En la actualidad los grandes cambios de las recomendaciones dietéticas están vinculados sin lugar a duda y por encima de otras posibles consideraciones al mundo de las grasas. De alguna forma te lo he venido contando en diversos post: en este sobre la cuestión de las grasas saturadas, en este sobre el colesterol o, dejando al margen los nutrientes y centrándonos más en los alimentos, en este sobre el huevo. Pues bien la actualidad que hoy te traigo redunda en la misma línea.
Como ciudadano de a pie puedo imaginarme sin ningún problema lo muy hasta las narices que estarás cuando cada tres días o cada tres décadas (lo que es aun peor) te cambian las recomendaciones dietéticas de forma que lo que ayer era bueno-buenísimo… hoy es malo de la muerte. Digo que te entiendo porque yo soy, tanto como tú o más una víctima de esta clase de “golpes de timón”. En cualquier caso, también te digo, que al menos en mi caso no lo asumo con desesperación ya que los cambios son buenos en la medida que suponen un avance… y este que hoy te traigo lo es. El caso es que para ponerte en antecedentes hay que recordar que las guías dietéticas de Estados Unidos están actualmente en periodo de revisión. Para su elaboración se consultan distintos estamentos (incluido cualquiera que quiera hacer sus aportaciones) pero por encima de todos destaca el denominado Comité Asesor para las Guías Alimentarias. Dicho comité ha publicado su informe con los contenidos que a su juicio debieran incluirse en las próximas guías y, la “liberación de las grasas” es decir, el dejar de demonizarlas como hasta ahora se ha hecho con ellas es una de las claves. Su lugar en la picota lo ocupan ahora los azúcares y los alimentos (en su mayor parte procesados) que incluyen una alta proporción de hidratos de carbono refinados.
Esta exculpación de las grasas tras cuarenta o más años de machaque continuo nos lo cuentan en dos grandes estrellas mundiales de la nutrición, Dariush Mozaffarian y David S. Ludwig, en el artículo titulado The 2015 US Dietary Guidelines: Lifting the Ban on Total Dietary Fat (Las Guías Dietéticas Norteamericanas de 2015: Levantando la prohibición a las grasas totales) cuyo resumen en forma de titulares podría ser el siguiente:
- Tal y como ya hablamos, el tema del colesterol presente en los alimentos debería ser una cuestión por la que habría que dejar de preocuparse (tienes más contenido en esta entrada)
- No debería hacerse constar un límite superior en el consumo de grasas. Es decir, el informe del Comité Asesor para las Guías Alimentarias no plantea proponer límite alguno al consumo de grasas en la dieta. Ahora bien…
- En el asesoramiento dietético se debe enfatizar en la calidad de la grasa a incluir pero no en su cantidad.
- Es más, la hasta ahora existente limitación en el consumo de grasas totales con el fin de prevenir la obesidad tampoco se debería utilizar a partir de ahora. En su lugar se debe poner más interés en los cambios de los patrones dietéticos dirigidos a la inclusión de más verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, pescado y marisco, y productos lácteos. Al mismo tiempo, y con este mismo fin se deberían incluir menos carnes, menos alimentos y bebidas azucaradas y menos alimentos con ingredientes procedentes de los cereales refinados.
Esta claro que con estas recomendaciones que ahora plantea el Comité Asesor para las Guías Alimentarias se invierten los mensajes que durante nada más y nada menos que 40 años nos han hecho llegar las autoridades sanitarias. Estoy convencido que la enorme inercia poblacional al respecto del mensaje de “incluir grasa es malo y quitarse la grasa es bueno” va a tardar en cambiarse, pero hay que ir tomando nota y, sobre todo, estar al quite para explicar el porqué de lo que se ha hecho durante 40 años y saber trasladar una adecuada lectura de estas nuevas recomendaciones a la población general. Así pues, y como primer ejercicio de resumen práctico quédate con estos mensajes casi telegráficos:
- Preocúpate por incluir en tu dieta grasas con un origen adecuado.
- Los alimentos y bebidas con azúcar añadido fuera.
- Los alimentos con harinas, almidones… es decir, con ingredientes refinados provenientes de los cereales también fuera.
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Nota: Mi agradecimiento una vez más para dos buenos colegas de Twitter Luis Jiménez (@centinel5051) y Carlos Casabona (@carloscasabona)
Imagen: Imagen facilitada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (http://www.alimentacion.es/es/fototeca/)
Muy interesante, gracias por compartir
Lo peor de todo es la sobrealimentación
Lo mejor es comer 5 veces al día pero poca cantidad. A mi me va de fábula y éste es el resultado: http://goo.gl/wKl7B4
Como bien dices, tanto cambio de “orientaciones” dietéticas marea a cualquiera. Lo único que hacen es desorientar y crear desconfianza acerca de cualquier consejo en cualquier dirección. Yo hace años solo me fío de mis tripas: ¿me sienta bien? Es bueno ¿me sienta mal? Es malo. Y así, con el tiempo, he ido comiendo en menos cantidad, he reducido mi consumo de alcohol (lástima que a la cuarta cervezas ya tenga la tripa hinchada, porque lo que es “subirse a la cabeza” nada de nada) etc, etc, y sin dejar de comer nada de nada, ni embutidos, ni frituras, ni bollería ni todas esas cosas “malas” para la salud. De todo, pero al ritmo de mis tripas.
¿No tendrá que ver con que se esté echando la nociva grasa de palma a prácticamente todo?
Lo que yo me pregunto es por qué “debemos” acudir a los informes dietéticos yanquis…es que acaso son los más fiables por alguna razón?
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Gran artículo y gracias por sacar a la luz el tema de los azúcares refinados.
Creo que los que lo llevarán peor serán los médicos. Hay muchos a los que les cuesta actualizarse y que seguiran recomendando a sus pacientes que coman productos bajos en grasas y sin colesterol.
Ok, el pan integral pasa. Pero con el arroz, la pasta, el cuscus, el pescaito frito ¿qué hacemos? también fuera? ¿o sólo en versión integral? Estoy más perdida… Apórtanos un poco de luz.
Pienso que el Comité Asesor para las Guías Alimentarias como sus propias siglas lo indican la ” C.A.GG.AA.”, y perdonen la expresión: Las grasas que se toman se deben saber elegir y además controlar la cantidad ya que un exceso de grasa aunque sea de bueniiiisima calidad si engorda.
Cuanta grasa recomiendas ingerir?
un 30% de las calorías totales?
crees que hay alguna franja. Mínimo un 15%? y máximo.
Qué opina sobre la baja ingesta de CH complejos (cereales,tuberculos) -de 40g/día.