánto sabes de nutrición” o ya en inglés “nutrition quiz”. Los resultados se cuentan por miles y millones y si además incorporas variaciones sobre estas búsquedas los resultados se multiplican.
Esto no pasa con, pongamos por caso, la ingeniería civil donde “cuánto sabes de ingeniería civil” arroja 3 resultados y en inglés “civil engineering quiz” 40.000, que son muchos más que 3 pero que siguen muy lejos de los miles y millones que se obtienen cuando se buscan test de nutrición.
A la ciencia también le interesa conocer cuánto sabe la población
Más allá de blogs, revistas de moda y demás test que se pueden encontrar fácilmente a golpe de click –sobre los que luego volveré- la ciencia se ha preocupado en serio por crear herramientas que sirvan para averiguar el grado de conocimiento de una determinada población sobre cuestiones nutricionales. Su finalidad, más allá de ubicar el ego de cada uno a partir de referencias bastante cuestionables, consiste en relacionar el nivel de conocimientos de las poblaciones encuestadas con sus hábitos alimentarios (siguiendo la hipótesis de que un mayor conocimiento conduce a mejores elecciones) y con ello poder dirigir mejores estrategias de prevención hacia la población en estudio.
Una de los cuestionarios validados que más impacto ha tenido para llevar a cabo esta misión es el conocido General Nutrition Knowledge Questionnaire (GNKQ) creado originalmente en el Reino Unido hace ya 25 años, en 1.994. Es particularmente extenso, con cerca de 100 preguntas repartidas en cuatro secciones:
- Sección 1: preguntas sobre el conocimiento de las recomendaciones dietéticas.
- Sección 2: preguntas sobre el conocimiento de los grupos de alimentos.
- Sección 3: preguntas sobre el conocimiento de elecciones saludables.
- Sección 4: preguntas sobre el conocimiento de cuestiones dietéticas, enfermedades y relativas al control del peso.
Este cuestionario como digo ha sido ampliamente utilizado en diversos trabajos científicos y también adaptado a las circunstancias de la población en estudio. Recientemente, en 2017, se realizó una revisión del cuestionario original, adaptando algunas preguntas y respuestas al conocimiento actual, que ha cambiado significativamente desde su creación. De esta forma ha quedado un cuestionario de 88 preguntas, igualmente ordenadas por secciones.
Si tienes ganas de ponerte a prueba en el terreno nutricional, y ya de paso con el inglés, tienes aquí:
Una advertencia: Al igual que con los test-de-Internet, es importante saberse en el contexto que nos movemos. Así, cuando nos preguntan “¿Qué es lo que las autoridades sanitarias recomiendan…?” la respuesta correcta será lo que sabemos de lo que esas autoridades recomiendan, y que no tiene por qué coincidir con la mayor de las evidencias científicas sobre ese tema.
La naturaleza de las preguntas o incluso la de los propios test en su conjunto puede ser muy dispar
Test de todos los niveles, extensiones… y colores
Volviendo a Internet y siguiendo las estrategias de búsqueda mencionadas al inicio podemos encontrarnos con diversos tipos de test, de extensión variable, interactivos o no y alojados en webs de confianza más o menos cuestionable. Como te puedes imaginar la naturaleza de las preguntas o incluso de los propios test en su conjunto puede ser muy dispar: pueden estar centradas en los mitos, en las cantidades de un determinado nutriente en diversos alimentos, en las recomendaciones de una determinada guía alimentaria, en los productos ecológicos, en higiene y seguridad alimentaria, en los resultados de una reciente investigación, en la alimentación pediátrica, etcétera.
Así y después de haberme paseado por varios de ellos (reconozco no haber hecho una revisión exhaustiva, pero sí hasta cierto punto extensa) me queda la sensación de que hay algunos test que no hay por dónde cogerlos y otros que me gustan más, incluso mucho. Pero casi siempre encuentro una pregunta o un matiz con el que no termino estando de acuerdo. Es decir, que no termino por hallar el test perfecto. Esto se debe en parte a que, como ya he mencionado alguna vez, la nutrición es un área de conocimiento en constante evolución –como todas las disciplinas que se rigen por la ciencia- y en la que los cambios están a la orden del día, y diría que más que en cualquier otra ciencia (y estos son mis motivos para explicarlo).
No obstante y entre los que más me han gustado figuran este par de cuestionarios:
- ¿Cuánto sabes sobre mitos alimentarios? Comprueba tus conocimientos con este test. (18 mitos puestos a prueba) Y en este enlace encontrarás las soluciones y las explicaciones.
- ¿Cuánto sabes de alimentación saludable? (10 preguntas multirespuesta con explicaciones a las respuestas al final del enlace).
Dejando a un lado aquellos que se publican en revistas/web de moda, habitualmente dirigidas al público femenino como esta de la web de la revista “Hola!” o aquellos otros en canales supuestamente científicos –pero en realidad con una notable carga sensacionalista como el de la web de Muy Interesante… que no hay por dónde pillarlos- ha habido uno que me ha decepcionado profundamente. Me refiero a este que supuestamente está avalado por La Escuela de Medicina de Harvard.
En él y a partir de 13 sencillas preguntas verdadero/falso que se explican a medida que el test avanza nos encontramos sorprendentemente con la consolidación de postulados relativos a:
- Poner en alza el picoteo para no sentir ansiedad ante la comida (pregunta 2). Puedes ver mi postura en este enlace;
- Sostener que una caloría es una caloría con independencia de su origen (en las preguntas 3 y 5) para terminar por no criminalizar la presencia de demasiados hidratos de carbono en la dieta o el consumo de azúcar;
- Dar por cierta la premisa de que las dietas milagro funcionan (pregunta 6) aunque luego dice que es una premisa cierta con un gran “pero”;
- Justificar el conteo calórico para mantener a raya la obesidad (pregunta 10). En este enlace tienes mí perspectiva;
- Considerar al chocolate como un producto saludable (pregunta 11) y;
- Avalar el consumo de vino en cantidades moderadas, sea lo que sea que eso signifique, a partir de sus beneficios cardiovasculares (pregunta 13).
¡Qué difícil es obtener la excelencia!
De hecho, y aunque el test de Harvard comentado no ofrece una nota final sobre los resultados podría decirse que suspendí. En caso es que más que ser difícil el sacar un 10 en muchos de estos test lo cierto es que es casi imposible. Los problemas para no alcanzar esa excelencia son varios. Por un lado tenemos la fecha de publicación de dichos test. Es posible que lleven ahí varios años, incluso algunas décadas, de forma que las respuestas que ofrece como buenas, lo hubieran sido antaño, pero no ahora. Y por otro lado, hay que considerar qué argumentos se emplean en cada momento para justificar una respuesta como válida. No es nada oculto que muchas cuestiones relativas a la nutrición son actualmente motivo de debate científico pudiendo encontrar argumentos tanto en un sentido como en otro. Eso sí, con un poco de perspicacia y picardía, uno puede analizar el “foro” en el que se encuentra y, a partir de las primeras respuestas dadas como erróneas, saber dirigir sus futuras respuestas para complacer los resultados de cada test.
¿Para qué quieres saber de nutrición?
A efectos prácticos podría resumirse que hay dos finalidades: por un lado la de tener conocimientos a nivel de usuario para “funcionar” de manera más o menos correcta; y por el otro poder dar un servicio profesional o realizar un estudio en el marco de una investigación.
Tal y como ya se comentó en esta entrada, si lo que quieres es adquirir conocimientos para prestar un servicio profesional al mismo tiempo que recibes una titulación oficial en centrada de nutrición o dietética, en España existen dos caminos: el del Grado en Nutrición Humana y Dietética disponible en más de una veintena de Universidades; y el de Técnico Superior en Dietética. En ambos casos existe la posibilidad de cursar estos estudios a distancia y con ellos poder dedicarte profesionalmente a esta área de conocimiento.
En resumen
- Muchas personas dicen tener las cosas claras sobre nutrición, incluso muchos de ellos se catalogan como expertos.
- Existen infinidad de recursos online para poder testar esos conocimientos, pero su criterio es muy diverso abundando los de escasa o nula calidad.
- En sentido contrario también existen cuestionarios validados y creados bajo criterios científicos para poner de relieve esos conocimientos generales sobre nutrición. Son más detallados, exhaustivos y confiables que el resto. Y también más largos.
- A la hora de contrastar esos conocimientos, los profesionales de la salud deberían usar herramientas validadas y contrastadas.
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Nota bene: Este contenido ha sido patrocinado por ILERNA Online, centro de Formación Profesional a distancia 100% oficial que ofrece, entre otras posibilidades, la oportunidad de obtener el Título de Técnico Superior en Dietética a distancia.
Imagen: Ambro vía freedigitalphotos.net,
Antes de nada, muchas felicidades Juan por tu Blog. Creo que la mejor combinación es tener una buena información sobre nutrición e intentarla plasmarla a tu dieta, a tu medida y gusto y complementarla por otra parte con una actividad física regular. No veo mucho sentido a una cosa sin la otra.
Hola, Juan, soy Laura, tengo un humilde blog de dietas y siempre trato de estar al día en todos los avances en lo que a nutrición se refiere. Te sigo desde hace tiempo y muchas veces (cómo hoy) me sorprendo. Has publicado un artículo excelente, enhorabuena. Desde luego el conocimiento sobre nutrición de la población en general es bastante escaso y esto seguirá así durante mucho tiempo mientra le siga produciendo cuantiosos beneficios a la industria alimentaria. 🙂
Hola Juan,
Acabo de descubrir este blog y simplemente, gracias.
Reflexiones muy necesarias.
R.