‘La dieta del vino y el jamón’ es un cebo, un camelo y un despropósito

A pesar de su visibilidad -y de su viralidad- esta propuesta NO ha sido creada ni recomendada por ningún médico, se trata simple y llanamente de una forma bastante zafia de llamar la atención, que además probablemente incurra en diversos ilícitos

Mazasman (que pesaba 183 kg hace 7 años) y Bodegas Marques de Vargas avalan la dieta del vino y el jamón

Tal y como sucede con Spiderman y Superman, hay elementos cotidianos que pertenecen a universos incompatibles. No obstante, y aunque parezca un contrasentido, ponerlos juntos sirve para dotarles de una visibilidad inaudita. Me explico. La dieta de la cerveza, la dieta del helado -no confundir esta última con la del cucurucho, que es otra- y ahora, la dieta del vino y el jamón, son autoexplicativas de su éxito mediático. El funcionamiento de este milagro es sencillo y precisa de tres ingredientes al alcance de cualquiera

  1. Una situación con un claro carácter negativo: hacer dieta,
  2. Un elemento al que habitualmente se le traslade características hedónicas positivas o placenteras: la cerveza, el helado, y ahora el vino y el jamón,
  3. Y alguien con pocos escrúpulos. Bueno, mejor aún si ese alguien no tiene ni un solo escrúpulo, aunque para eso haya que entrenar duro durante años.

Antes de volcarme en el tema, quiero apuntar que tanto la dieta de la cerveza como la del helado no son precisamente patrimonio de El Mundo Today, sino que son un par de clásicos en este mundillo, tanto o más que la catedral de Burgos lo es de la arquitectura gótica.

Las dietas del marisco, de los días alternos o de las tapas son otras de las aportaciones del IMEO y de Rubén Bravo al mundo de la dietética

El origen de ‘la dieta del vino y el jamón’ se remonta, por lo menos, a mediados de 2013, hace ya cerca de 7 años, cuando vio la luz al abrigo de una iniciativa privada con un nombre tan pomposo como engañoso: El Instituto Médico Europeo de la Obesidad (coloquialmente conocido como IMEO). En realidad, esta dieta nada tiene que ver con cualquier tratamiento dietético fiable, sino más bien con una basta estrategia de márquetin -tan basta como basto es el esparto- solo a la altura de la realidad del propio IMEO. Lo digo porque este centro privado nada tiene de ‘Instituto’.

Veamos, no se trata de un centro de enseñanza estatal, tampoco de una institución científica, ni de un organismo oficial, establecimiento público, cuerpo militar o congregación religiosa. Le pusieron ‘Instituto’ porque el concepto en sí mismo tiene más caché que ‘Sacacuartos’, eso hay que reconocerlo. Tanto como que lo de ‘Europeo’ se entiende mejor, porque el IMEO está ubicado en España. Pero siendo su nombre un ejercicio de autobombo tan gratuito, lo mismo le podrían haber puesto ‘Intergaláctico’ en vez de ‘Europeo’. Pienso por tanto, que Sacacuartos Médico Intergaláctico de la Obesidad sería más apropiado, y hasta el acrónimo, el SMIO -no tuyo-, reflejaría mejor su naturaleza.

Todo Homer quiere que un IMEO le ponga su dieta

Como no podía ser de otra forma, la dieta tiene personalidad suficiente como para volar por sus propios medios, y por ello tiene su propia página oficial (este y no otro es el verdadero sello de calidad de cualquier dieta-patraña que se precie). Al parecer también cuenta con un patrocinador (o lo que sea) de vino. Para el ideólogo de la dieta del vino y el jamón, Rubén Bravo Arribas, el mejor vino es el Rioja Marqués de Vargas Reserva Privada de 2009. Los argumentos, ya te los imaginarás, su adecuada proporción de antioxidantes, polifenoles, resveratrol y demás bla, bla, bla.

Para darnos cuenta del nivel de sinvergonzonería de la propuesta, en una entrevista/publireportaje de 2015, el Sr Bravo manifestó que ante la posibilidad de llevar a cabo la misma dieta con o sin vino, sería mejor incluir sí o sí el vino ya que, si este se sustituyera por el zumo de frutos rojos, este tendría un 30% menos de propiedades que las que aportaría el vino. Dato, claro está, que se apoya en las conclusiones de un reciente estudio publicado por la prestigiosa Tanned Balls University.

Sin embargo, en cuanto al tema del jamón, el patrocinio -o partner que se dice ahora- parece que de momento está vacante. Así que, si hay entre los asistentes alguna marca, denominación de origen o secadero de perniles con poca visibilidad, pero con muchas ganas de hacer el canelo, que se anime. Hay que saber, eso sí, que según diversas declaraciones del “experto” Rubén Bravo, aquellos jamones de raza ibérica tendrían preferencia. Supongo que el bueno del Sr Bravo tendrá unos datos, de los que yo carezco, para poder ningunear de semejante forma al también sabroso jamón de Teruel (que se elabora solo con cerdos de las razas Duroc, Landrace o Large White).

La catedral de Burgos es un ejemplo de arquitectura gótica y la dieta del vino y el jamón lo es de las dietas mamarrachas

La página oficial del bodrio al detalle

La dieta del vino y el jamón no tiene desperdicio, tanto que tal y como podemos comprobar en ella:

  • El plan sirve para perder de 8 a 12 kilos en 2 meses. Pero en lo que resulta un espectacular ejercicio de proporcionalidad, también se dice que se puede perder la mitad de peso (de 4 a 6 kilos) en la mitad de tiempo (un mes). Ojito.
  • A pesar de lo generoso de la propuesta con respecto a incluir todos los santos días vino y jamón, la dieta está pensada para que los fines de semana sean menos restrictivos, con el fin de disfrutar de las reuniones sociales. Es decir, ¿y de postre? ¡pues jamón, ea!
  • Dice además ser una pauta dietética adaptada a los biorritmos ya que propone desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo -no, tampoco me invento esto, lo cita textualmente- en un claro ejemplo de atribuir al refranero popular que usa tu abuela el mismo factor de impacto que tiene el New England Journal of Medicine.
  • La dieta, que puedes descargar por un módico precio, se puede planificar para tres perfiles, a saber: hombres, mujeres y deportistas, sin que quede nada claro qué tipo de transgénero es el de “deportistas”.
  • Más allá de los beneficios propuestos en relación a la pérdida de peso, el seguimiento de la dieta del vino y el jamón tiene según dice la página oficial, varios beneficios más. Entre ellos, mejorar el tono muscular, la hipertensión, disminuir el riesgo de padecer osteoporosis, fallo cardiaco, diabetes tipo 2, cánceres de mama y pulmón, depresión, ansiedad, estrés, Alzheimer y deterioro cognitivo.
  • Eso sí, al final advierte que la dieta no contiene alimentos milagrosos. Quién lo diría…

Según sus defensores, la dieta del vino y el jamón, además, es clave para prevenir la diabetes tipo 2. Ahí es nada

Mucha charlatanería y poco fundamento

Muchas han sido las ocasiones en las que desde esta misma palestra he renegado ya no solo de las dietas con nombre, sino que en una especie de órdago cada vez más avalado por la ciencia, he renunciado incluso a reconocer los beneficios de hacer cualquier dieta para adelgazar, asumida esta desde la perspectiva popular de hoy empiezo este plan y otro día -el que sea y por la causa que sea- lo dejo. Pero considero que hay un salto cualitativo entre proponer la dieta de la col o de la piña -que más allá del planteamiento absurdo de la dieta en sí, refiere a alimentos ‘bien’- y hacerlo con la dieta del vino y el jamón, que son productos que no estarían precisamente entre los primeros puestos en un hipotético ránquin de alimentos saludables. Sea como fuere, al IMEO esto parece importarle un mojón, de forma que cada equis tiempo se desayunan con una nueva tontería dietética. Cómo si no se entiende que ellos mismos sean también los creadores de la dieta del picoteo, la dieta del marisco o la dieta de los días alternos. Todo vale para quienes, sin ambages y poniéndose la salud pública por montera, otorgan carta de validez a la denominada ‘operación bikini’.

Las propuestas disparatadas de este centro no son solo dietéticas. Por ejemplo, el mismo Rubén Bravo ha defendido con insistencia en diversos medios las bondades del frío para adelgazar (mira tú, como el desaparecido Dukan en su día) o de la ozonoterapia para el tratamiento de las alergias, en un claro ejercicio de mezclar churras con elefantes asiáticos. En este último caso y en aquel entonces, el IMEO se llamaba Instituto Europeo de Biomedicina.

Para el IMEO, adaptar una dieta a los biorritmos consiste en cumplir con los refranes de tu abuela: desayuna como un rey…

Del posible fraude y el intrusismo, a los presuntos ilícitos

El unas veces denominado portavoz y otras director del IMEO, pero también mencionado en múltiples ocasiones como nutricionista, dietista, doctor o endocrino, Rubén Bravo Arribas, es licenciado en publicidad, márquetin y relaciones públicas. Con el devenir de los años ha ido cursando diversas titulaciones universitarias -distintas del grado- que en ninguno de los casos aportarían, ni aportan, el carácter de profesiones sanitarias. A pesar de ello, el Sr Bravo siempre ha gustado de presentarse en diversos programas con bata blanca e incluso atendiendo pacientes en una consulta y analizando datos médicos. Finalmente, hace dos años alcanzó a terminar una titulación de formación profesional vinculada con la dietética, y es por tanto y desde 2018 -pero no antes- Técnico Superior en Dietética (para conocer quién es quién en España en relación a las profesiones sanitarias vinculadas a la nutrición, y sus características, te recomiendo seguir este enlace).

De vuelta a la dieta en sí, su promoción tal y como se hace, posiblemente incurra en varias prohibiciones presentes en nuestra legislación. Por ejemplo, el Real Decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria prohíbe cualquier clase de publicidad o promoción directa o indirecta, masiva o individualizada, de productos, materiales, sustancias, energías o métodos con pretendida finalidad sanitaria en los siguientes casos […]

  • Que sugieran propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad (tal y como sí hacen cualquiera de las dietas propuestas por el IMEO)
  • Que pretendan aportar testimonios de profesionales sanitarios, de personas famosas o conocidas por el público o de pacientes reales o supuestos, como medio de inducción al consumo (como también se hace en el canal de TV de IMEO, y este es solo un ejemplo)

Por su parte, el Real Decreto 1430/1997, prohíbe de forma directa […] cualquier referencia al ritmo o a la magnitud de la pérdida de peso […] así como a la disminución de la sensación de hambre o al aumento de la sensación de la saciedad, acciones que se repiten de forma reiterada en las propuestas de IMEO en general y de Rubén Bravo en particular.

Los engañabobos no se harían tan visibles si no hubiera quien les acogiera

La dieta del vino y el jamón tiene como poco 7 años, y tras haber estado unos años dando guerra, parecía que desde hace unos 4 había caído en el olvido. Se trataba, por tanto, de una curiosa reliquia de ese siempre disparatado mundo de la dietética. Sin embargo, hace unos pocos días fue rescatada por un medio de comunicación, quién sabe con qué finalidad. Las alternativas, en realidad, solo son dos, pero ninguna es buena.

La primera dice que ese contenido es en realidad un publirreportaje. Es decir, el IMEO pagaría al medio en cuestión por ese contenido. Pero, tal y como se puede apreciar no se incluye información de que eso sea un publirreportaje algo que es obligatorio hacer (aunque se incumple en numerosas ocasiones) . La otra alternativa sería que se trata del clásico clickbait del medio para generar tráfico.

Porque una cosa sí os digo que conozco la famosa dieta desde hace tiempo: no sabéis el despiporre del público cuando, por ejemplo, en un curso sobre dietas milagro, terminas hablando a los asistentes de la dieta del vino y el jamón. Es decir, el objetivo del IMEO está más que cumplido en lo que a márquetin se refiere. Lo cual nos devuelve a lo que siempre he denunciado, no solo tiene que haber ‘malos’, es necesario que ciertos medios de comunicación les acojan, haciéndose entonces cooperadores necesarios.

La guinda de este feo pastel y quizá uno de los asuntos más preocupantes, sea el conocer que el propio centro IMEO acoge a estudiantes en prácticas tanto universitarios como no universitarios en su obligado proceso de formación, y que es el mismo Rubén Bravo el que saca pecho en su curriculum cuando afirma ser el tutor de estos alumnos. Dios quiera que no se les quede nada.


Imagen: By Eduardo Elúa – Own work, CC BY-SA 4.0

7 comentarios en “‘La dieta del vino y el jamón’ es un cebo, un camelo y un despropósito

  1. Juan, ¡me parto! Qué capacidad tienes de hacernos reír contando cosas serias.
    Lo triste de todo esto es que mucha gente siga creyéndose estas cosas, y sólo me cabe una causa: estamos perdiendo, en todos los ámbitos de la vida, el sentido común. Así nos va.
    Saludos y, como siempre, muchas gracias por todo lo que compartes y enseñas.

  2. Un claro caso de confusión entre el verbo “Avalar” (dar respaldo) y Alabar: el resultado es el cómico “Abalar”.

  3. Gracias Ana y Micaela por vuestros comentarios, por cierto Micaela, ya lo he arrelado, en realidad no se trataba de un hábil calambur, sino más bien un “lapsus teclae”.

    Saludos!

  4. Un excelente artículo que pone de relieve las mentiras que rodean el ámbito de las dietas milagro. Lo que parece mentira es que a día de hoy y con la cantidad de información de fuentes fiables que existe, entre otras, la de este mismo blog, haya aún gente dispuesta a escuchar a tanto charlatán peligroso. Es cierto que los mensajes de estos aprovechados no tendrían eco si no hubiera una legión de crédulos dispuesta a seguirlos. Y eso es lo que más duele admitir. A qué se debe?

  5. Hola Concha, gracias,

    Pues se debe, en mi opinión a tres elementos combinados: 1º La condición humana es muy de creer en aquello que le gustaría que fuese verdad aunque sepa que es mentira porque la realidad no le ofrece las “soluciones” que precisa; 2º porque se utilizan algunas estas propuestas para auto engañarse: la famosa copita de vino saludable, el chocolate antioxidante y esta dieta… que parece que no estás a dieta y 3º porque siempre hay gente tipo “Dr aprovechategui” que va sacar oro (o va a pretender sacarlo) de los dos elementos anteriores, como es el caso de hoy. Y lo suele conseguir, claro.

    Un cordial saludo y gracias por pasarte por aquí a comentar

  6. Juan, qué buenas risas me he pegado con el artículo. Lo de la dieta del jamón y el vino no puede ser más cañí. Creo qué voy a visitar la web para reirme un rato. Saludos.

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