Con la muerte de una familia, pocas “bromas”

Stuart Miles vía freedigitalphotos.net
Stuart Miles vía freedigitalphotos.net

¿Por qué la verdad no es noticia y sí las elucubraciones? Me refiero a la muerte de aquella familia sevillana hace apenas un mes y sobre la que tantas tonterías precipitadas se dijeron en infinidad de titulares. Sin embargo, a día de hoy, cuando las cosas empiezan a estar más claras fruto de las investigaciones correspondientes y resulta que lo acontecido poco o nada tiene que ver con las iniciales “sospechas”, no hay grandes titulares, solo pequeñas reseñas. La verdad ha dejado de ser noticia aun cuando el hecho original sí lo fue.

Como digo, hoy 17 de enero cuando escribo estas líneas, el tema está bastante perfilado en torno a las verdaderas causas de aquellos fallecimientos: un posible envenenamiento con un plaguicida de uso industrial (no alimentario), más en concreto algún compuesto con base en hidrógeno fosforado. No es lo mismo un envenenamiento que una intoxicación alimentaria. Si recordamos un poco lo acontecido, la familia en cuestión habría fallecido, con muy pocas dudas a tenor de las noticias del momento por una intoxicación alimentaria. A partir de ahí se dio rienda suelta a la imaginación y lo que es peor, se sacó a relucir el dedo acusador apuntando, eso sí, en plan “ventilador y mierda”. Es decir, a todo lo que se moviera y también a lo estático. A todo.

Se dijo que la familia habría consumido alimentos en mal estado y para ello se apuntó con el famoso ventilador y se puso en tela de juicio la seguridad de la cadena alimentaria, una especulación a la que se dio categoría de verdad. Se dijo también que, habida cuenta de la precaria situación económica de la familia, esta habría adquirido alimentos ya caducados, puestos a su disposición y, de ser así, de forma contraria a la normativa. Otra especulación. Se afirmó incluso que la poco entonces supuesta y sí segura intoxicación alimentaria habría podido ocurrir por haber comido alimentos rescatados de entre los contenedores de basura; algo que se terminó por desmentir. En definitiva, se especuló con muchas cosas, con muchas tonterías y, lo que es peor se les dio a esas sospechas el cariz de verdad de forma muy precipitada. Ese dedo-ventilador acusador también se dirigió hacia los servicios sanitarios que los trataron cuando aun los miembros de la familia estaban con vida. No seré yo quien entre a valorar cómo lo hicieron, pero desde luego el considerar a los pacientes víctimas in situ de un envenenamiento, no es ni de lejos una posibilidad inmediata a tenor de las circunstancias y la sintomatología que presentaban.

Los motivos de la entrada de hoy son tres: el primero, poner en alza la seguridad de la cadena alimentaria. El grado de seguridad del que hoy disfrutamos lo tildaría yo de excelente e inimaginable solo unos pocos años atrás. Que es mejorable, pues seguro que sí; pero el ponerla en tela de juicio así, de primeras, no me parece correcto.

El segundo motivo no es otro que poner de relieve este desafortunado contexto informativo en el que frecuentemente nos hallamos. No me molestan en exceso los iniciales titulares exagerados, precipitados y especulativos. Me molesta más que hoy, después de toda la repercusión que tuvo el tema en su día, cuando se empiezan a aclarar las verdaderas causas, estas pasen de puntillas por los medios de comunicación. Ya no se abren los informativos con esta, al parecer, no-noticia.

Y el último motivo es que, ya que aparentemente no lo hace nadie, tratar de lavar en cierta la imagen de una familia al respecto de sus circunstancias y estilo de vida. Una familia a la que no conozco pero sobre la que se han dicho muchas cosas, no precisamente bonitas, no precisamente ciertas y que por razones obvias se merece todo el respeto. En especial, por el respeto que se le debería guardar a la hija de 13 años que afortunadamente sigue con vida.

Sobre el cómo pudo producirse el envenenamiento, si fue un accidente o si no lo fue todavía está por esclarecerse. Y eso ya es algo que no se abordará en este blog.

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A colación de la noticia original, el día 16, cuando la “hipótesis” alimentaria era tesis probable entre la opinión pública participé con Luis Herrero (?@encasadeherrero) en el programa “En casa de Herrero” en ella ya doy muestra desde el principio de las cautelas que debían tomarse en este tema y aventuro como causa más probable, y desde mi punto de vista, el envenenamiento. Puedes escucharla a partir del minuto 07:20

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Nota: Quiero agradecer a “gominolas de petroleo” (@gominolasdpetro) su interés y la información aportada para esta entrada.