Carta de derechos del paciente con obesidad (y deberes de los sanitarios)

El mundo de la dietética y de la nutrición es, en un 95%, el mundo de la gordología

A pie de calle y en pocas palabras (tan pocas como una) el mundo de la dietética y de la nutrición es, en un 95%, el mundo de la gordología. Es una pena, pero no se puede negar la realidad. Buena parte de la población vive acogotada por el numerito que marca su báscula de baño, por su masa muscular, los michelines y, en resumen, por la estética. Esto no te lo cuentan en la carrera de nutrición humana y dietética. Si eres fontanero, abogado, cajero o nutricionista, tampoco. Es algo de lo que te das cuenta (o no) por méritos propios. También es cierto que, si eres nutricionista tienes una especial sensibilidad para caer en ello. Pero el hecho es que en la carrera como tal no te lo cuentan, y por lo tanto tampoco lo contextualizan. Y este es un gran problema.

 

 

Digo que es un gran problema porque luego pasa lo que pasa, y muchos salimos de la carrera convertidos en gordólogos. Yo, que ya no tengo abuelas y me trae al pairo mucho de lo que la gente cree que es políticamente correcto, puedo decir que nunca fui un gordólogo de esos: desde que obtuve mi título no he puesto ni una sola dieta. Y no es, precisamente, porque no sepa. Mis notas si mal no recuerdo en las asignaturas de Dietética y Dietoterapia fueron “Matricula de Honor” y “Notable” respectivamente. Nunca he creído, por tanto, en el concepto dieta como esa estrategia alimentaria restrictiva y siempre de quita y pon, para manejar las cuestiones relativas al peso. Y tengo pruebas. Es el planteamiento inicial que se ha propuesto desde… ¿siempre? Y así estamos. Creo que repetir una y otra vez lo mismo (por muy lógico que aparente ser) y esperar resultados diferentes es un poco de idiotas. Hacer dieta no funciona.

Hay más consecuencias de salir de la carrera con una impronta gordológica. Por un lado, el ofrecer a muchos pacientes solo lo que ellos demandan y no lo que verdaderamente necesitan. Y por el otro, enfocar la relación profesional sanitario-paciente bajo el prisma del negocio, o por lo menos priorizar este enfoque, antes que el sanitario.

Por todo ello, y con el fin de cambiar estas prioridades, creo imprescindible que en los distintos estudios y títulos que abarcan de manera más o menos directa las cuestiones nutricionales se dé a conocer un mínimo Código Ético o de buena práctica. En especial al abordar el tratamiento clínico de la obesidad ya que, no creo que sorprenda a nadie si digo que este tema constituye un amplio porcentaje de todas las consultas.

La mejor síntesis de cómo deberían enfocarse estas consultas

Hablando solo de un contexto profesional, si tuviera a mi disposición una lámpara de esas maravillosas, con su correspondiente genio que concede deseos, tendría muy clarito qué pedir. El segundo y el tercer deseo supongo que me los tendría que pensar, pero del primero no me cabe la menor duda. Sería el de promover esta Carta de Derechos de los pacientes con Obesidad entre todos los profesionales de la nutrición. Y, llegado el caso, crear también una certificación que, con una cierta periodicidad (un año, dos o cinco, yo que sé) garantizara de algún modo que su poseedor cumple punto por punto con todos sus apartados. Mira, esta podría ser el segundo deseo, que todos los profesionales pasaran por este aro.

Si yo tuviese una lámpara maravillosa este sería el primer deseo que pediría

Planteados hasta donde yo sé por la American Obesity Treatment Association o AOTA (asociación que a pesar de su nombre no es especialmente conocida) esta es, como ellos dicen, su “Declaración de derechos del paciente con obesidad”:

  1. Los pacientes tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto en todo momento.
  2. Los pacientes tienen derecho a conocer las opciones de tratamiento y el grado de resultados realistas de varias opciones.
  3. Los pacientes tienen derecho a saber que el sobrepeso o la obesidad es una enfermedad grave con riesgos de salud perfectamente reconocidos.
  4. Los pacientes tienen derecho a saber que la obesidad es una enfermedad crónica, que requiere un esfuerzo personal durante muchos años y probablemente implique cambios de por vida en la alimentación, en la actividad física y en el estilo de vida.
  5. Los pacientes tienen derecho a saber que la pérdida rápida de peso puede causar serios problemas de salud.
  6. Los pacientes tienen derecho a saber el costo anticipado y la duración de los servicios.
  7. Los pacientes tienen derecho a conocer la formación académica del profesional sanitario que le atiende.
  8. Los pacientes tienen derecho a la privacidad. El centro sanitario y los profesionales sanitarios que le atienden protegerán dicha privacidad tanto como sea posible.
  9. Los pacientes tienen derecho a saber si los profesionales o el propio centro de atención tienen conflictos de interés que puedan influir en el tratamiento. Esos conflictos pueden estar relacionados con instituciones educativas, empresas o marcas sanitarias.
  10. Los profesionales sanitarios tienen el deber de mantenerse actualizados sobre los avances en el conocimiento de la obesidad y sobre las mejores prácticas.
  11. Los profesionales sanitarios tienen el deber de establecer los condicionantes de salud general y salud psicológica de cada paciente antes de prestar sus servicios.
  12. Los profesionales sanitarios tienen el deber de asesorar a cada paciente sobre metas realistas de pérdida de peso, los plazos para alcanzar esas metas, así como los patrones de alimentación, de actividad física y de estilo de vida necesarios para mantener la pérdida de peso y lograr los beneficios de salud asociados.
  13. Los profesionales sanitarios siempre velarán por los mejores intereses del paciente y no recomendarán ni proporcionarán productos o servicios que no se espere razonablemente que sean efectivos. Además, si es el caso, informarán a sus pacientes sobre su participando en estudios y obtendrán su consentimiento informado.
  14. Los profesionales sanitarios deberán informar a los pacientes sobre esta Declaración de derechos como miembro de AOTA y su cumplimiento.

Tal y como has visto, no solo incluye “Derechos” para los pacientes, sino que también se mencionan “Deberes” de los profesionales sanitarios que los atienden. Algunos no tienen desperdicio, en concreto, los números 10, 11, 12 y 13.

Son infinitas las reflexiones que se podrían derivar de cada uno de estos puntos. Algunos son de Perogrullo, como el número 1, aunque no sea infrecuente el ver cómo muchos se lo saltan a la torera. Con respecto al número 3 y 5, es preciso reconocer que, mientras se asuma la obesidad como un problema estético y no tanto de salud, poco o nada va a cambiar.

Con respecto al 14, aquí la AOTA no pinta nada, evidentemente. Pero qué bonito sería que alguno de los dos (o los dos) Consejos Generales de dietistas-nutricionistas* tomaran buena nota y exigieran e hicieran cumplir entre sus colegiados, todos estos derechos y deberes.

Como digo son muchos los puntos que merecen comentarios. Yo ya he hecho mi trabajo y los he incluido en el episodio 10 del podcast “Factor Intrínseco”. Con la inestimable ayuda de Daniel Sanz para darme réplica, y la inconmensurable labor de Teresa Castillo como editora de sonido, te dejo a continuación todos estos enlaces para que lo puedas escuchar en tu plataforma preferida

 

  • ¿Eres de Apple podcast? toma enlace.
  • ¿Eres de Spotify?, toma enlace.
  • ¿Eres de Google podcast?, toma enlace.
  • ¿Eres de Pocket Casts?, si tienes cuenta, busca “factor intrínseco” en la lupita .
  • ¿Eres de iVoox?, toma enlace.
  • ¿Eres de ir a la fuente?, toma enlace.
  • ¿Eres de Youtube?, toma enlace.
  • ¿Usas otra plataforma distinta a las mencionadas y no nos encuentras? Dímelo en los comentarios. Daniel Sanz se encargará de solucionarlo en el minuto menos 2.

Nota Bene 1: Para los que queráis ir al grano de este episodio podéis ir al minuto 9:45 (aunque lo de antes también mola, pero hablamos un poco de nuestras cosas antes de entrar en materia).

Nota Bene 2: No te pierdas, hacia el final del episodio (1 hora y 10 minutos) el despiporre de Daniel y mío a raíz de que a este se le puso, de repente, una cosa dura.

* En España andamos así, hay dos colectivos (dos Consejos Generales) que pretenden ostentar la representación del colectivo profesional. Por supuesto andan a la gresca y entre litigios, ya que, legalmente solo lo puede ser uno.

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